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#117 - ¿Podemos Juntarnos?
Si Dios quiere, la semana que viene es mi última semana de facultad, y hasta diciembre no estaré tan ocupado. Pero ya está, lo peor del año ya pasó. Ese es el motivo de mi ausencia y poca promoción de mi blog. Supongo que, después de todo, volveré a ser el mismo; aunque no creo, estuve mucho tiempo pensando distinto y realizando cosas distintas en mi vida. Todo lo que sucedió anterior al 1/09, lo veo allá lejano, ya forma parte de mi vida pasada y solo lo recordaré como una experiencia que tuve, que pasó y ya. ahora me pongo a pensar, y dos años y medio me parece muchísimo, siendo que antes me parecía muy poco. Pero ya está, todo esos capítulos donde aparecían Martín, Joel y demás personas, los cerraré de mi vida de una vez por todas.
Todo esto porque conocí a Ian y, desde el primer momento en que sabíamos que íbamos a estar en pareja, cambié muchos pensamientos míos sobre "el amor"; aunque me encontré con personalidades, con antitudes mías que nunca antes conocí de mí mismo. Suena raro ¿no? Esto tiene que ver con la vida misma de Ian, quién se describió desde la primera cita, como un chico con un pasado que no quiere contármelo. ¿Pero por qué? Si ese día que tuvimos la charla mientras desayunábamos en el Burger King, yo le conté muchas cosas (de las cuáles no se acuerda de todas) pero le hice un resumen de mis aventuras con Lautaro, lo que pasó con Santiago y hasta el porqué corté con Joel. Y se agarró de eso para decir que "cómo se aseguraba él de que yo nunca le haría lo que le hice a Joel". Él casi ni habló de su vida argumentando que no tenía casi nada importante para contarme. Cabe destacar que yo le conté esas cosas por el hecho de que yo creía que nuestra relación sería "semi-abierta", o sea que estaríamos ambos con uno o dos chicos.

Esa estructura se cayó todo a las tres semanas de estar en relación, con la argumentación de su parte (y de la mía) que por el momento, sería bueno concentrarnos en nuestra relación. Todo esto también me mantuvo un poco nervioso, ya que nuestra primera salida a bailar sería nuevamente a Amérika, pero tras no estar de acuerdo con lo que estábamos por hacer, decidimos salir a bailar a Plop con las amigas de Ian, y mi amigo Damián. Fue una sensación muy rara: no me gustaba la idea que un puto X le chupara la pija conmigo o que ambos chupemos la misma pija al mismo tiempo. Pero si tengo que elegir, prefiero la segunda. Se me es raro todavía acostumbrarme a estar en pareja y tener relaciones sexuales con un versátil. Si bien estuve con versátiles, estar en pareja es distinto: a Lautaro, dos veces lo vi tener hacer de pasivo, pero él siempre conmigo fue activo, excepto la vez que estuvimos en Mar del Plata y que yo le chupé el culo.

Las peleas con él siguen hasta el día de hoy, siempre porque nos celamos uno al otro. Las veces que fuimos a bailar a Plop/Puerca juntos, terminamos peleando excepto una sola vez, todo porque yo le tocaba el culo y la pija para que nadie se lo tocara, y él me hizo lo mismo. La primera vez me enojé porque él saludó a muchos conocidos que alguna vez se cojió, y yo no entendía con qué necesidad si todo fue un garche y nunca se volvieron a hablar. Gracias al cielo que yo no ignorar a los que me cogí (que seguramente son pocos a comparación de los que se cojió a él). La vez que fuimos con sus amigas, o sea la primera vez, empezamos a discutir en el baño y en las escaleras del Vorterix, al final nos terminamos diciendo "Te quiero" y al volver al departamento de sus amigas, nos fuimos cagándonos de risa porque yo estaba un poco tomado y me puse en personaje. Sin embargo, las cosas empeoraron una vez que nos acostamos en el sillón del living y con Ian nos tapamos; las ganas de coger que teníamos eran muchas pero no daba más allá de que las amigas son tortas, duermen juntas y seguramente ni escucharían lo que nosotros haríamos. Todo empezó porque le pregunté si alguna vez había llevado a alguien a la casa de sus amigas y, tras varias respuestas negativas, me confesó que sí; no obstante me enojé y se alarmó diciéndome que se estaba quedando dormido y que me contestó cualquier cosa. En definitiva: nunca llevó a nadie. Empeoró la situación cuando al levantarnos y al tocarnos, me tomó de la mano y me llevó a la cocina. Hizo que me de vuelta para ponérmela pero no quise, me levanté y le dije que volvamos a la cama porque me parecía incómodo. Resulta que me enojé porque cómo me iba a llevar a la cocina argumentándome que ahí, sus amigas no escucharían nada. Entonces alguna vez llevó a alguien y utilizó la misma metodología. Discutimos, al final, cuando nos fuimos de la casa de su amiga nos reconciliamos y terminamos todo bien.

Discutimos una noche por teléfono porque nunca me quiso contar sus aventuras anteriores argumentando que no le era fácil porque habían momento de su vida que le costó superarlos. No entiendo, si vamos a ser pareja - en aquel entonces todavía estábamos "conociéndonos" - se suponía que debíamos conocernos. Mi enojo era el porqué no quería contarme, qué cosas ocultaba de su pasado. Luego, llegó el día en que me iba a presentar a su familia, y yo estaba de mal humor porque se me cruzaba la idea de a quiénes habrá llevado a su casa y demás. Ese día, todo se pudrió y hasta estuvimos a punto de cortar porque yo estaba totalmente malhumorado diciéndole que si él no me contaba la verdad (si se cojió o no a mi compañero de la facultad, o qué era lo que había pasado en su pasado) la cosa no funcionaba. Y él me respondía que si no cambiaba mi actitud era mejor que me vaya porque no quería presentarme a su familia si yo estaba de esa forma. Primero le dije que yo me iba a ir de vuelta a mi casa, y después el me echó diciéndome que me acompañaría hasta la parada para que me vuelva a mi casa; ambos sabíamos que si eso sucedía, no nos volveríamos a hablar más, por eso había que pensarlo bien. Cuando yo me había calmado, tuve que decirle que era tarde para que yo me vaya a mi casa, en todo caso me convendría tomar una ruta alternativa por Capital Federal, cosa que lo enojó peor porque decía que yo quería ir a verme con alguien. Por suerte, solucionamos las cosas y la presentación con su familia salió bien.
Hoy en día con Ian, nos amamos incondicionalmente. Ya cesaron un poco los celos y la desconfianza por uso de celular y llegadas tarde a destino. Lo mejor de todo es que siento que vamos a estar por mucho tiempo más, no como me pasó con Joel que, a los tres meses y medio, no quería saber más nada con él. En este caso, todo lo contrario. Es más, ayer le confesé a mi hermana que soy gay, un paso adelante para después enfrentarme con mi mamá y mi papá. Mi hermana lo tomó bien, igual ella no se entromete en mi vida ni yo en la de ella; me dio su apoyo. Todo esto a raíz de que estoy en pareja con Ian. Espero que todo marche bien.
F.A.M.