Pages

lunes, febrero 10, 2014

#69 - Revancha

Ese domingo, después de dormir con la amargura que me causó una simple salida con "amigos", estuve en la PC como siempre, tratando de asimilar cómo una cosa así me pudo haber pasado, entonces veo que Facundo publica un estado en facebook preguntando si alguien le hacía la segunda para salir a bailar porque él no quería salir solo. Me había gustado la idea que salgamos pero ¿no era abusar de mi buen estado físico y no tan mental como para salir los tres días del fin de semana largo? Pero bueno, me animé y le pregunté qué onda, qué boliche abría un domingo; porque si somos sinceros yo nunca salí un domingo, ésta sería mi primera vez. Facundo me contestó que quería ir a "La Jolie", cerca de Plaza Italia y que también vendrían unos conocidos de él. Durante todo este último momento, con Facundo me empecé a llevar bien pero había un problema que Anabella me había anticipado hace algunos meses: las cosas entre él y Elías no andaban bien. Según lo poco que me dijo Elías una vez es que Facundo quiso de hacer intermediario porque él se "metió" con la pareja de un amigo cercano a Facundo.

No sabía cómo ir a Plaza Italia porque a las 0hs me encontraría con él ¿qué me convenía? A eso me refería. El colectivo que me lleva directo a esa hora no pasa, por eso salí un rato antes para tomarme dos colectivo. Me dormí cuando subí, estaba muy cansado, pensé que resistiría pero no, creo que tres días seguido es mucho aunque  más allá de haber salido, también fueron noches fuertes. Llegué temprano, en 50 minutos estuve allá, la primera vez que tardaba ese tiempo; obviamente Facundo ya había llegado por eso me esperó. Lo saludé, todavía era temprano para entrar, y fuimos a caminar. En ese momento empezó la charla: él me contó realmente el problema con Elías y era como me lo habían contado, nada más que Elías nunca aceptó que lo que hizo estuvo mal. Le pregunté quiénes vendrían, él respondió que unos conocidos iban a venir pero que parecía que no. Facundo es un chico de mi estatura, 1.70m, morocho, con lindas piernas, y cara bonita; sin embargo él era como un desconocido para mí, es que nuestra relación fue cambiando mucho desde que nos conocimos: el día que lo conocí, me lo comí y por poco me lo traía a mi casa porque yo estaba borracho; después nos encontramos unos minutos antes de ir a Cerrito con los otros chicos en el Obelisco y nos quedamos abrazados, donde nos contamos cómo nos volvimos gays y ambos teníamos la misma historia. Nos pasamos fotos por whatsapp un poco subidas de tono; tiempo después, él tomó distancia y no contestó mis whatsapp, un día que salimos a bailar con Elías, Anabella y Ariel, él se hizo el tonto y me dijo que no tenía señal. No nos hablamos más, hasta que volvimos a salir a bailar y él cambió su actitud totalmente remontando la relación; y ahora estábamos saliendo como amigos. 

Quizás era lo que Elías alguna vez dijo: cola con cola no engancha. En fin, le conté algunas experiencias locas, que me tenían fuera de quicio: lo de Lautaro y Chris, lo de Mauro y el por qué no asistí a su cumpleaños, algo sobre Santiago y sobre todo lo del amor de mi vida Martín. Llegamos al boliche y como era temprano, decidimos tomar un helado por ahí antes que los negocios cerraran; y cabe resaltar que el boliche no era tal cosa sino un bar bailable. Seguimos hablando, a Facundo parecía importarle poco lo que yo le contaba por ende me callé y después entramos a bailar. Entramos y había bastante gente, un lugar pequeño con un subsuelo electrónico un poco vacío. Bajamos y pedimos algo de tomar, lo único en la noche porque no teníamos plata; habían pulseras de colores pegadas en el techo así que agarramos algunas y nos la pusimos. Estuvimos ahí un rato, después subimos a la otra pista y ahí bailamos un rato pero hacía tanto calor que volvimos a bajar, y así sucesivamente; sus conocidos nunca vinieron. Una vez arriba, nos hicimos un lugar y bailamos, recuerdo que había un chico lindo con su amiga, nosotros estuvimos prácticamente acorralados contra la pared, había un sillón donde nos podíamos sentar si queríamos. Las miradas de pronto se hicieron cada vez más fuertes, yo me hacía el pelotudo y bailaba mirando la inmensidad, lo miraba de reojo o de "pasada" pero no le envía ninguna señal fija. Él se acercaba, yo me hacía a un lado, nos pusimos espalda con espalda, y nada; Facundo se fue al baño y me dejó solo así que yo histeriquié un poco más con este chico y me senté. Cuando Facundo volvió me preguntó si me había cansado y le dije que sí, el chico lindo y su amiga se fueron seguramente porque yo no le di bola. Pero ese no era el tema, el problema que yo tengo "eso" que si a mí no me encaran, yo no me acerco y no digo ni una palabra. Mi autoestima baja y mi timidez no me lo permiten, ni por más que "la onda" esté asegurada. Por eso a veces digo que, si no me encaran, por más que sea algún chico lindo por el que yo me muera, yo no pienso acercarme. Y ni hablar si lo vi comiéndose a otro pibe, ahí directamente lo ignoro por más que me guste, al menos conmigo esa misma noche no tendrá oportunidad. 

Volví a pararme a bailar, seguramente habrán pasado una canción que me gustaba; el chico lindo y su amiga volvieron y nos miramos, él me miraba, yo lo miraba. Lo miré a Facundo y me dice mientras hacía señas:
-Acercate, boludo. Hablale, encarátelo - Puse cara de resignación mientras le negaba con la cabeza. Facundo me hace otra seña queriéndome decir "que tonto que sos" pero no le di importancia, supongo que él chico esperaba que yo lo encare. En fin, nos fuimos hacia otra parte y se nos acerca otra chica con otro chico y ella nos saca tema de conversación. La chica se fue y el chico se quedó, empezamos a hablar con él y tras unos minutos, Facundo y este chico se besaron ¡Bien por él! En serio, me alegré. Bajamos al subsuelo y nos quedamos ahí parados, ellos se besaban y se abrazaban. En un momento se nos acerca el fotógrafo del boliche y yo le digo a Facundo para sacarnos una foto los tres, suponía que después las subirían a internet. Ellos seguían muy juntitos y a la vez pensaba dentro de mí: "Es una mierda ser así, con estos complejos porque nadie se me acerca" A mí se me habían ido las ganas de bailar, por eso me senté en el sillón mientras ellos también se sentaron y no se despegaban. Después de media hora, subimos y bailamos con el chico este, la amiga se vuelve a acercar, ahí hacía mucho calor y a Facundo le agarró hambre:
-Che Fede ¿dentro de 15 minutos vamos por ahí? No sé, me agarró hambre - Propuso él, eran las 5am.
-Bueno dale, vamos a un Mc, yo también me estoy muriendo de hambre - El problema era que él no quería dejarlo al chico ahí pero se pidieron no sin antes intercambiar números de celulares y facebook. 

Cuando salimos hacía un poco de frío, adentro hacía calor por las personas; le propuse ir a un Mc que había ido con Joel ya que en ese entonces nosotros habíamos estado por ahí. Al llegar estaba cerrado, claro, era lunes de madrugada por eso nos frustramos y no sabíamos que hacer. Íbamos a volvernos a la zona de Plaza Italia porque otra no nos quedaba, el Mc de ahí también estaba cerrado y abría a las 8am, no podíamos esperar hasta esa hora. Por eso mismo decidimos comprar unos snacks en un kiosco que estaba abierto y comer sólo eso, sin embargo mientras caminábamos sin rumbo, él me dice:
-Ay, tengo unas ganas de cojer - Y yo me empiezo a reír
-¿Por qué ese comentario? Bueno, si vamos al caso yo también.
-¿Y por acá no habrá un lugar donde encontrar chicos para cojer?
-Y... podríamos ir a la zona de los bosques, supongo que ahí encontraremos algo, o un auto que nos levante.
-¿Seguro? - Me preguntó él dubitativo
-No lo sé pero siempre escuché el mito de "los bosques de Palermo y la prostitución" o el "Rosedal y los travestis". Si se cojen a travestis ¿por qué no van a querer cojer a dos pibitos? Vamos y vemos que onda.
-Ok, dale - Con Facundo empezamos a caminar hacia el lado de los bosques de Palermo cuando aún era de noche, mientras comíamos el snacks e íbamos hablando de cosas insignificantes; esquivando a algunos linyeras que suelen andar por esa zona. No sabíamos para donde ir, por eso caminamos por la Av. del Libertador mientras los autos volaban, a esa velocidad ninguno se iba a detener para hablarnos, caminamos hasta que llegamos al Rosedal y caminamos por ahí cuando recién estaba amaneciendo. Pudimos observar algunos señores mayores yendo a trabajar y a señoras grandes intentando ponerse en forma. No había nada y me llamaba la atención que en estos lugares no haya ningún auto parado intentando levantar a alguien. Seguimos caminando y terminamos en la av. Figueroa Alcorta donde los autos también volaban, nos sentamos ahí a ver si teníamos suerte pero nada. ¿Puede ser que esa zona tan famosa por el sexo al final no haya nadie? Ni siquiera una prostituta ni un traba. 

A punto de cruzar debajo un puente de un tren, decidimos finalizar nuestra búsqueda y volvernos a casa así que pegamos media vuelta y volvimos no sin antes pasar por el boliche Crobar y ver a un montón de chicos y chicas salir.
-¿Probamos suerte en el bosque? - Le propuse a él y nos fuimos caminando hacia ese lado pero tampoco, no había nadie, eran las 6.30am, una respuesta sería que a esa hora ya nadie busca nada. A punto de cruzar la avenida para volvernos a casa, pasa un auto con 5 chicos, ellos nos miran y nos chiflan:
-¡Ay, estaría buenísimo que nos lleven con ellos! - Le dije a Facu.
-Sí, uno más lindo que el otro - Seguimos nuestro camino por una calle y en la puerta de un edificio de la vereda de en frente, bajaron dos chicos muy lindo de un auto y hablaban entre ellos. Uno se cruzó de vereda cuando nosotros ya habíamos pasado por ahí, se desprende el pantalón, saca su pedazo de pija encima dormida y hace pis en un árbol. Facundo y yo nos dimos vuelta enseguida a ver ese espectáculo mientras se nos caía la baba. Al rato volvimos a mirar hacia adelante:
-Wow ¿viste lo que era eso? - Le pregunté yo
-Sí, encima re lindo el chico.
-Ojala yo pudiera encontrar a uno así - Hacía años que no veía una pija de un paki. Ambos caminamos hasta Plaza Italia y bueno, esa fue nuestra suerte de ese día, lo despedí porque yo me tomaba un colectivo y él el tren. 

Esto me va a servir como una introducción a todo lo que se viene después, y hasta cosas del hoy en día. Por un lado, retomé el contacto con Facundo y por otro, ambos queríamos meternos en el tema de sexo en lugares públicos a cielo abierto. En más de una ocasión yo dije y tuve ganas de prostituirme, hay algo que con Débora siempre decíamos: "Me cojí a cada bagre gratis, y que cobre por cojerme a cualquiera, está bien" Si a mí me paraba un auto con un tipo lindo y me decía "Subí" Yo lo iba a hacer, no sin antes prepararme si tenía que salir a correr o gritar si algo malo pasaría. A los días siguientes busqué información en internet acerca sexo en Palermo y encontré algo que nunca me hubiera imaginado: sexo entre gays en una plaza detrás del hipódromo de Palermo. Nosotros con Facundo habíamos estado a 3 cuadras del lugar y por eso mismo no encontramos nada, porque esa es la zona exclusiva de gays. Cuando yo tuve un recital en el GEBA en el 2011 (donde conocí a Mariángeles, Patricio y a Gastón C.), me llamaba poderosamente la atención qué había cruzando el puente del tren: bueno, justamente eso, la zona de los gays. Ni bien me enteré de esto se lo conté a Facundo diciéndole que teníamos que ir a ver qué onda esa zona.


F.A.M.