Al
bajar del colectivo, crucé la 9 de Julio y él estaba esperando a mí,
estaba con una musculosa y un shortcito, quería lucir su físico; lo
saludé y me dijo para ir al depto. Así que le dimos para adelante,
aunque antes pasamos por una pizzería y encargamos una. Cuando llegamos,
ni bien cerró la puerta, nos matamos a besos, me re gustaba él;
entonces a punto de comer, me siento y le digo que yo ya había comido en
casa. Mentira, era una excusa porque para mí es un riesgo comer antes
de tener sexo, y para cualquier chico pasivo; y quizás quede mal por
rechazar su amabilidad pero como dije, era un riesgo "¿Vos que
buscás...?" Rompí el clima "¿...una noche y nada más, un veamos a ver
que pasa, o una pareja?" Le dí las tres opciones, quería activar mi
autodefensa por si este chico que realmente me gustaba me desilusionaba.
Sólo me respondió "Conocernos y vemos" Ninguna de las 3 que yo le había
dado a elegir aunque yo estaba seguro que podía serle el chico más fiel
del universo si me diese una oportunidad.
Me contó
que él
miraba la novela, así que yo me senté en el sillón y él se recostó
apoyando su cabeza en mis piernas. Lo besé y lo empecé a acariciar,
mientras el
miraba la TV, parecía un nene ahí y ese carisma de tratarlo como mío me
había excitado. Tan tonto no podía ser de invitarme a mirar la TV así
que nos empezamos a tocar muy suavemente hasta que no aguantamos y
cambiamos de posición: el se sentó y me pidió que me sentará frente a él
así nos besábamos cara a cara. Yo lo hacía con mucho gusto porque era
mi hombre ideal, tal cual como lo había imaginado siempre, sus rasgos y
su físico también. Y al propósito, yo empecé a tocarle su abdomen muy
marcado, y lo había imaginado: tenía muy buen cuerpo. Íbamos despacito,
pasando mi lengua por sus labios y mirándolo directo a sus ojos mientras
yo sonreía "¿Qué pasa?" Me preguntó. "Nada. No pensé que me ibas a dar
bola ahí en el boliche" Él se sonríe y me contesta "Ay pero como no,
encima yo trataba de acercarme y vos te alejabas" sonreí otra vez y
seguimos con lo nuestro. Me pidió que me sacara la remera, la cosa ya
estaba subiendo de tono, lo hice y después él también lo hizo. Esos
músculos y abdominales marcados hicieron que se me pare la chota de una
manera increíble. Me tocaba la espalda y bajaba su mano lentamente a mi
culo, yo lo abrazaba mientras nos besábamos y no creía lo que me estaba
sucediendo "¿Me saco el pantalón?" Le pregunté demostrando mi inocencia y
falta de experiencia aunque no se crea. "No, pará, vamos tranqui"
Me
dijo como queriendo continuar 'la previa' y seguimos así hasta que
después si nos sacamos los pantalón y pude contemplar una de las mejores
pijas que había visto hasta el momento: más grande que de la de todos
con los que estuve, exceptuando a Hernán. La
tenía parada y se le notaba en el bóxer, yo también. Enfrentados, me
senté sobre su pija y tenía muchas ganas que entre y me cojiese como el
putito que soy, y empezamos a movernos de a poco con besos y manos en
nuestros cuerpos. Le besé esos abdominales que me derretían y a bajar
hasta llegar a los pelitos de su pija, justo donde estaba su bóxer. Eso
me re caliente de los hombres; así que le manoseé la pija y lo empecé a
pajear por encima del bóxer y después se la saqué para apreciarla mejor.
Ni bien me dio la confianza, me la metí en mi boca y saboreé ese glande
que explotaba por la calentura que tenía, podía deleitar el pre-semen
que salía de su cabecita. Y así estuve un buen rato hasta que decidió
convertirse en el macho que es, se levantó, sacó unos forros de su
armario y supe que tenía que prepararme porque me iba a cojer con esa
pija bastante grande.
Al
principio me re dolió, costó pero después mi agujero se dilató y entro
para darme duro: había un machito metido en ese cuerpo. Cambiamos de
pose varias veces y yo gemía a más no dar, nunca me calló ni me puso su
mano en mi boca, quería que todos los vecinos del edificio se enterara
que se estaba cojiendo a un putito. Cuando estaba por acabar, frenó un
poco pero me seguía dando, él también gemía pero no tan fuerte como yo; y
cuando pensé que iba a parar en realidad me dio vuelta boca abajo y me
siguió cojiendo para después volver a dismunuir el ritmo hasta que paró
definitivamente: "Ay, me hiciste acabar 2 veces" Me dijo el muy puto,
estaba re caliente y se le notaba. Sacó su pija de mi culo, el forro
lleno de leche y se fue al baño, trae algo para limpiarme y se acerca a
darme un beso. Antes de acostarnos porque ya era tarde, me dice: "A ver,
¿qué marca es tu bóxer? Nunca lo ví" No, es que precisamente no era de
marca pero intuí que le gustaba usarlos. Nos abrazamos mientras
estábamos parado y me encantaba que sea más alto que yo y con una cola
mejor que nadie, bien durita.
A
la hora de dormir hablamos algunas boludeces y me dejo en claro que es
de moverse mucho y que no podría llegar a dormir abrazado junto a mí
como le gustaría. Al día siguiente nos despertamos un poco tarde y
mientras nos cambiábamos nos dimos unos besos más. Él iba a desayunar en
su casa para después ir a trabajar, entonces me acompañó hasta la
planta baja del edificio y en la puerta nos despedimos para seguir en
contacto. Nunca antes había amanecido en el centro de la Ciudad de
Buenos Aires, me costó orientarme porque era un mundo de gente y yo
recién me despertaba; él me había indicado hacia donde tenía que ir para
tomarme el subte para volver a casa.
Quiero que sepan que no es fácil para mí plasmar esta parte de mi vida, hay mucho sentimiento de por medio y entre otras cosas me cuesta recordar los detalles y aún más, ser preciso con el tema de las fechas ya que pasó más de un año y medio desde que lo conocí. Esos días consiguientes viví exaltado, le conté a Débora como había sido la cosa con Tincho, obvio sin muchos detalles. Ahora ella pasó a ser mi mejor amiga y a pesar que hacía un año que la iba a conocer, estábamos de vacaciones y hacíamos una vida de amigos unidos que de a poco y a pasos agigantados nos íbamos conociendo. En esos tiempos Débora me había invitado a participar del fan club de la boyband, entonces primeramente los domingos y después los sábados, nos juntábamos en el microcentro de la Ciudad de Buenos Aires para hablar de nuestras cosas y asistir a esas reuniones con el fan club. Esos días fueron unos de los mejores que viví en mi vida, verano, disfrutábamos de nuestra libertad (su mamá estaba de viaje por trabajo) y a mí increíblemente me gustaba un chico, el primero de mi vida.
Con Tincho nos seguimos hablando por sms y por inbox de Facebook, me había hablado a los pocos días, pero según me dijo, él era una persona muy ocupada porque estaba en Buenos Aires por estudio además trabajaba prácticamente tarde/noche y entrenaba en el gym su cuerpo perfecto. Por eso mismo yo no quería molestarlo con mensajes, tampoco para ser cargoso y mucho menos que se de cuenta que me gustaba, quizás lo iba a espantar o él iba a jugar conmigo. Aún así traté de ser modesto, contestando lo que él me enviaba y quizás yo le enviaba algún mensajito para ir enciendo el fuego; pero lamentablemente llegó la primera crisis: no me había respondido un mensaje de texto y había pasado unos 4 días.
¿Quién no va a tener un momento disponible en 4 días para contestar un simple mensaje que no te tarda más de un minuto? Me había enojado pero como dije, no quería ser molesto, iba a dejar que cuando quiera él me hablara pero mi cabeza explotaba, yo quería estar con él y sufría porque me imaginaba que en realidad lo que había querido era un polvo y nada más. Por inbox me había dicho que no tenía crédito y que cuando es así que le hable por ese medio. Aunque seguí enviándole sms y tampoco me respondía.
Me acuerdo una noche que una amiga nos invitó a bailar a un lugar por el microcentro donde tocaba un DJ conocido de ella. Ese día conocí a Andrea, una amiga de Débora, y fuimos todos juntos. El lugar estaba bueno pero la música era un asco, muy trance; por eso nos fuimos a bailar a otro lugar dejándola a esta amiga ahí. Tanto Débora como yo estábamos acostumbrados a Amérika, yo más que nada porque es mi ambiente y al ir a un boliche heterosexual (muy de negros) llamado GOA no nos quedó otra que sólo bailar. Llegó un momento en que nos fuimos porque había mucha gente y no podíamos estar tranquilos y todo el mundo te empujaba, además se armó lío y esas cosas no pasan en Amérika ni en otro boliche gay, es distinto, más tranquilo. Pero lo importante acá es que cuando salimos, nos fuimos a desayunar al Mc Donalds grandote del Obelisco; precisamente donde me había visto con Tincho hacía una semana y media atrás. Lo tenía en mi mente y no dejaba de pensar, estaba loco por él, tan loco que después de desayunar y salir del lugar, pasaron 4 chicos y a uno de ellos lo vi tan parecido a Tincho que se me congeló la sangre y me puse pálido. Grité y le dije a Débora que espere un segundo que necesitaba sentarme porque se me hacía haberlo visto a él, yo fui un boludo, no pude haberme puesto de esa forma al creer ver a alguien parecido a él. Estaba paranoico porque habíamos estado cerca de su casa, justamente al acompañar a una amiga y al primo a tomar el colectivo, con Débora nos volvimos juntos a Once hablando de nuestras cosas.
Una tarde de sábado, acordamos con Débora vernos en la estación Once e
ir juntos en colectivo hasta el microcentro para asistir a la reunión
del fan club, aunque hablando de todo lo que nos gustaba; ella me dice:
-Anabella
cambió muchísimo este año desde que se fue de vacaciones. Cuando yo
volví de vacaciones en la costa, le conté mis experiencias sexuales y me
empezó a decir que eso no estaba bien visto en una mujer y
prácticamente me trató de trola, de gato. Y no quiero ser mala, pero
Anabella es mufa (persona que trae mala suerte)
En ese momento yo abrí los ojos y la interrumpí enseguida:
-¡Yo
también pienso eso! -Exclamé mientras íbamos en el colectivo -¿Sabes
que? Desde que yo le empecé a contar por Facebook lo que me pasaba con
Tincho, todo me empezó a ir mal. Y mismo cuando salí la primera vez a
bailar con ella, me espantaba a todos los chicos que se me acercaban.
-¿Viste?
¡Yo sabía! -Débora me había hecho caer en la cuenta que Anabella no era
buena amiga, entonces desde ese momento dejé de contarle mis cosas tan
detalladamente y desde ese día en más fuimos perdiendo contacto de a
poquito.
F.A.M.