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miércoles, julio 29, 2015

#125 - Candelabro [Parte I]


Vacaciones de medio tiempo. Después de haberme separado a fines de junio, decidí que hacer un viaje era lo mejor que me podía pasar para reflexionar sobre lo sucedido, relajarme y olvidarme de mi ex que, lamentablemente, fue el que quiso nuestra ruptura. Igual, causante pongámoslo entre comillas. No sé bien qué pasó, pero yo juro que día a día hacía una meditación inconsciente que me servía para llevar la relación y evitar las peleas; de esta forma creo que estábamos en nuestro mejor momento como pareja. Pero bueh. Ahora, desde Mar del Plata estoy escribiendo esta entrada ya que una amiga, Andy – conocida del último show de los BSB que brindaron el 17 de Junio – me invitó a su casa para vernos y a charlar sobre esta situación que a mí me desbordó y me tiene tuvo re-contra pensativo.


Voy a relatar la historia que puso punto final a nuestra relación que parecía que nunca se iba a terminar, que nosotros estaríamos juntos para siempre; y aunque las peleas eran constantes y no tan fuertes, nunca nos imaginamos estar alejados como estamos ahora. Esos planes de vivir juntos, de invertir en nuestras propias cosas y ser felices se destruyeron como un vaso cayendo al suelo. Hay dos posibilidades que no están explícitas en nuestra separación y quizás sean las causantes de la ruptura, pero yo contaré todo y ustedes juzgarán eligiendo algunas de las opciones que relato a continuación. Todo empieza en mayo, para ser más preciso, el fin de semana del 16, donde Ian me cuenta que sus amigas Nadia y Ayelen se habían separado y que ese fin de semana él saldría a bailar con Nadia y su amigo Daniel. Cabe destacar que a todos esos amigos que él me nombra, yo los conocí una vez, en la fiesta de Nadia que se realizó cerca de mi casa. Ian no los veía hace mucho, de hecho, una vez al año. Mientras nosotros estuvimos en pareja, los vimos esa vez en esa fiesta solamente. Resulta que estas chicas estuvieron en pareja hace 5 años, según lo que ellas me contaron en esa fiesta. Frente a esta proposición de Ian le respondí que no había problema, que yo organizaría con mi amigo Damian para ir a Plop. En esa salida, él estuvo apartado con su amiga Nadia y Daniel, y yo bailé toda la noche con Damián pero Ian venía a cada rato para estar conmigo. A mí no me importó y no lo vi como un riesgo que él se aparte con sus amigos porque de hecho yo quería bailar con Damián. Hacía tiempo que yo no podía estar bailando solo con mis amigos, si no me equivoco era la primera vez que “salíamos separados” aunque juntos a la vez



A la semana siguiente con un lunes feriado por el 25 de mayo, habíamos arreglado con nuestros amigos para salir a Plop/puerca preferiado. Ian me había dicho que se juntaría con Ayelen, Esteban y otra gente en casa de Ayelen para luego ir en remis y en colectivo a Vorterix y ahí encontrarnos. Le hice una escena de celos preguntándole quién le había dado permiso y desde cuándo se junta con ellos para salir siendo que siempre salíamos juntos:
-Dale boludo – Me respondió como tomándolo en chiste – Igual nos vemos allá en la fila, vamos a llegar tipo 12.
-Bueno, pero no me gusta. ¿Quiénes van?
-Ay dale gordo, no seas cargoso - Recuerdo haber llegado a horario a la fila, hablando por telefóno durante el viaje con él, también me respondió desde el celular de su amigo porque él nunca tenía crédito, y bueno, llegamos. Me junté con mis amigos que hacía mucho tiempo que no los veía: Damian y sobre todo a Elías, también con Brian.

El primer suceso de esa noche que nos jugó en contra fue haberlo llamado cuando supuestamente había llegado, y no haberlo encontrado en la fila. Lo encontré a su amigo y le pregunté dónde estaba Ian porque lo llamaba y no respondía. Su contestación fue que estaban en el Mcdondals de enfrente. Pronto veo que él y su amiga llegan y le preguntó dónde había estado porque lo había llamado. Su respuesta fue que habían bajado antes del colectivo para ir al baño (no sé a dónde). Ante tal situación me lo llevé conmigo a la fila donde estaban mis amigos y ahí esperamos para entrar pero esa noche sucedió algo que nunca había sucedido antes. Eran las 1.30am y todavía no entrábamos, la fila no avanzaba y yo me puse de mal humor, mis amigos estaban chistosos y Ian se ponía a la altura de ellos, lo cual me hizo enojar. Ian me insistía que vayamos con sus amigos que estaban más adelante en la fila pero eran muchos, o sea que había mucha gente en todos lados. Alrededor de las 2.30am nos habíamos dado cuenta que adelante había mucho gente que no respetaba la fila y se escabullían para poder entrar, y que nosotros, que estábamos desde las 0hs no avanzábamos. Como no queríamos perder la noche, decidimos ir a otro boliche pero Ian tras hablarlo con sus amigos se rehusó porque ellos no querían.
-Andá si querés con ellos, yo voy a quedarme acá – Me contestó y me puse mal porque nunca antes Ian había querido que nos separemos para salir a bailar. Entonces se me hacía raro que quiera que yo salga con mis amigos y que él se quedara con los suyos.
-Vení que quiero hablar un segundo con vos – Lo aparte y le planteé la situación. Ni bien dijimos algunas palabras, mis amigos me saludaron y se fueron a otro boliche, dejándome solo a mí con Ian.
-Bueno,  vamos a otro boliche porque acá no vamos a entrar, no avanza la fila
-No pero mis amigos no quieren irse y yo vine con ellos.
-Si, viniste con ellos pero vos estás conmigo. Vamos – sin pensarlo arrastré a Ian conmigo sin saber a dónde ir. Pensé que era lo mejor ir a dormir a casa para que no salgamos ni con sus amigos ni con los míos que ya se habían ido.
-Vamos a Amérika – me propuso pero yo rechacé mientras cruzábamos la avenida –No, pará ¿por qué siempre tengo que hacerte caso a vos? Yo no me quiero ir. Vine con mis amigos ¿por qué vos no fuiste con los tuyos?
 -Pero a ver ¿desde cuándo me decís que me vaya con mis amigos si en todos estos meses no me dejaste salir porque te importaba lo que la gente iba a pensar si nos veía solos?
-Pero igual salías solo. Ahora quiero disfrutar yo con ellos.
-¿Pero cuántas veces salí solo? Dos, tres en estos 8 meses que estamos juntos.
-No. No seas mentiroso porque saliste más veces.
-Salí pocas veces Ian, te parece que en estos meses tuve que dejar de ver a mis amigos porque vos no querías que salga a bailar.
-Pero porque yo trabajaba, no porque yo no quería.
-Ah, ¿y ahora porque vos podés salir a bailar me dejas salir a mí también, a donde se me da la gana con mis amigos? Eso no me parece. Y en muchas ocasiones dije que hables por tema de tu trabajo para poder salir a disfrutar los dos.
-Pero hablé, y más no se pude hacer. ¿Por qué no querés que salga con mis amigos? Ellos están ahí, esperándome…
-Mirá si yo voy a estar en un boliche y vos en otro, siendo que podemos estar juntos.
-¿Qué, tenés miedo de que yo haga algo?
-Si, la verdad que sí. No sé por qué querés salir tanto con tus amigos ahora. Desconfío.
-¿Ah, desconfiás? O sea que en estos meses que estuvimos juntos ¿qué?
-Sí… tengo desconfianza – Le respondí y paré un taxi para irnos – Dale, subí.
-No, yo no voy a subir. Si me tenés desconfianza ¿para qué querés que vaya con vos?
-Ah ¿y me vas a dejar solo? 
-Sí. Yo no pienso ir con vos – Cerré la puerta del taxi asombrado frente a esta situación y le pedí que me llevara hasta la Estación Lacroze, sin embargo, en 3 cuadras pensé que no era justo que yo estuviera durmiendo y él de fiesta. Le pedí al taxista de diera la vuelta y me dejara en donde lo tomé. Cosa que al bajar no sabía qué cara poner y avancé hacía la fila donde lo encontré con sus amigos.
-Vení que quiero hablar con vos – su amiga lo empujó de atrás - ¿Te das cuenta lo que hiciste recién? Vos te venís conmigo.
-No, yo vine con mis amigos y no me voy a ir con vos – De pronto escucho al de seguridad de la fila que nos empieza a acomodar y cuando me doy cuenta estábamos por entrar. Obvio que mi cara de nada fue terrible y que todo parecía que iba a terminar ahí. Entré al boliche como si hubiera ido a bailar solo, con unas ganas de llorar increíble y sin poder revertir nada. Si él quería entrar con sus amigos, que se quede con ellos, yo iba a estar solo.


Esa noche fue la más fea de todas: estaba yo dando vueltas sin saber qué hacer, sin ganas de tomar ni bailar. Lo vi a él bailando con sus amigos en la parte de arriba y, en varias ocasiones, pegué unas vueltas; dos veces lo vi, una vez no…
-¿Esos son sus amigos? – Me pregunté - ¿Los que no lo aconsejan y lo dejan ir a ‘hacer la suya’?
Mientras yo estaba en la barra de abajo, me lo crucé, se me acercó y me preguntó:
-Bueno, parece que todo termina acá ¿no? – sin ninguna palabra de por medio, moví la cabeza afirmando. Estaba muy triste y angustiado, con un nudo en la garganta, pero sobre todo con mucha bronca - Así fue como empecé a planear mi noche: cómo moverme, qué hacer, cuánto estar… sólo sabía que todo terminaría ahí. Lo volví a cruzar en el baño, él salía y yo entraba. Me dediqué a besar, a chupar pija, y a dejar que me la chupen. Volví a mi casa.

F.A.M.