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#29 - Vestirte de mi Amor ['Tincho' - Parte III]
Como
dije anteriormente, esos días fueron los mejores de
mi vida; y esa tarde la recuerdo perfectamente. La reunión del fan club
siempre empezaba tarde y con Débora nos retirábamos antes, primero
porque nos aburría y segundo porque queríamos caminar por la Ciudad de
Buenos Aires hablando de nosotros, y cada vez más descubríamos las cosas
en común. Salimos de un McDonalds en Florida casi Santa Fe y caminamos
hasta Av. Corrientes hasta que le dije que la tarde/noche estaba hermosa
y me pregunta que podíamos hacer. "Vamos a Amérika, ya fue" Le dije y
mientras larga una sonrisa me contesta "Y si ¿qué podríamos hacer sino?"
Me dijo para ir al banco a sacar plata mientras me contaba algunas
cagadas que se había mandado ya que ella llevaba el control de las
cuentas a pagar que tenía en la casa (estaba viviendo con su hermano,
por
el momento). Entonces esa noche ella se vuelve a su casa y yo a la mía
para prepararnos; y nos juntamos en Once para ir a Amérika a otra
aventura. Era obvio que si iba a Amérika era para cargarlo a Tincho
aunque no estuviésemos en pareja, se lo merecía por no tratarme como yo
quería; y me iba dando cuenta que yo era un puto muy resentido, que
moría por estar con él pero que tampoco iba a pertenecerle toda la vida a
él. Es más, mientras me vestía para ir a bailar, me puse a llorar
escuchando la canción 'True Blue'; me
había dando cuenta también que ese chico me estaba pegando muy fuerte.
Empezamos
a bailar tranqui, como siempre el boliche explotaba de tanta gente que
había y ya le había clavado la vista a un chico rubio, grandote, muy
bonito. Débora y yo seguíamos bailando juntos hasta que ella se da
vuelta y me dice "Ay Fede, mirá ese rubio, está re bueno" Yo le contesté
"Si, ya lo vi. Encima me re mira, pero no sé, capaz que busca mujeres.
Tiene pinta de ser extranjero" Débora me insistía que por qué no me
acercaba, y yo siempre vergonsozo le dije que no. De pronto a ese
muchacho se le acercan 4 chicos y ahí fue cuando dije que no era para
mí. Pero a los segundos esos 4 chicos se fueron. Nos acercamos a la
barra cerca del muchacho para pedir un trago y vi que me miraba, después
de eso, él se acercó ala barra y Débora me dijo por qué no me acercaba y
hablaba. Bueno, no perdía nada así que lo intenté. Me acerqué a la
barra y de paso le hablé "Hola" Le dije y él me respondió lo mismo pero
preguntó si sabía inglés. Gracias al cielo sé inglés y me pude defender
muy bien, yo tenía razón, era extranjero. Estaba en la barra porque
quería agua, y le pedí para él; hablamos un rato y nos besamos. En mi
cabeza me decía a mí mismo "Wow, me estoy besando al chico más lindo que
jamás conocí en mi vida, y me quiere para él" Me pidió más privacidad y
por lo tanto le dije para ir al famoso túnel, y aceptó. Nos metimos y
una vez arriba y sentados, nos empezamos a besar y a meter mano: yo
quería tocarle la pija. Se desabrochó el pantalón así podía tocarlo
mejor, el me empezó a besar cada vez más hasta que me agaché un poquito y
empecé a besarle esos pequeños abdominales para después llegar a su
pija.
Me frenó y me volvió a decir que necesitaba más privacidad para
poder hacerlo, me pidió salir del boliche e ir a algún telo para cojer.
Yo pensé dos cosas: no tengo plata para pagar y no le voy hacer pagar a
él. Y segundo, tampoco me puedo ir tan lejos porque Débora se va a
quedar acá. Pero igual me fui con el yanki, así lo apodé yo aunque como
no le entendía bien de donde era, sólo me dijo que se llamaba Chris con
apellido difícil y era marinero. Salimos del boliche y yo estaba
mareado, había tomado muchos tragos esperando a tener la oportundiad con
él, hasta llegué a cruzar la calle con semáforo en verde. Le dije que
era mejor encontrar una plaza para poder hacer algo porque no quería que
gaste en telo, me daba cosa pero él me decía que no había problema.
Caminamos y caminamos pero yo no sabía cuan cerca estaba la primera
plaza o parque, le pregunté a varias personas pero nadie sabía, un
taxista que estaba cargando nafta en una estación de servicio nos dijo
que a la vuelta había una "esquina oscura" pero no. Así fue que hasta él
me convenció de tomarnos un taxi y que nos lleve, y así fue como llegué
otra vez a Palermo, una plaza bastante grande y rodeada de muchos
boliches-bares.

Estaba
prácticamente desolada, entonces bajamos del taxi y nos fuimos a un
lugar donde no nos puedan ver, y empezamos a besarnos, la tensión subió y
le metí mano por todos lados hasta que le agarré la pija, se la chupé y
me encantaba saborear ese trozo de carne extranjera, del muchacho que
quizás era más lindo que Tincho; había tenido suerte de encontrar en
menos de un mes a los chicos más lindo que vi en mi vida. Se desprendió
la camisa, se paró y se bajó los pantalones, me dijo que me arrodillara y
que se la chupara así. Me hubiera gustado que me rompiera el orto pero
estábamos en un lugar público, apuesto que él quería eso y yo me iba a
dejar. Se la estuve chupando hasta que me dijo que iba a acabar entonces
pensé "Esa leche no tiene desperdicio" Y no me la saqué de mi boca y me
acabó ahí, me la tragué sin pensarlo.

Me
pidió que yo acabara pero con el alcohol que tenía encima, no pude.
Igual no me importaba, con haber saboreado su rica leche me conformaba,
se vistió y después nos sentamos sobre un banco a hablar de nuestras
vidas. Yo me recosté sobre él, quería que la noche no se terminara
porque el debía volver al barco y seguir navegando por el mundo, era
triste la historia pero sabía que con situaciones así me iba a encontrar
con muchas a lo largo de mi vida. Por eso le pedí como souvenir su
boxer, sí, su ropa interior. Al principio se rió porque era una
propuesta rara pero después cedió, me dijo que era su bóxer favorito
entonces era obvio que me lo merecía. Volvimos caminando a Amérika pero
en la esquina lo despedí con un apretón de mano y le deseé suerte en su
vida, era muy difícil que nos volvamos a reencontrar alguna vez, sólo el
destino sabrá. Todavía era de noche, en cambio yo me quedé afuera
esperando a que Débora saliera, pero había un problema: yo tenía el
ticket para retirar su cartera del guarda-ropas y ella no sabía que yo
había salido. Me encargué de pedirle su cartera y a la hora cuando
salió, me dijo que no sabía donde había estado y le conté todo lo que
pasó con el rubio. Ella estaba con un muchacho feo, y después se da
cuenta que no tenía su celular en la cartera, se lo habían sacado cuando
yo la pedí. Y justamente hacía 1 año había pasado lo mismo el día que
nos conocimos.
Una
noche mientras dormía, suena mi celular y entredormido veo que era un
mensaje de Tincho; me desperté rápidamente y lo leí. Se hacía el tonto y
captó mi ironía: me preguntó como estaba y procedió con un mensaje que
me dejó mudo; hasta el día de hoy aprecio muchísimo ese mensaje, por
sobre los demás chicos que hasta el día de hoy estuve, ninguno pudo
superarlo. Ese mensaje era unas disculpas por no haberme respondido días
atrás porque andaba muy ocupado y me dijo que no quería quedar como un
mal pibe. Obviamente lo perdoné y a las semana y media me manda un
mensaje preguntándome si me podía invitar a la casa a tomar algo y a
dormir con él, que quería que me quede 2 o 3 noches en su depto. Más
tarde me había propuesto, si yo tenía un amigo, hacer un trío, a lo que
contesté que no tenía amigos lindos; estaba re caliente y me gustaba que
así sea.
Ese
día nos vimos y ni bien entré al depto. le pedí una explicación del por
qué no había contestado mis mensajes, pero todo ese enojo se fue cuando
empezamos a cojer. Me gustaba porque me daba duro y no le importaba si
me dolía o yo no quería más, a él se lo notaba disfrutar de cada metida
de pija que me daba. Me trataba como un putito, me decía que le chupe la
pija y yo lo hacía. Hasta en un momento le dije que me gustaría probar
su lechita y así fue como me acabó en la boca y por toda la cara.
Después del sexo, intenté dormir abrazado a él a pesar que fue casi
imposible pero igual, el hecho de despertar a su lado me encantó y una
vez más había disfrutado cada segundo de ese cuerpo que me volvía loco.
Yo sin embargo me quedé pensando por qué no me dijo para quedarme los 2
o 3 días que me había dicho por sms, igual no importaba iba a haber una
próxima vez.

Al poco
tiempo lo apuré para vernos, yo iba a empezar la facultad y era
imposible que vaya cualquier día a dormir (y a cojer) a su departamento,
aunque quedaba cerca a unas 15 cuadras, el hecho de no dormir bien me
podía hacer mal, lo había hecho en mis tiempos de colegial y sabía lo
que eso significaba. Entonces él me propuso unos días después volver a
ir a la casa, esta vez me dijo que vaya directamente solo a su casa, me
pasó la dirección exacta y piso del depto, vivía por la calle Tucumán a
unas cuadras del Obelisco. La previa el la hacía fumando habanos de
chocolate y tomando fernet, a mí no me gusta ninguna de las dos cosas
pero si otro trago que me había hecho, nos besábamos y nos mirábamos uno
al otro y eso me gustaba, nos desnudábamos y yo contemplaba su cuerpo
perfecto. Esta vez tenía algo innovador para la hora de la chupada de
pija, un gel de frutilla y de chocolate así la cosa era más interesante,
y a él le encantaba. A mi primero me dio asco porque nunca había
intentado chupar pija con eso, pero después me acostumbré. Esa noche
cuando cojimos me hechó como 3 polvos adentro, una tras otro, lo dejé
sequito y el me dejó rotito, no sé por qué estaba tan excitado, debe ser
el hecho de estar solo y trabajar full-time, pero me re gustó.
Tiempo
después seguí hablando por sms y por face con Tincho, ahora si me
contestaba. Se acercaba mi cumpleaños y le dije a Débora y a Anabella
que lo quería festejar en Amérika y quería que él también venga, no era
mi pareja pero me hubiera encantado que todos sepan con el chico que yo
andaba. Tincho, el día de mi cumpleaños a la tarde, me había mandado un
sms para preguntarme si había
averiguado algo que me encargó, y le dije que se estaba olvidando algo,
de felicitarme por mi cumpleaños. El día de mi cumpleaños fue el fin de
semana y lo festejé ahí y fue la primera vez que estuve ebrio, tomé
muchos tragos de repente y además teníamos un Champaigne de regalo. En
la fiesta estuvieron presentes: Débora, Andrea su amiga y otra conocida
que nos había llevado al boliche que no nos gustó, y Anabella con Elías,
su primo; sin embargo entre Débora y Anabella no hubo palabras de por
medio más que un saludo inicial. Esa noche encontramos a dos franceses
muy buena onda, me habían hablado ellos mientras yo estaba sentado
cuando la fiesta todavía no empezaba; parecían gays al menos uno de
ellos, él otro chico era más lindo pero no parecía gay, igual tenía
pinta. Estuvieron con nosotros toda la noche y cuando me cantaron el
feliz cumpleaños, se sacaron la foto grupal con todos nosotros. Nada más
pasó, es más uno de ellos besó a Anabella pero no me había importado,
me había metido en el túnel y si no me equivoco, le chupé la pija a un
desconocido.
Antes de irnos, al retirar los bolsos del guarda-ropas, me
choco de frente con Juan, sí, con el chico que había estado hacía 2
meses atrás y que cuando cortamos me dijo que me había contagiado una
enfermedad venérea. Me aferré a Débora y dije que no quería hablar con
él, que no me soltara, él tenía intenciones de hablarme porque ni bien
me vio, me dijo "Fede" con tono de sorprendido y una gran sonrisa en su
cara. Además días atrás estuvo mandándome sms preguntándome como estaba
yo, y para mi cumpleaños me había saludado, tuve que decirle de mala
forma por sms que deje de molestarme de una vez por todas. Anabella si
habló con él y no sé que le habrá dicho, supongo que yo no quería más
nada con él. Sin embargo yo ni loco le iba a dar bola siendo que andaba
en algo con Martín (Tincho), el chico más lindo que jamás hubiera
pensado conocer. Al salir, tuve que vomitar porque estaba muy mareado.

Pasaron
pocos días desde mi cumpleaños y Tincho volvió a decirme para pasar la
noche con él, esta vez había estado con los chicos (Yennifer, Marcela, Gonzalo y Guillermo) en Parque Patricios y
cuando me llamó por teléfono salí volando hacía mi casa a prepararme y
después ir para el Microcentro. No tenía plata, igualmente nunca gastaba
nada pero por las dudas, tuve que pedirle plata a mi tía, entre otras
cosas yo tenía que levantarme temprano porque tenía que asistir a la
facultad. Esa noche fue especial y a la vez algo melancólica. No sé por
qué mi cabeza estaba en otro lado, todo por causa de él quien me hacía
perder hasta la noción edl mundo. Iba llegando a su casa cuando de
repente miro de reojo a un kiosco y algo me llama la atención: el
kiosquero y un chico más; por ende miro para adelante y digo "Esos dos
son putos". No sé por qué mi radar gay se encendió como loco y sin ni
siquiera mirarlos, detecté esa homosexualidad. De pronto, alguien me
grita "Fede" de atrás, yo me doy vuelta ¿y a quién veo? A Martín
corriendo hacia mí... Él estaba comprando en ese kiosco, entonces lo
saludo y le digo:
-Disculpame,
no te reconocí - Mientras largaba una pequeña sonrisa, era cierto,
aunque yo ya había quedado como un estúpido. Nos fuimos juntos hasta su
departamento y entramos mientras nos besamos ahí. Adelanto: esa fue la
última noche que pasamos juntos, más allá de haber cojido y haberme
acabado en el orto, terminó tan traspirado que se fue a duchar. Después
de esa escena, nos acostamos y en la cama empezamos a hablar de cosas
personales, el me contó la historia de su vida, me mostró fotos de su
hermana, de su ex novio, de la provincia de los vinos. Para mí fue
increíble, estábamos acercándonos más y eso me gustaba, sin embargo al
llegar a mi casa, a la noche siguiente me puse a llorar porque me hacía
la cabeza que su ex novio era más lindo que yo, y me había replanteado
si él era para mí o yo era para él. Lloré tanto que Débora por sms
intentaba calmarme.
F.A.M.