14/5/17
Y a punto de cumplir dos años de soltero, retomo esta historia que dejé sin escribir y que, hoy en día, poco me interesa hablar del tema. Quizás porque el tiempo lo cura todo y por el hecho de hoy estar en otra etapa de mi vida. Pero no como para dejar de escribir sobre este tema que me marcó y me afecta de cierta forma en estos momentos. Esta vez, voy a empezar relatando de atrás hacia adelante. O sea, como en el capítulo correlativo anterior de la historia de hoy hablé sobre el aniversario de cuando nos conocimos, hoy voy a hablar sobre el aniversario de nuestra ruptura. Los hechos previos que pasaron al momento de cortar la relación ya los conté en su momento; lo que siguió después, también. De más está decir que hoy me encuentro solo, sin nadie que me ande atrás o, al menos, que me lo demuestre. No ando teniendo interés en hablar con nadie ni intentar nada con nadie porque creo y siento que todos los chicos del ambiente son iguales: los que me buscan no son mi tipo (viejos, gordos, y/o con pija chica), y los que son mi tipo (flacos, apenas marcado, carilindos y más alto que yo) les atrae más los putos que son fáciles; o siempre están como buscando al más lindo del universo como si no se conformaran con nadie. Entonces, me siento asexuado, sin ganas de hacerme mala sangre por quien me habla mientras se chamuya a otros. Me doy cuenta que soy muy tradicional, conservador o chapado a la antigua porque me molesta demasiado que un chico al que le demuestro interés, busque otro paralelamente. Entonces, ese chico ya no puede tener nada conmigo si busca por otra aparte. Es por la necesidad en la que estoy sumergido. Me refiero a querer estar con alguien y que esa persona esté sólo conmigo, que tengamos nuestros momentos, tiempo juntos; en definitiva, acompañamiento mutuo en la vida. Al menos, los lugares que yo frecuento del ambiente dudo poder encontrar lo que quiero. Al menos, me doy cuenta y lo acepto que el equivocado soy yo, pero no puedo cambiar mis hábitos de pertenencia. Todavía no es el momento.

Partiendo del mes de mayo de 2015, las cosas entre Ian y yo no venían bien. Yo extrañaba demasiado a mis amigos: el salir con ellos, reírme, bailar, tomar alcohol; y el hecho de estar con Ian hacía que no pueda verlos en ningún otro momento a ellos. Cabe destacar que, para mis amigos, si yo no salía a bailar, era como si no existiera a pesar de que yo los invitaba siempre a hacer juntadas. A mi me pasaba que no sentía atracción sexual por Ian, era como que la rutina nos consumía y nos aburría; y sumado a los deslices que tuvimos cuando íbamos a Amérika a hacer cosas en el túnel, hicieron que Ian me dejara de gustar y yo empezara a buscar sexo casual en baños de Burguer King o en el subte. Sinceramente, en algunas situaciones, yo intentaba controlar a Ian y, como él no cumplía mis caprichos, yo recurría a vengarme de esa forma pensando que él me conducía a hacer lo que yo hacía en los baños. De hecho, unas mañanas que viajábamos cada uno a estudiar y como él debía llegar antes de horario, yo aproveché el tiempo de sobra antes de entrar a la facultad y fui al baño de un Burguer King en más de una ocasión y chupé pija, y hasta tragué la leche de otros. Sentía ganas de tener sexo con otra persona que no sea Ian.
A la vez, yo siempre tenía desconfianza de Ian, primero por intuición mía, y después, por ciertas actitudes de Ian, como por ejemplo, vestirse llamativo para que todos lo miraran, salir tarde de estudiar, tardar mucho en el tren. Y yo me ponía celoso porque, como yo fui capaz de hacerlo sin que él sospechara, ¿por qué él no lo haría también? Las veces que le reproché o discutimos por teléfono porque tardaba mucho en volver a su casa después de salir de estudiar. Yo sé que en los baños pasan cosas y que uno nunca puede enterarse. También, yo era consciente que Ian tenía levante y, lógicamente, no le costaría encontrar algo rápido y para el momento. Una día a la noche, le había comentado a él que iba a llevar una tablet que yo había comprado al local nuevamente por un problema técnico. Al día siguiente, al salir de la facultad, me fui a llevarla y no pude comunicarme con él porque su celular vivía sin señal y se apagaba solo. Cuando dejé la tablet en la garantía de Galerías Jardín, esperé en el subsuelo frente a una fuente de agua a que sea el horario en el que Ian saliera de estudiar así podía atenderme. Se me cruzó por la cabeza entrar al baño, pero me contuve para prevenir cualquier escándalo con él. A los cinco minutos, y a los dos que él debería haber salido de estudiar, lo vi pasando por en frente de mí a lo lejos yendo a entrar directamente al baño. Ian giró su cabeza y al verme, reaccionó como si me estuviera buscando y pegó la media vuelta viniéndose hacia mí.
-¡Gordo! Te estuve buscando - Me dijo él - ¿Qué haces acá abajo?
-¿Vos qué hacés acá? ¿Cómo sabías que yo estaba acá si nunca me pude comunicar con vos para decirte dónde yo estaba?
-Intuí, supuse que vos me ibas a esperar acá. Me lo dijiste anoche.
-No sé, boludo. Es raro verte acá, más yendo hacia el baño - Salimos de ese lugar en un clima totalmente extraño. Ian no podía hablarme fluidamente de otra cosa porque le había molestado haberme encontrado ahí. Obviamente a mí también, por eso le contesté que a mí tampoco me había gustado encontrarlo de esa forma en ese lugar. Me pidió que no volviera a ese lugar, y yo, obvio, que le pregunté qué tenía de malo. A partir de ahí, empecé a desconfiar más y más de él a tal punto de sentir celos de todo. Aunque, cuando yo empecé a hacer la mía, ya casi no teníamos sexo.
Sumado a esto, Ian tenía un grupo de amigos con el que se veía rara vez o, al menos, cuando estuvo conmigo. Y da la casualidad que su amiga se había separado recién de su novia con la cual llevaban casi cinco años de relación, entonces Ian volvió a juntarse con ellos. Primero fue una juntada en casa de su amiga, después salir a bailar, pero no sé qué pasó que él empezó a descuidarme y a no importarle yo. Este fue el motivo de nuestra primera ruptura, y yo había creído que él le había agarrado el gustito a la joda otra vez, todo porque todos sus amigos estaban solteros y él, el único de novio. Sin embargo, había otro problema porque, a medida que yo comencé a conocer en profundidad a su familia, su hermana no me caía para nada bien. Intenté abrirle los ojos para que vea que lo estaban explotando laboralmente porque era el único de los hermanos que no tenía hijos y seguía siendo "joven". Obviamente, a su hermana no le convenía que alguien le abra los ojos y más siendo alguien que no pertenciera a la familia. A mi me cansaba compartir tanto tiempo con ellos porque yo tenía mi propia casa, mi propia paz y comodidad, en ese momento, en jaque al pasar tiempo con él en su casa los fines de semana. Aunque el amor que yo tenía para con él era más fuerte y me hacía hacer todo muchos más llevadero. Temo que en todo lo que vino después es también por influencias de su madre y hermana.
Discusiones, celos, desconfianza, pérdida del amor y del interés sexual, fueron las causas por las cuales Ian prefirió cortarme. Por un momento, creía que era lo mejor y hasta no me molesta pensarlo porque yo ya estaba aburrido y cansado de lo que estábamos viviendo. Seguramente, Ian nunca estuvo preparado para recibir cierto maltrato de mi parte y el autoritarismo que yo le imponía para poder controlarlo. Hoy en día, admito que fui violento con él, y que eso también influyó en nosotros y en su decisión de querer volver a ser el pájaro libre que siempre fue. Esto también tuvo que ver con nuestra pelea en nuestro viaje de vacaciones que hicimos tras discutir y darle el brazo a torcer a su familia porque se negaban a darle permiso laboral. Supongo que Ian se había cansado de sentirse sometido y que, cada vez que algo no me gustaba, hubiese violencia de por medio. Muchas veces, hemos salido a bailar y hubo violencia contra terceros de mi parte porque han intentado encararlo a Ian.
Hace dos meses atrás, me enteré que Ian se había vuelto a poner en pareja y esto abrió debate con mis amigos más íntimos: Elías y Nazareno. Cuando se los conté, Elías me dijo que ya se había enterado pero no me lo quería decir. Lo primero que supuse era que era mentira porque, tanto que Ian quería estar solo y ser libre, no le duraron mucho las ganas del libertinaje. Yo sabía que tarde o temprano eso iba a pasar. De hecho, dudo si sea verdad que esté en pareja con alguien. Eso a mí casi ni me afectó porque mientras no me moleste en mi vida, está todo bien; mientras no se meta con mis amigos o junta, que de su vida haga lo que se le plazca. No es de creído pero sé que yo voy a ser el más lindo de los chicos que pudo haber tenido, y el sexo que teníamos ambos, nadie lo va a igualar. ¿Si lo extraño? Extraño su compañía y la complementación que teníamos. Sé que él ahora no es el mismo que yo conocí, por eso, ya ni siquiera me gusta. Extraño esos momentos solamente, y me lamento por cómo sufrí después de habernos separado. Para mí fue haber perdido a alguien que amaba para siempre, algo así como cercano a la muerte. El lamento fue increíble. Aunque como dije anterior a esto: el tiempo lo cura todo.
F.A.M.