Fin de semana largo, casi año nuevo y las cosas pasan y cambian muy rápido. Hay muchas noticias, algunas quería contarlas ayer pero, como sabía que hoy lo iba a ver a Ian en el boliche, prefería relatar todo junto en este capítulo. Es increíble cómo se puede pasar de amar con todo tu ser a una persona a odiarla y ni siquiera querer mirarla. Es lo que me pasa con Ian, aunque hayan pasado unos eternos cinco meses. Si lo que él quiso es que yo lo odie para que lo saque de mi cabeza, entonces, lo logró. Lejos quedaron esos momentos lindos compartidos juntos, llenos de amor y palabras dulces, para convertirse en una guerra de odio y de celos ocultos de su parte donde, a toda costa, quiere llamar mi atención. Si supiera que ya no me mueve ni un pelo. Todavía cree que me voy a poner mal cuando lo vea con alguien más, si ya sé que se entrega con cualquiera con tal de tener un beso y hacerme la contra a mí. Y si bien tuve pequeños deslices, a la hora de salir a bailar, siempre bailé porque a eso voy. Me angustia a veces el hecho de que parecía que él lo había superado todo a los días de haber cortado, pero me doy cuenta que, hoy en día, está más afectado que nunca.
En fin, retomando lo contado anteriormente, con Damián no hablé de lo sucedido aquella noche pero, por lo que veo, quiere hacer de cuenta que nada pasó. Y yo no puedo ignorar eso, aunque tampoco soy rencoroso. De esta forma, Damián salió del grupo de whatsapp que teníamos y, el viernes, salió Ricky después de escribir varias veces y que nadie le haya contestado. Pero era tarde porque con Gabriel y Elías ya habíamos hecho un grupo aparte hace como dos meses atrás porque con Ricky era imposible hablar cosas serias: se le había caído la careta hacía bastante. Esta vez, Ricky se habrá ofendido porque lo ignoramos que hasta nos bloqueó de facebook sin mediar palabras. Me sorprendió mucho que se haya enojado pero sobre todo, que nos haya eliminado de facebook siendo que pasamos momentos increíbles y yo siempre fui de sostén cuando él tenía problemas con su familia, que de hecho eran muchos. Igual, como dije, ya no lo estábamos bancando mucho por sus actitudes de chica de 15 años cuando andaba en algo con alguien o cuando se regalaba en las redes sociales perdiendo la dignidad que nunca tuvo. Lo único que le dije a los chicos fue decirles que por un lado mejor que nos haya ahorrado el trabajo de enojarnos, que vaya con esa gente espantosa que ni conoce a ver cuánto le va a durar.
El viernes, hasta último momento, no sabíamos qué hacer; y como Gabriel debía cuidar la casa de sus padres y Elías tenía, al otro día, una reunión familiar, nada habíamos organizado. Entonces yo pensaba y me carcomía la cabeza, si ir a AMK o al sauna para garchar o directamente al sauna... hasta que, de pronto, Elías dijo que la reunión familiar se había cancelado. Gabriel dijo que no podía salir a bailar, por ende, le caímos en la casa en zona norte, cerca de Los Polvorines y Pacheco, zonas que frecuenté alguna vez. Fue una pijamada tranqui, con comida y alcohol, música y coreografías, bien a lo pasivo. Estuvimos hablando personalmente de cosas que no podemos hablarlas cuando vamos a bailar o que las hablamos por whatsapp. Al otro día, volvimos a Morón con Elías a comprar ropa para salir esa noche a Puerca. Hicimos previa con los chicos excepto con Damián, quien no salía porque tenía un evento familiar. Tenía la sensación de que me iba a cruzar a Ian pero sólo vi a su "amiga" con la que sale desde que cortó conmigo. Menos mal porque sino me iba a arruinar la noche. El sábado pasé una noche brutal con mis únicos dos mejores amigos: Gabriel y Elías. Tan buena fue la energía que hubo, que los tres nos despertamos el domingo con ganas de limpiar y así fue. El domingo salió Jolie, yo estaba un poco exhausto. Damián estuvo presente pero se comportó. Le deje en claro a Elías que no quería hacer previa con él porque a veces el clima se vuelve tenso. Así que nada, también la pasamos sensacional; lástima los ataques de concha que le agarra a Gabriel. Vino un chongo de Elías que ahora es un amigo, y la relación entre nosotros costó un poco, pero nosotros estamos acostumbrado a traer gente y acoplarla. A la salida, salimos a comer y también la pasamos de diez, hablando de cosas personales pero sobre todo de nuestra relación con Damián y sus actitudes.
El lunes descansé hasta donde pude y se venía la mejor parte de este fin de semana sensacional que era Plop. Si bien intuía que me lo iba a cruzar a Ian porque era feriado y quizás no trabajara, no me lo crucé en la noche hasta las 3.30am, hora hasta en la que miré muy disimuladamente hacia atrás para ver si ya había llegado. Lo vi llegar, lo vi acercarse a su amiga y saludarla. Estaban sus otros amigos, pero parece que no hay relación entre ellos... más bien, no estaría bueno que un amigo mío se esté comiendo al ex de Elías, por ejemplo. Pero esas actitudes Ian las adquirió al cortar conmigo. Allá ellos.
Esta noche no quise decirle ni 'ah' a Elías, pero en un momento me mira como preguntándome:
-¿Lo viste?
-Sí, ya lo vi - Respondí - Y me chupa tres pitos.
Fuimos a pedir un trago y me contó que Ian se le quiso tirar a Damián hacía un rato cuando ellos fueron al baño solos. Me dijo que no haga nada, que me tranquilizara y no le diera pelota. Total, Damián lo sacó cagando. Elías me dio un discurso sobre lo patético que es Ian y la inmadurez con la que actúa. Yo no sé por qué ya no me deja vivir en paz. Lo mismo me relató Elías. No sé qué busca, pero está pendiente de lo que pasó entre nosotros y quiere encender las cenizas que quedaron de nuestra relación, pero es imposible porque las cenizas son sólo cenizas. Al menos, esta vez no estuvo atrás de nosotros, anduvo por ahí. Y mejor, porque no quería ni verlo. A la salida, no sé cómo Damián quiso acompañarnos a comer pancho en la Est. Lacroze, y después lo despedimos porque el colectivo se le iba. Le dije a Elías que me iba a Once con él, así que nos sentamos en la parada del 19 y empezamos a hablar de Ian y su grupo de amigos que, al parecer, estaban peleados por el tema de la amiga y la ex de la otra amiga. De repente, apareció Ian detrás de nosotros con una sonrisa malévola en su cara y se puso a hablar con un chico que estaba sentado en el piso a punto del coma alcohólico y la cirrosis. La verdad no sé qué quiso hacer, tampoco sé si lo conocía a ese chico pero fue re inoportuno todo eso. Se sentó al lado de él y no sé qué hacían, ni quisimos mirar. Sólo vino el colectivo y nos fuimos. Quedamos impactados, pero en el colectivo seguimos hablando de sus estúpidas actitudes: ¿Lo hace porque todavía le pasan cosas conmigo y a la vez quiere demostrar que no? ¿O lo hace porque piensa que yo sigo súper enganchado y quiere herirme para que deje de pensar en él?
F.A.M.