skip to main |
skip to sidebar
Estoy festejando un año nuevo y despidiendo otro. Ahora estoy en la casa de mi prima y comadre, con toda mi familia. No quería dejar pasar este año para publicar una entrada con el nombre de esta canción, que en parte, marcó mi año: en cada salida a bailar a plop/puerca; y después de mi separación, en las juntadas en casa con mis amigos mas cercanos. Lamentablemente, preferí cerrar el año y abrir otro sin algunas personas como Ian, Damián o Ricky. El tiempo de sus amistades expiró, caducó. Creo que hay bastante celos y envidia de la relación de amistad que tenemos Elías y yo. Son casi 5 años y pasamos muchas cosas, desde salidas y juntadas hasta charlas íntimas. Cosa que con Damián y Ricky no se dio. Aun así, le echan la culpa a Gabriel de su aparición y desintegración de nuestro grupo.
Ante todo, feliz navidad para aquellos creyentes. La verdad, para ser sincero, este 2015 se tiene que terminar. Mitad de año tranquilo y mitad de año heavy. Las cosas que están pasando ahora me están superando porque estas cosas están tocando lo más preciado que son mis amigos. Celos, envidia, enojos, falsedad, desagrado, y muchos sustantivos abstractos nos rodean; y creo que es tiempo de darle un giro a nuestro círculo de amistad -valga la redundancia-. Y esto me pone un poco mal. Desde que yo me peleé con Damián, todo quedó ahí. Por cómo es la personalidad de él, qué no sabe lo que es la amistad, no sabe mantenerla, no sabe luchar, todavía no se dio cuenta cómo se hace y cuán importante es un amigo en su vida. Me da lástima que con 26 años no sepa nada de la vida porque en parte, hemos pasado por situaciones iguales en la vida como la soledad en nuestra adolescencia, provenir de un barrio casi pobre, tener que arreglárnosla porque somos gay y no saber cómo salir adelante.

Volviendo el tiempo atrás. Figurita repetida. Son algunos de los títulos que debería emplear para este capítulo. Resulta que sigo estresado por el laburo, ya por suerte casi termino y tengo mis merecidas vacaciones. Este viernes no salí a bailar porque, como sabemos, las cosas entre quienes eran mis mejores amigos y yo no están del todo bien. Damián y yo estamos distanciados, y Ricky está celoso y enojado con Gabriel, Elías y yo. Así que no hubo ningún plan para este viernes. En fin, capaz me mandaba solo a AMK o al sauna pero no sé... tenía miedito y tampoco me daban ganas de salir solo. Antes lo hacía de forma forzada porque había una guerra entre Ian y yo pero, ahora que todo ya cambió, no me dan ganas de salir solo a AMK. Sí hubo planes para salir el sábado a Puerca, o sea ayer. Ahora Elías y Brian se enojaron entre ellos por un tema de plata que se pidieron prestado y ahora lo reclaman. Elías tanto decía que él quedaba en el medio de la pelea entre Damían y yo, pero ahora nosotros quedamos en el medio de la pelea de él y de Brian. Lo único que me interesa en esta etapa de mi vida, o sea después de mi separación, es estar rodeado de buenas personas que me ayuden y yo poder ayudarlas desde el diálogo, desde lo que viví y lo que ellos vivieron.
Yo ya estaba en la
hermosa ciudad de Buenos Aires, la ciudad que era el infierno mismo. Mucho calor que no daban ganas ni de vivir. Era jueves y me quedaba sólo un día de espera para salir con mis amigos de siempre: Elías y Anabella. Y esta vez Plop hacía una nueva transformación de lo que era el complejo costa salguero en costanera Norte para transformarlo en un boliche de verano. Recuerdo que había estado muy extasiado por esta salida porque hace mucho que no veía a mis amigos, y la onda era disfrutar de un nuevo lugar con un clima distinto. De Mar del Plata a pleno centro de Buenos Aires, ese viernes y sábado salí con mis amigos. El sábado vi unos minutos a Agustina y Facundo en el Obelisco ya que había hecho compinches y estaban por experimentar un boliche nuevo ellos solos. Recordemos que Elías y Facundo ya no se llevaban. Ellos estaban con un montón de chicos, en un grupo; y Agustina estaba con una chica.
Fin de semana largo, casi año nuevo y las cosas pasan y cambian muy rápido. Hay muchas noticias, algunas quería contarlas ayer pero, como sabía que hoy lo iba a ver a Ian en el boliche, prefería relatar todo junto en este capítulo. Es increíble cómo se puede pasar de amar con todo tu ser a una persona a odiarla y ni siquiera querer mirarla. Es lo que me pasa con Ian, aunque hayan pasado unos eternos cinco meses. Si lo que él quiso es que yo lo odie para que lo saque de mi cabeza, entonces, lo logró. Lejos quedaron esos momentos lindos compartidos juntos, llenos de amor y palabras dulces, para convertirse en una guerra de odio y de celos ocultos de su parte donde, a toda costa, quiere llamar mi atención. Si supiera que ya no me mueve ni un pelo. Todavía cree que me voy a poner mal cuando lo vea con alguien más, si ya sé que se entrega con cualquiera con tal de tener un beso y hacerme la contra a mí. Y si bien tuve pequeños deslices, a la hora de salir a bailar, siempre bailé porque a eso voy. Me angustia a veces el hecho de que parecía que él lo había superado todo a los días de haber cortado, pero me doy cuenta que, hoy en día, está más afectado que nunca.