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jueves, agosto 04, 2016

#161 - Innamoramento

El fin de semana siguiente estuvo horrendo, lluvioso y frío. El viernes yo no había salido porque ese sábado debía ir a trabajar sí o sí por ser el último día; sin embargo, Elías y Nazareno se habían juntado en la casa con los primos de Elías para pasar la noche. Lamentablemente, yo no pude. El sábado, le pregunté si querían  hacer algo, seguramente ir a pasear por el Abasto a la tarde porque otra cosa no podíamos hacer. Elías había aclarado que, a la noche, no íbamos a salir ni nada por el estilo ya que se iba a ver con su novio. Claro, después el que sacrificaba a sus amigos por estar con el novio era yo, al que no dejaban salir, el casado, el preso, etc... O sea, a mí no me importaba si quería verse con su novio porque yo sé lo que es estar en pareja, pero se hubiesen quedado callados todos en su momento: él, Damián y Ricky. 


Propusimos juntarnos a eso de las 16.30hs ya que la anterior vez dijimos a las 18hs y nadie había llegado. La cosa fue que yo tomé el colectivo hacia el Abasto, Nazareno estaba a 15 minutos y quien debería haber salido antes que yo era Elías. Por cuestión de la lluvia, Elías dilató la salida de su casa y empezó a poner excusa que yo salí antes de tiempo porque, en realidad, todavía no habíamos confirmado nada, que yo porque tengo un solo colectivo... que yo, que yo. Él no iba a salir para mojarse, llegar al shopping hecho un desastre y "pasar vergüenza". La cosa fue que yo caminé cuatro cuadras debajo de la lluvia y no me quejé, todo por ver a mis amigos. Pero, había un trasfondo y era que Elías no quería juntarse con nosotros, no por la lluvia, sino porque a cierta hora tenía que estar en Morón para juntarse con su novio. Creo que nunca hice una cosa así cuando estaba en pareja, aunque bueno... Lo amenazamos con Nazareno y le dijimos que se deje de hacer el vivo y venga para el shopping porque él podía juntarse más tarde con su novio, que ya sabíamos que no quería venir por todo eso. Al final, nos canceló y a mí me estalló el enojo. Tratamos de ignorar ese hecho por parte de Elías, así que con Nazareno nos reíamos de cosas, mirábamos ropa y hasta decidimos ir a mirar una película, pero el Abasto era un caos. Él propuso ir al Recoleta Mall donde no hay tanta gente y podíamos mirar ropa ahí ya que las cosas del Abasto tampoco me convencían mucho.

Salimos y era un desastre la Ciudad por la lluvia, autos que se desviaban y la gente que corría de un lado al otro para refugiarse. Caminamos a la parada del 124 y lo tomamos. Nos sentamos al fondo de todo y le hice una pregunta a Nazareno porque me había llamado la atención un suceso que vi en facebook hacía unas semanas atrás:
-Che, Naza. ¿Sabés qué? Te quería preguntar si lo conoces a un tal Maximiliano, lo tenés en facebook. La otra vez vi que le pusiste MG a una foto de Puerca que él había subido.
-¿Maximiliano? Ay, lo tengo que ver... Puede ser, igual mirá que, de todos los que tengo en Facebook, solo conozco a algunos. No implica que, porque lo tenga, sea un amigo en serio.
-No, por eso te pregunto - Nazareno sacó su celular y me preguntó el nombre completo de Maximiliano.
-¿Por qué me preguntás si yo lo conozco? ¿Vos lo conocés? Digo, ya que por algo me preguntás - Vimos desde su facebook algunas fotos y Nazareno me confirmó que no lo conocía personalmente.
-Emmm. Más que nada te pregunto porque a mi ex vos lo conocías también y yo me dije "No vaya a ser cosa que a este chico también lo conozca". La historia fue así, un día que yo estaba viajando a Jolie me habló por Grindr y, así de la nada, me dijo que si yo quería él iba a ir para que nos encontráramos. Ese día, él llegó y yo estaba un poco en pedo porque habíamos hecho previa, estuvimos juntos, nos besamos en la planta baja donde antes había unos sillones y nada. Como yo estaba descompuesto, salimos a tomar aire al patio y él encontró unos conocidos. Al subir al segundo piso le punguearon el celu y eso nos arruinó la noche, me pidió que lo agregara a Face y, para descomprimir un poco la cosa, se fue con sus conocidos. No pude agregarlo a Face y le hablé por inbox cosa que nunca me contestó, a los días siguientes, lo encuentro en línea en el whatsapp y le conté que no pude agregarlo a Face, que le había enviado un inbox, y fue como que él desonfió de mí. Nada, yo me enojé porque lo notaba desinteresado entonces jamás volvimos a hablar y fue una lástima porque los dos pegamos onda y estábamos en una situación parecida que era una ruptura sentimental. Después, recién en febrero, aceptó la solicitud de mensaje privado de facebook, casi a los cuatro meses después.
-Te digo la verdad: no lo conozco pero sí, es un chico lindo. Así que no te preocupes...
-No, igual te digo porque pensé que eran conocidos. Igual esto fue en octubre, o sea, ya re pasó.

Tarde lluviosa en la ciudad, con Nazareno caminamos por el shopping mirando ropa, miramos chongos, riéndonos de un maniquí que le encontrábamos cierto parecido con Elías, fuimos a merendar algo en Café Martínez mientras criticábamos a las pasivas que desfilaban haciendo notar su homosexualidad y terminamos prefiriendo ir a ver una película. Sacamos los tickets y seguimos paseando hasta que se hizo la hora, antes de entrar compramos algunos dulces y nos sometimos a "El Conjuro 2". A mí la película me fascinó, a Nazareno no tanto pero le gustó. Nos reímos a carcajadas tirando algunos chistes en el medio de la película, nos hacíamos señas porque al lado de mí había una pasiva con su amiga y, adelante, un muchacho que supuestamente Nazareno le vio que tenía Grindr en su celular. Cuando la película terminó, con Nazareno no sabíamos qué hacer porque era relativamente temprano, y encima un sábado. En sí, ninguno de los teníamos ganas de salir a bailar, así que esa posibilidad estaba descartada. Nazareno estaba un poco cansado, aun así, tampoco quería despedirme; sin embargo, yo le había aclarado que no iba a volverme a mi casa sino que iría al sauna porque, ¿quedarme un sábado a la noche solo en mi casa? De ninguna manera. Me preguntó qué quería hacer yo ya que, en el Recoleta Mall, mucho no hay para hacer. Nazareno quiso ver otra película pero ninguna nos convenció así que le dije de ir a caminar por ahí aunque sea debajo de la lluvia para ahorrar tiempo. En ese ínterin, pasamos por la farmacia de la esquina de la casa de Nazareno y después me dijo que me acompañaría hasta la puerta del sauna porque quería ver de que se trataba la cosa, le generaba curiosidad aunque, por cuestiones lógicas de su figura corporal, no se animaría a entrar y desvestirse. En ese trayecto de 10 cuadras, nosotros fuimos hablando de Gabriel y sus actitudes, comentarios y acciones hacia nosotros, la terapia con una psicóloga y traumas que no puede superarlos para disfrutar la vida, y de la no auto-aceptación de sus celos cuando incluímos a Mauricio en el grupo. Lógicamente, Nazareno conoce poco y nada lo que sucedió porque él fue el último en entrar al grupo. La verdad, yo no quería que Nazareno se vaya a su casa pero estaba cansado, así que, tras ver entrar algunas maricas al sauna, lo despedí y entré.

Para ser temprano, había mucha gente para mi gusto, y más siendo un día espantoso. Apenas entré a los lockers, una pasiva me estaba mirando y se hacía la que no quería mostrarse frente a mí y, justo al lado de mi locker, había un muchacho onda 'bear' que me miraba y me miraba y hasta me dijo algo que le contesté seco porque me repugnaba, igual ya se estaba cambiando para irse. Había chicos lindos pero estaban charlatanes, en el sauna o mismo en la barra. Ni bien fui a dar unas vueltas por los laberintos, siento que me tocan, era un chico que no le veía la cara pero era flaquito y su pija, que la toqué por debajo de la toalla, era casi perfecta. Así como a mí me gustan. Era brasilero, pero no nos dijimos ni cinco palabras y ya me comió la boca en la oscuridad. Me preguntó si hablaba portugués y le contesté que no. Sinceramente, ese es un idioma que nunca lo practiqué. Enseguida, como los buitres, viejos necesitados, empezaron a rodearnos, él me propuso ir a algún cuarto oscuro para estar más tranquilos. En la planta baja, estaban todos ocupados; por eso, subimos y entramos en uno de los cuartos del piso de arriba. Nos besamos a full, encima re besador, y yo le dije si sabía hablar inglés porque, lógicamente, para mí es más fácil hablar en inglés más que portugués. Me dijo que sí, y nos preguntamos nombres, edad, de dónde éramos, él me contó de qué parte Brasil es, y qué estaba haciendo en Buenos Aires. Al instante, le saqué la toalla, él se sentó y yo se la empecé a chupar, me deleitaba porque su pija era perfecta: larga y recta. Apenas le hacía garganta profunda, ya me daban arcadas. Como tenía dolor en mi agujerito por haber garchado hacía una semana, no quise que me la metiera porque semejante poronga me iba a terminar de romper el orto más de lo que lo tenía. Él gemía y solo se dignaba a verme chupársela hasta el fondo, aunque llegó un momento en que me dijo que no quería acabar porque estaba hace poco en el sauna y era muy temprano. Yo le insistí y le dije que me acabara pero no, es más, si yo se la seguía chupando iba a acabar porque su pija se ponía dura como una piedra:
-Es mi primera vez en Buenos Aires y no quiero terminar rápido - Me contó, obviamente en inglés, y le tuve piedad. Le pregunté si quería que abriésemos la puerta para que alguien nos viese, hasta que él me dijo que incluyéramos a alguien más. Me quedé con las ganas de saborear la leche del brasilero ese que se me hacía que era exquisita.

Acepté el desafío por más que yo quería quedarme solo con él, y bajamos. En realidad, primero, él pidió conocer los saunas porque no sabía dónde estaban, así que, mientras bajábamos le conté que los saunas eran las dos puertas casi juntas en el pasillo. Sugirió ir a ducharnos porque la calentura que nos agarramos arriba nos hizo transpirar sutilmente. Nos dirigimos al sector del pasillo y le comenté que en el sauna húmedo habían duchas y que podíamos bañarnos ahí. Él no tuvo drama, se sacó la toalla sin importar los que se encontraban presentes ahí, la dejó en las escaleritas y nos duchamos cada uno en una ducha. Esa actitud me hizo acordar a mi ex novio Ian ya que, como él también era de verga larga, no le daba vergüenza que vean su pija, sino al contrario. Terminamos de ducharnos y nos sentamos para secarnos con el vapor y él, como no es ningún boludo, dejó entre media abierta su toalla a la cintura para que los dos chabones a su izquiera y el otro que estaba a mi derecha se dieran cuenta que él quería algo. El muchacho - que estaba del lado de la pared a su izquierda con un tatuaje que le recorría la pierna hasta su pecho por el costado de su cuerpo -  se empezó a tocar por encima de la toalla, entonces el de al lado del brasilero lo empieza a tocar. A mí se me paró la pija enseguida y al brasilero también, quien no dudo en mostrarla y el chabón se la chupó. Tras mirar unos segundos me uní a chuparla a dos lenguas nuevamente y el brasilerito se relajó y disfrutó de la situación. El del tatuaje se levantó y se fue porque prácticamente nos estábamos ahogando con el vapor húmedo. Al entrar más gente, paramos de chupársela al brasilero y nos fuimos de nuevo a las duchas.

Salimos y fuimos al otro sauna para secarnos. La idea era ir, a continuación, al laberinto. El brasilerito quería fiesta, así que fiesta iba a tener porque yo era el indicado para esto y para él. Ni bien entramos, agarró a uno sin verlo a la cara, era un poco gordo. Ellos se empezaron a besar y lo dejé al Brasilerito que lo haga, total a mí no me gustaba. Este hombre le tocó la pija y yo también, así que enseguida, el brasilero dijo si lo llevábamos con nosotros. Le dije en voz baja que sigamos buscando, pero no escuchó bien. Los tres entramos al primer cuarto vacío y preguntó qué buscábamos: 
-Lo que se dé, estar con uno más - Lógicamente, el brasilerito era activo, por algo me agarró a mí, aparte de ser el más pendejo de todos y el más lindo. Él sólo atinó a besarse con este tipo que, no sé por qué lo eligió justo a ese. Tranquilamente, siendo los dos lindos, podíamos agarrar a otro pero bueno, hubo un problema de comunicación en la oscuridad del laberinto y de los cuartos oscuros. El brasilerito, con tal de garchar con otro más y que el morbo lo poseyera, agarró al primero que se nos cruzó y que nos dio bola. A mí no me gustó aunque ya estaba ahí, en el cuarto con nosotros. Yo estaba sentado o acostado en la camilla chupándole la pija a uno o al otro, por ratos el chabón se la chupaba al brasilerito o a dos lenguas y, viceversa, el brasilero a este chabón o a dos lenguas. La poronga enorme del brasilero despertaba pasión, al menos en mí que no quería ni que un centímetro quede afuera de mi garganta. Mientras ellos se besaban a full yo cataba las porongas de los dos, la saboreaba y las frotaba entre sí para despertar la excitación en ellos. Nos fuimos turnando y, si no me equivoco, el brasilero casi ni chupó la pija del otro, aunque el otro muchacho si a la del brasilero en más de una ocasión. Tras estar como 20 minutos así, el muchacho quiso meterme dedos así que lubricó dos y empezó a jugar con mi agujerito, y yo suspiré aunque tenía el culo adolorido por las anteriores veces que venía cojiendo. El brasilero me preguntó si queríamos cojer, que él tenía un forro solamente, que entonces lo usaría el otro. 
-Ah bueno, bien - Pensé yo - Nos va a cojer a los dos - Aunque yo les advertí que no podía cojer mucho, me puse en cuatro en la camilla y mientras el brasilero me besaba, el otro se ponía el forro para intentar cojerme. Muy valiente de parte del brasilero dejar que ese me cojiera. Me chupó el culo unos segundos para lubricar e intentó meterla pero la presión del momento hacía que yo no pudiese dilatar. El brasilero me dijo que me relajara e intentara dilatar, pero fue casi imposible. El chabón se sacó el forro y seguimos entonces con sexo oral: yo se la chupaba a los dos a la vez y frotaba la verga de ellos. Lo que me encantaba del brasilerito era que cada algunos segundos largaba el pre-semen que me impregnaba la boca. Peteando y peteando, el brasilero me dice que iba a acabar y esta vez se dejó, mientras yo tenía el glande en mi boca, me largó los chorros y chorros de leche líquida tirando a espesa, y tras soborearla me la tragué como si fuese agua. Se la apreté más y se la chupé hasta que soltara la última gota de su pija grande. Continué con el otro que pareció haber acabado a los minutos pero no sé si soltó algo de leche. Me pajeé yo y solté toda mi leche contenida que, tanto el brasilerito como el otro, me ayudaron a limpiarme con servilletas de papel.

Salimos de ahí, y yo con un olor a la leche del brasilero en mi boca que aún podía saborearla. Nos fuimos a las duchas a pedido de él, pero al sector de los baños. Lógico que yo no quería que nadie lo viera en pelotas, me sentía su novio, pero bueno. Le mostré que había unas duchas con cortinas y nos duchamos en esa parte. El brasilerito quiso que vayamos a recorrer el edificio en su totalidad porque, al segundo piso de la parte delantera, él no lo conocía. Vimos que habían chicos durmiendo en las reposeras de madera, todo muy tranquilo. Al fondo, en la parte del living con la TV había gente durmiendo y otras mirándola. En el sector oscuro de fumadores, casi nadie; por eso volvimos a la parte del jacuzzi y le preguntamos al muchacho de tatuaje que habíamos visto antes si el agua del sauna estaba limpia:
-Y mirá... el agua está caliente pero sí, no está limpia del todo pero tampoco tan sucia - Le traduje al inglés lo que el tatuado me había dicho y al brasilero no pareció convencerle y, por ende, no quiso entrar. Nos quedamos sentado ahí hablando sobre la vida, y el brasilerito me contó que estaba de vacaciones por dos semanas, que conoció el sauna buscando en Google, de dónde específicamente vivía él, y yo a cuánto vivía del sauna pero que, sin embargo, yo estudiaba cerca y que la Capital Federal me la conozco de memoria. Como yo tenía la toalla mojada, nos fuimos un rato al sauna húmedo y después al seco, nos volvimos a duchar e hicimos sociables con la gente que cruzábamos en los pasillos. Al salir de las duchas, vemos al de tatuaje que salía de ahí y los dos lo seguimos con la mirada:
-Es un lindo chico - Le dije yo al ver que él también lo siguió con la mirada.
-¿Vos querés algo con él? Si querés, sí.
-¿Vamos a buscarlo? - Le propuse pero el chabón tatuado se fue para la barra pero, al voltear, se dio cuenta que lo miramos. Habían dos charlando en la puerta del sauna que después se estaban haciendo masajes mutuamente, en la barra había como 6 personas, en la entrada al laberinto oscuro también, habían muchas personas paradas. Uno se nos acercó, quería a toda costa levantárselo al brasilerito pero bueno, el brasilero no lo quería porque lógicamente no le gustaba, además el brasilero era activo y este chabón quería que haga de pasivo. Le decía que le chupara la pija un rato hasta que acabara y yo traduciéndole que hace poco él había acabado y no sentía excitación. Algo que había dicho el brasilero era que en Brasil no había lugares así, y el otro muchacho opinó que en España y otros lugares de Europa están llenos de saunas gays. Lo chamuyaba hablando un poco de portugués pero, en un momento se volvió tan pesado que lo dejamos. Yendo para el las duchas, vimos pasar al tatuado hacia los laberintos, por eso, el brasilerito me miró y encaró para el fondo casi sin disimulo y sin importarle que yo quede atrás.

Subimos las escaleras atrás de él, casi evidente hasta que nos encontramos los tres en la entrada al laberinto, el tatuado entró directamente al cuarto oscuro y nosotros dos por atrás. Por un momento, sentí que el brasilerito me iba a dejar solo por ahí.
-Ah bueno. ¿Cómo es esto? - Dijo porque los dos entramos con él.
-Somos los dos queriendo con vos - Le contesté y nos tocó la pija a los dos mientras yo a él.
-Acá viene bien. Acá falta erección - Comentó el tatuado con respecto al brasilerito y a mí, respectivamente. Después a mí se me empezó a parar. Yo de una me metí en su entrepierna y le empecé a chupar la pija que la tenía grande, pero un poco más chica que el brasilero. Él se la chupó al brasilero, pero la pose era tan cómoda que le propuso al brasilero pararse sobre la camilla y yo que me arrodille así él se la chupaba al brasilero y yo a él. Yo apenas me metía la de él me daban arcadas, pero el tatuado se la metía a la dle brasilero hasta el fondo y se la sacaba de su garganta sin problemas. Lógicamente, el tatuado era versátil más activo pero con grandes cualidades como pasivo. Yo levantaba la vista y los veía y me re excitaba porque era como una fantasía que con mi último ex novio tuvimos pero nunca pudimos llevarla a cabo a pleno. Al tatuado le chupaba el tronco, me la metía hasta el fondo, cuando se bajaba un poco por estar concentrado en el brasilero, agarraba su chota y me la pegaba en la cara para que se pare, pasaba mis manos por sus abdominales increíbles y panza chatita como a mi me enamoran. Por más que las rodillas me dolían como si hubiese ido peregrinando de Liniers a Luján, seguí porque la verga del tatuado era algo que me despertó el interés apenas lo vi. Se pararon los dos tras aburrirnos así y se la empecé a chupar a los dos juntos mientras ellos se besaban o el tatuado se la chupaba al brasilero. El brasilero me decía que pare porque no quería acabar, pero yo seguía hasta que me la sacaba de la boca. Me arrodillé entonces y se la chupé solo a tatuado mientras el brasilero se puso atrás del tatuado y le besaba el cuello, o le frotaba la verga por el culo del tatuado, cosa que en cualquier momento si se la ponía, yo iba a acabar ahí nomás de la excitación. Agarré yo la pija del brasilero que estaba trás mientras yo se la chupaba al tatuado y se la frotaba yo por el agujero del tatuado con mi manos por entre las piernas de él. En un momento, el tatuado se empieza a pajear y puso mi cabeza en sus testículos así se los chupaba. Me acabó en la boca y obvio que no de dejé que ninguna gota se caiga. El brasilero se sentó en la camilla y pensaba darle un beso con la leche en mi boca pero era tan activo que eso no le iba, me tiró un beso con los labios. 

Buscamos nuestras toallas y el brasilero dijo que se iba a bañar, me quedé solo con el tatuado y yo me empecé a pajear. Me tragué la leche y enseguida el tatuado se me acercó y me pajeó él. Me besó para estimularme y algo que hizo me volvió loco: me pasó la lengua por mis labios y, mientras me agarraba del cuello, me olió la boca como calentándole el olor a su leche de mi boca así que largué aliento a su leche para que se excitara más. Al toque, él me hizo parar arriba de la camilla y me la empezó a chupar y a poner su cabeza entre mis piernas porque el olor a hombre parecía calentarlo demasiado. Cuando estuve por acabar, se metió mi pija en la boca y le acabé adentro. Se la tragó toda. Me paré en el suelo y nos besamos unos segundos más hasta que le dije que me iba a bañar. En las duchas estaba el brasilero, lo encontré ahí y nos pusimos a charlar, me dijo que la pasó lindo. Igual yo no entendía por qué no quiso acabar, yo adoraba por volverme a tragarme la leche del brasilerito. Nada, me preguntó qué hora era y que quizás tenía pensado irse, también me preguntó si tenía facebook para seguir en contacto, le deletreé mi facebook pero dudo que se lo haya acordado. Le dije si quería verlo en la computadora que había casi en la recepción pero dijo que no porque los otros podían ver nuestras "identidades". Charlamos un poco más con el brasilero hasta que me dijo que se iba, yo quería que se quede mas tiempo pero bueno, por ahí me daba tiempo a mí de hacer algo más solo. Lo despedí en la puerta del baño con unos besos y lo dejé ir. 

Yo, por mi parte, me fui arriba a dar unas vueltas y en el jacuzzi vi a tres hombres: dos chabones y un tipo de 40 largos adentro. La pensé dos veces y entré porque mi toalla estaba súper mojada. Comenzamos a charlar y demás, obviamente temas de gay. El hombre más grande la tenía bastante clara por su experiencia. Hablamos de que no había activos, que todos ahora son versátiles y que está lleno de locas o afeminados por todos lados, también opinamos sobre la vestimenta de hoy en día: los chupines y los montgomery que yo siempre le decía a Elías que eso es cosa de "gays" por más que ahora lo usen pakis. Entre otros temas de conversación fue la discriminación de gays hacia los gays, y es verdad que nosotros somos los que más discriminamos a los nuestros. Dos muchachos más, uno gordo y el otro morocho, que estaban en las reposeras se acercaron y se unieron a nuestra charla. Ahí se desencadenó un debate de cómo nos volvimos gays y por qué creemos nosotros que fue así: si por el destino o porque en la genética hay un cromosoma que determina si seremos homosexuales o no. Este muchacho morocho contó sobre una violación de un primo mucho mayor a él, sus traumas y hasta la prostitución que ejerció hace años atrás a cambio de merca. Di mi postura acerca del tema de charla: no sufrí violación de mi primo Hernán porque relativamente tenía mi misma edad pero a mí me terminaron gustando los chicos, y si bien fui a una psicóloga, no iba para tratar esos temas porque en cierta forma yo los superé. La verdad que fue bastante interesante la conversación entre gays que se llevó a cabo, a mí me gusta mucho hablar de estas cosas porque no suceden a menudo. El muchacho gordo, que era la pareja del morocho dijo que se quería ir - según los otros, al parecer se incomodó por la charla y los consejos. Hablamos unos minutos más pero les dije que me iba porque me estaba agarrando frío. fui al sauna seco y ahí encontré a un muchacho que estaba bueno pero tenía panza y la verga chiquita era amigo del que lo quiso chamuyar al brasilero antes. Como el otro había visto que yo hablaba en inglés con alguien y me preguntó si estudiaba o me dedicaba a algo por el estilo. Charlamos algunas cosas y salí directo para vestirme e irme. No vi más al de tatuaje y pensé que, por ahí, se había ido con el brasilero pero no creo.

Salí del sauna y caminé por las oscuridades de Buenos Aires hasta la parada de mi colectivo mientras usaba Grindr. Cuando estoy llegando a la parada, veo una situación que me trajo recuerdos horribles: un chico gritando mientras otro entra a un taxi, este chico que gritaba, le pega una patada al auto y seguía gritando cosas. En un momento, pensé que le estaban robando pero cuando la situación pasó a los segundos, me acerqué a la parada y había un muchacho del ambiente. Le pregunté qué había pasado y me contestó que dos chicos gays estaban teniendo una discusión de pareja. Y ahí se me vino a la cabeza los momentos feos que viví con mi ex novio, Ian. Mientras seguí esperando el colectivo, me hablaron algunos a Grindr pero sin lugar, también me hablo el chabón de la semana anterior y me dijo que vaya a su depto, pero le dije que ya me estaba volviendo a casa. Igual, parece que no entendió cuando le dije que lo nuestro era solo sexo y que dudaba volver a verlo. Al menos, le dejé buena impresión al cojer.

 

F.A.M.