
Ahora, me siento raro, con un dolor en el ojo derecho que a la vez me hace doler la cabeza y hasta la parte derecha de la encía y las muelas. Fui a la guardia oftalmológica y, después de una revisión y un fondo de ojo, todo está ok. No sé si será algo relacionado con el stress o eso porque me dije a mi mismo que este año estaría más tranqui con respecto al laburo ya que me había recibido y quería hacer otras cosas relacionadas con la música. Pero no, no pude porque tengo algunas deudas, aunque prometo regularizarme. Con respecto a mis pensamientos y a mi forma de ser, con Soledad volví a mi pasado, estas canciones que yo escuchaba cuando era chico, me hace acordar cuando iba a la casa de mi abuela paterna con mis primos que ya vivían ahí, o cuando con mi mamá fuimos al Musimundo de Once a comprar el álbum 'Soledad' del 2000; también me acuerdo escuchando el álbum Libre con mis primos maternos. No sé si sea bueno o no ese retroceso. Este proceso lo relaté cuando fui a ver al Gran Rex a la Sole en 2017 ya que iba a ir mi mamá, pero no pudo venir y, entonces fui yo.
Actualmente, me sigo hablando con algunos chicos que, la mayoría, son nuevos. El Colombiano ese que había conocido tiene el mismo mambo que yo con respecto a lo sexual y eso me calienta y me excita. Es uno de los pocos chicos que conocí sin límites en el sexo y me pone a mil. Después de esa vez que vino y que fue algo express, nos mantuvimos en contacto y hablando casi todos los días. El domingo nos íbamos a ver, pero me había propuesto hacer un trío y me comentó que podía traer a un conocido de él que es pasivo. Últimamente, tuve la fantasía de enfiestar a un activo entre dos pasivos, entonces se lo dije y me contestó que le encantaría porque nunca lo había hecho y eso de ponerla en dos agujeros le ponía la pija bine dura. Sin embargo, no con cualquier activo lo podría hacer, si no a alguno que yo conociera y tuviera confianza, que el día de mañana quisiera y pudiera traer a otro activo así me enfiestan a mí. Algo así como favor por favor. El pibe era lindito, más pasivito, pero buena pija también. Ahí mismo, le hablé a un venezolano con el que me vi varias veces, que me cogió y, hasta una vez, traje a un pasivo que quería que yo se la pusiera, pero hice que se la chupe al venezolano y me la chupara a mí mientras el venezolano me la ponía. Justo era el horario que el salía del laburo así que también vino e íbamos a improvisar un cuarteto donde yo era el único pasivo. Eso me encantó
Primero, vinieron el colombiano con el pasivito. Empezamos a chupársela y a casi ponérnosla. Cuando llegó el venezolano, que estaba casi desesperado porque nosotros ya habíamos arrancado, se sumo y le daba morbo ver a un activo cogiendo. El colombiano, Manuel, se la puso más al pasivo que a mí, yo tenía al venezolano que me excitaba, pero si comparábamos pijas, Manuel la tenía mas gruesa. Es más, el venezolano se la pasaba mirando lo que los otros dos hacían. Lo que más me calentó de esa tarde fue cuando nosotros dos nos pusimos en cuatro en la cama y ellos, parados, nos la iban poniendo y se iban turnando mientras nosotros nos besábamos. Y después, la doble entre el pasivito y Manuel conmigo. Al cambiar, me la hicieron el venezolano y Manuel. El venezolano acabó cuando se la estaba poniendo al pasivito, pero se la sacó y ahí chorreó la leche de su pija, no le quiso acabar adentro. Yo quería que me la diera en la boca, pero Manuel la agarró, se la puso en su pija, en poco en mi culo y un poco en el culo del otro pasivo, y nos cogió así.
El venezolano se tenía que ir y nosotros paramos un toque. Después de que lo acompañé a la puerta y volví, nosotros tres seguimos. Manuel se la puso al pasivo y dijo que iba a acabar:
-¡No! ¡Adentro no le acabes! - Dije manifestando celos y la adrenalina de que le acabara adentro, quería que me diera la leche en mi boca. Le dejó el primer chorro adentro, y el resto afuera. El pibito tenía todo el culo roto, con mezcla de sangre y demás. Me pajeé yo y le acabé también en la cola, no sin antes pasar mi lengua por los restos de leche de Manuel que el pasivo tenía en la nalga. A los minutos, Manuel nos cogió de vuelta a los dos y me acabó en la boca. Cuando el otro se tuvo que ir, me quedé con Manuel y fuimos a comprar unas cervezas al chino y las tomamos en la terraza hablando de nuestras propiedades. Al volver a mi departamento, me garchó de costado y me acabó adentro como dos veces, hasta que me pajeé mientras me hacía oler su boxer y acabé. Terminamos muertos, él después se fue.

Pero no todo podía ser color de rosa porque durante la semana nos hablamos lo más bien, le dije para vernos, aunque se le había complicado y así hasta que llegó el finde y también se le complicó. Cuando me preguntó si había cogido esa semana, le conté que no. En realidad sí, el sábado a la mañana había venido un pibe con buena verga, alto y flaco, no tan lindo, pero que con un buen pete le tragué la leche a garganta profunda. No garchamos con él. Él me contó que sí había garchado. Mientras tanto, después sí garché con Ken quien no estaba contestando los mensajes aunque me lo había cruzado en el tren, por lo tanto viajamos juntos y parece que ahí juntó calentura. En el viaje ese hablamos de cosas de la Universidad, nuestros laburos, etc. Obvio que quería garchar ahí en el medio del vagón, con lo que me encanta el sexo en lugares públicos. Al menos, tocarle la verga o chaparlo. Lástima que justo quedamos parados al frente de una mina que un poco más y se metía en nuestras conversaciones de tan cerca que estaba. Posta que yo quería, mínimo, chupársela. Lo mejor de todo fue que él me dijo exactamente lo que yo pensaba, entonces, no quedé mal frente a él de decirle que yo también tenía ganas de tocársela ahí en el tren. Y sí, no lo conozco, por ahí se lo decía y pensaba que yo era un degenerado o perverso. Lo mejor fue que coincidimos y eso está bueno. Repito: no con cualquiera se tiene esa confianza y esa onda o química. La cosa fue que Manuel se enojó un día conmigo porque me dijo que yo era un cualquiera que garchaba con todos, a lo que le contesté que estaba hablando boludeces porque él me había vuelto a preguntar su había garchado, y le contesté que ese mismo día había cogido ya que él no me dijo cuándo podía verme después de cancelarme tres días, que yo no le iba a rogar ni a esperarlo a él para coger. Se re ofendió, que a él no le iba eso, que no sé qué más. Aunque le contesté que él que garchaba con cualquiera era él, sin embargo, se terminó enojando y bloqueándome de todos lados. Se la retruqeé por SMS y le dije que no lo iba a molestar más, que de eso no se preocupara.
Si sigo con el relato de chicos con los que estuve en este tiempo viviendo en mi departamento
- En este tiempo que estuve viviendo solo, con no más de tres chicos he ido a sus casas. El resto siempre vino a la mía. Hacía tiempo me hablaba con un pibe que parecía lindo, tenia 31 y vivía en Lanús. Después de varios intentos fallidos de vernos porque ambos teníamos lugar, uno tuvo que ceder y fui yo una noche que fui a retirar plata que me debía Nazareno y pasé por su casa para quedarme a dormir. El pibe era muy "mi tipo": alto, flaco, con buena verga, re masculino mal. Lástima que tenía el mambo ese de ser mochilero, que no le iba estar atado y adaptado al sistema. Por lo tanto, su idea no era residir en un lugar y peligraba nuestros próximos encuentros. Tomamos cerveza, hacía mucho calor y no tenía casi nada en el departamento. A la hora de acostarnos, garchamos muy bien y, en un momento, estábamos jugando, de repente me dilaté y me entró de una cosa cosa que me hizo doler mal. No acabó porque paró y después le costó. A la noche, de tanto tocarlo y pajearlo, me acabó en la boca. Mientras dormíamos, me puso le culo y lo apoyé a tal punto de querer que se la pusiera. Para mí, el re morbo, pero no daba.
- Un muchacho de unos 34 años que siempre me veía por Grindr y me escribía, sin embargo, siempre le dije que no me atraían los mayores de 30 años. Sin embargo, en un momento de calentura agarré viaje y nos empezamos a chamuyar. Pero, a pesar de su edad, tenía muchos mambos en el bocho como por ejemplo, pensaba que yo era menor de edad porque no le pasaba fotos en bolas o porque no decía mi edad. Cuando nos vimos, filmé a lo cámara oculta cuando garchamos pero se veía de lejos. El mambo de él era todo con forro y hablaba de los putos que lo hacen sin forro y bla bla bla. Yo seré uno de esos. Me encanta sin forro, pero bueno, no siempre se puede. Me dio más la sensación de asustados por él que por los demás. Nada wow, una pija común y él, muy básico en el sexo. Lo bueno fue que acabó en el forro, lo dejó en el cesto, después vino el Ken que también me cojio con forro, acabó y lo dejó en el cesto. Mezclé las dos leches en un pocillo y jugué en mi boca hasta que acabé y las tragué.
- Un día a la noche, vino un pibito que no era lindo, aunque era flaco como a mí me gustan. El prepucio no se le tiraba para atrás y eso era un bajón. Me dio hasta asquito chupársela. Pensar que cuando yo era adolescente me pasaba lo mismo. Buen sexo. Acabó y después me habló una vez, pero me clavó el visto.
- Un chico que trabaja en un McDonalds cerca de mi departamento. Me vi con él como 6 veces en este tiempo. La primera vez vino tipo 23hs un viernes y fue solo pete, es solo activo aunque tiene un mambo también ya que estaba en pareja con minas. Sin embargo, esa noche me la había chupado si no me equivoco. Lo bueno de este pibe era que acababa en el forro, lo ponía en el cesto y, cuando se iba, lo agarraba y lo vaciaba en mi boca. Me ponía su forro y me pajeaba con eso puesto. Nunca se dio cuenta. La última vez que vino, un día de calor, tiramos el colchón en el piso y ahí cogimos. Me contó que no se conectaba a Grindr porque estaba en algo con un pibe, pero que le había pintado sacarse la leche y al pibe lo veía cada tanto. La cosa fue que él me volvió a hablar, pero no era él, era este chico que, se habrá descargado Grindr en su celular y su cuenta ya estaba abierta. Me habló y me di cuenta que era el otro. Pero bueno, metí la pata. Digo, yo no tengo por qué dar explicaciones a nadie. Así que el problema será de él.
- Un muchacho paraguayo que también conocí por Grindr. Me gustó una foto en donde se lo veía sin remera, con una pierna encima de una silla y en boxer. Me gustó su contextura física y, más tarde, me llevé la sorpresa que tenía alta verga. Siempre me habla, pero ya saben como soy yo. No me gusta que me estén encima, dejame un tiempo sin verte y, cuando tenga ganas, te mensajeo y volvemos a garchar. Una vez, acabó mientras le hacía un pete y a mí se me ocurrió hacer un trío. Era su primer trío, estaba nervioso y al haber acabado, casi ni se le paraba, pero me gustó que el otro me re garchó y se la chupó al paragua también. La última vez que nos vimos, acabó mientras le hacía un pete a garganta profunda.
F.A.M.