Llegó el
día de la primavera 2016, también, donde miré un año atrás y veía como algunas
cosas habían cambiado y otras no: el año pasado el día de la primavera
estuvo lluvioso, horrendo, aunque nosotros igual nos habíamos juntado: cenamos
en un tenedor libre de Morón con Flavio, Elías y Gabriel, a quien nos
tuvimos que fumar que muy tarde no podía volverse a su casa. Melina y
Daiana también cayeron al menos para tomar un helado. Esta vez, Nazareno
propuso hacer una juntada en su casa para comer algo y estar los amigos
reunidos aprovechando también que Elías iba a estar con permiso de su
novio aunque seguro no le gustaba para nada. A la noche habíamos salido a
caminar por pleno Recoleta tras haber tomado unas copas de Frizzé y nos
pusimos a jugar a la mancha como chicos de 10 años en la plaza Alvear. Nos reímos un montón porque Flavio se había caído, aparte de, yo haber corrido
como no lo hacía hace tiempo. Fue un pequeño viaje a mi infancia para
recordar lo lindo que se sentía correr y jugar como nenes, además de sentir la seguridad de estar en pleno Capital Federal y que nada nos iba a pasar, todo por estar acostumbrados al conurbano. A la mañana siguiente, nos
preparamos con Flavio y un amigo de Nazareno (el primo del mejor amigo
de mi ex novio) para ir a caminar por Buenos Aires y no volvernos a casa
tan temprano. Es más, habíamos tenido la idea de volver a pasar la
noche de ese día en lo de Nazareno ya que tenía la casa sola nuevamente, aunque esta vez, Elías no iba a estar porque, lógicamente, pasaría el día y noche con el novio.
Recuerdo que salimos del departamento de Nazareno y, el amigo de él no quería volverse a su casa, por lo tanto, nos acompañó a mí y a Flavio a una supuesta celebración francesa que hacía el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en la embajada de Francia, Suipacha y Av. del Libertador. Al principio, el clima amagó con llover, pero habrá lloviznado media hora como mucho. La verdad que Flavio la pegó con esta salida porque durante este 2016 y fines de 2015 estuve muy identificado con el idioma francés debido a las cantantes que empecé a escuchar este último tiempo: Kate Ryan y Mylène Farmer. A partir de esta identificación con la cultura francesa, construí un mundo singular del que me llevé sorpresas porque nunca imaginé en mi vida que me iba a atraer ese idioma casi desconocido para mí y para la mayoría de los argentinos. Volviendo al relato, Flavio no encontraba la ubicación exacta del lugar hasta que recorrimos una cuadras más y encontramos, del otro lado de la Av. 9 de Julio, la celebración donde vendían comidas típicas y bebidas de Francia. Reitero, la verdad no pensé identificarme tanto con la cultura de Francia, lo que me dio el puntapié para decir "Sí, voy a estudiar francés". Más allá de deleitarme con las comidas, amé los chicos lindos que había pero fue una salida tan tranqui y espiritual que no quería irme, sentía que ahí yo pertenecía. Cuando le dije a Flavio para ir a buscar plata a un cajero automático, el amigo de Nazareno optó por irse y le recordamos que nos íbamos a juntar esa misma noche en casa de Nazareno.
Mauricio me dijo que lo pasáramos a buscar a su trabajo en Avellaneda con Flavio, así volvíamos a Recoleta a la casa de Nazareno esa noche y hacíamos juntada los cuatro. El tema era que Nazareno salía como a las 22hs de su trabajo y debíamos esperarlo. Quise volver a esa feria de Francia donde me hubiera encantado saber hablar francés y sentirme como en casa, pero una tormenta nos estaba amenazando a nosotros dos. Igualmente, la feria se estaba yendo, solo quedaban algunas personas a punto de irse; por eso mismo, le dije a Flavio de ir a la parada del colectivo 10 sobre la Av. 9 de Julio. Mientras buscábamos la parada del colectivo en el metrobus, vi a Marcos con un bolso y hablando con una chica en la parada del 129 que estaba llena de personas. Lo único que hice fue mirarlo e ignorarlo que, si bien habíamos intercambiado número de celulares, jamás nos habíamos vuelto a hablar. Cuando lo pasamos, le comenté a Flavio que el mundo no podía ser tan chico; sin embargo, no le di más detalles sobre quién era ese chico. En el viaje, casi nos dormimos, pero llegamos bien, esperamos a Mauricio en Av. Mitre y partimos a su casa para que se cambie. Tras una pequeña charla que nos quiso contar Mauricio en su habitación y donde se sincero con nosotros sobre un tema de enfermedades, nos fuimos después a lo de Nazareno preocupados por no encontrar los ingredientes para cocinar esa noche. A puras risas en el colectivo porque una chica se cayó antes de bajar en pleno colectivo andando, llegamos a Recoleta y encontramos un supermercado abierto de donde nos abastecimos para esa noche; y para completar el tour, esperamos en la zona del cementerio a que llegara Nazareno a su casa. Brian cayó más tarde y, mientras Mauricio, Flavio y yo estábamos en la cocina cocinando y matándonos de risa, ellos dos estaban de psicólogos no sé por qué en el comedor.
La noche terminó con nosotros hablando sobre el diablo, los mensajes subliminales y la industria de la música. Sin embargo, no todo fue color de rosa porque, al domingo siguiente, nos levantamos y optamos por ir a pasear a Puerto Madero con una transmisión en vivo para facebook con risas y chistes contra Gabriel. Al disponernos a almorzar en plena costanera, Flavio se enojó mucho después de que lo gastáramos con chistes por haberle agregado a su sandwich toda la lechuga y tomate que había en el bols y que, además, era para nosotros también. Como a Mauricio no le cayó para nada bien que Flavio le haya dicho cosas como que se callara porque le iba a pegar, ellos terminaron sellando una amistad que parecía afianzarse, pero duró menos de lo pensado. Ahí finalizó nuestro finde a puras juntadas con amigos y un poco alejadas del ambiente del cual nos estábamos resignando a volver.
Para el día de la primavera, el 21 de septiembre, Cecilia quiso que salgamos a Jolie en su nuevo lugar; pero a su vez, Nazareno había planeado una juntada en su casa para cenar y tomar algo. Los que se querían quedar se podían quedar, entre ellos, seguro Elías, aunque nosotros ya le habíamos dicho que íbamos a salir. De repente, Nazareno canceló todo porque dijo que nadie iba a venir, que todos estaban cancelando así que nosotros, rápidamente, rehicimos nuestros planes y salió juntada en el departamento de una conocida de Cecilia que vive frente a la facultad de ingeniería de la Av. Paseo Colón. Como yo llegué tarde, tuve que tomar el alcohol de repente, retocarme el maquillaje y ya salir hacia el boliche porque era seguro que se iba a llenar. Alcanzamos a agarrar una cerveza que tenía como 10% de alcohol y la llevamos para el viaje, subimos los cinco a un taxi y caímos en el lugar. Esa noche la pasé tranqui, normal, sin chape aunque había algún que otro que me buscaba, solamente salí a pasarla bien con amigos, pero todo terminó mal cuando a Cecilia le robaron el celular de la cartera y se puso de la cabeza, saliendo a correrla a su ex novia que estaba presente, y querer abrazarla ya que la había visto con anterioridad adentro del boliche. Salimos terrible de ese lugar: yo sin plata y con hambre, acostumbrado a ir a un McDonalds y bajonear, pero era pleno miércoles sin más que hacer ya que Cecilia y los demás, eran unos aburridos. Yo me volví a Plaza Italia mientras las chicas no sé como volvieron a sus casas.
Esperando el colectivo en Plaza Italia alrededor de las 5.30am, recibo un mensaje de Imanol que me había preguntado si yo había salido por el día de la primavera, algo así como poniéndose celoso:
-¿Qué hacés despierto a esta hora? - Le pregunté yo por medio de un audio - Sí, recién salimos del boliche y yo estoy esperando el colectivo. Le robaron el celular a mi amiga de la cartera así que eso ya nos cagó la noche - Imanol me siguió hablando y contándome que no podía dormir porque estaba preocupado por su futuro, que tuvo que dejar de estudiar lo que estaba estudiando, que su mamá le tiene las pelotas llenas, etc. No sé cómo salió el tema pero terminámos hablando sobre el calor o el frío y que él dormía en bóxer, por eso me envió una foto de él. No me acuerdo si yo le envié alguna foto mía comprometedora, supongo que sí. Como yo tenía un poco de alcohol en sangre, me animé a decirle que esa foto no se veía nada y que me enviara otra y me envió una donde se le veía más el bulto. Te juro que Imanol me gustaba demasiado, lástima que viviese tan lejos y todavía no se decida a dar el gran paso de conocernos personalmente. Volví a proponerle eso de vernos en las vacaciones, a ver, faltaban tres meses para que yo estuviese de vacaciones por dos meses y, además, iba a tener plata como para viajar, verlo y pasar tiempo juntos. Llegué a casa con frío y, tras despedirlo a Imanol, quedé planchado en mi cama.
Al fin de semana siguiente, con Mauricio planeamos salir a Puerca con Gabriel y un chico conocido de Mauricio, al que a Elías no le cayó bien el día del cumpleaños de Mauricio. Había quedado una anécdota del cumpleaños cuando Mauricio nos pidió que nos hiciéramos conocidos de sus amigos, entonces Elías se acerca a hablarle a este chico de forma cortés:
-Ay, ¿qué estás tomando? - Entonces, este chico, lo mira y le dice
-Vodka con speed - Y se va, cortándole el rostro a Elías. Fue tanta la bronca que le dio a Elías por rebajarse que, ante reiteradas burlas, quedó el speech 'Vidki kin spiid' cuando queríamos nosotros cortarle el rostro a alguien en broma. Recuerdo haber ido a lo de Mauricio para salir juntos e ir a bailar. Elías era imposible que saliera y, lo peor de todo fue que Nazareno se estaba alejando de nosotros también. A mí me había agarrado un ataque de locura con mi pelo y decidí cortármelo bastante corto porque quería ser como era en 2013. Al principio, me gustó cómo me quedó. Ese día, en Puerca, tomamos demasiado con Mauricio, a tal punto de llegar a una borrachera, donde nos escondíamos de Gabriel cuando íbamos al baño porque ya se nos hacía demasiado pesado. Todo explotó esa noche cuando lo vimos a Gabriel comiéndose a un pibe en el medio de la pista y, más que nunca, confirmamos que Gabriel salía solamente a levantarse el autoestima comiéndose pibes. O sea, Gabriel terminó siendo uno más del montón que nunca encajó con nosotros y nuestra política de "no salir a comernos a nadie, sino a disfrutar risas con amigos, tomar y bailar". Esa noche, salimos de bailar y nos fuimos directo al McDonalds de enfrente de Puerca, donde bajoneamos hamburguesas con el amigo de Mauricio, y mandábamos audios al grupo donde también estaba Gabriel, expresándole de manera chistosa y enojada a la vez, lo que él hizo. A partir de ese momento, Gabriel ya casi ni participó en el grupo hasta que, llegó un día, en que nosotros hicimos otro aparte.
Si mal no recuerdo, Mauricio prefirió tomarse el colectivo en esa esquina para volverse con su otro amigo, y yo opté por volverme en tren como en las viejas épocas, solo, con un solcito de mañana que más y más me hacía acordar al verano. Lo curioso fue que, en pleno viaje en colectivo de vuelta a mi casa, me conecto a Grindr y me habla alguien como si fuésemos amigos de toda la vida; sin embargo, no tenía mucha información ni foto de cara. Le contesté por el simple hecho de que mencionó ni nombre 'Fede', más allá de que yo sí tengo foto con mi cara. Al llegar a casa esa mañana, me responde que era Diego... Sí, el Diego que yo conocí tiempo atrás. Que me habló porque le aparecí cerca y eso le llamó la atención, él me preguntó qué estaba haciendo cerca de su casa, a lo que yo le respondí que había salido a bailar. Aunque había algo que no me cerraba porque, según Chris, me había contado que Diego estaba viviendo en Capital, cerca del Abasto. Enseguida Diego me propuso hablar mejor por whatsapp y empezaron los palazos para vernos personalmente. Le contesté que yo andaba muy ocupado, pero que podía hacerme un espacio si él aceptaba eso, él me decía que tenía muchas ganas de verme, que tenía ganas de saber de mí. Fue cuando ahí hablamos un poco de nosotros y yo le conté que hacía un año y cuatro meses que estaba separado, que ahora yo estaba tranquilo saliendo a pasarla bien con amigos. Él se sorprendió sobre mi anterior estado amoroso, el de estar en pareja; entonces él me confeso que de algo se había enterado porque Chris se lo había mencionado en su momento. Por su parte, Chris me contó que había vuelto a vivir a su antigua casa porque falleció a quien el consideraba su papá, entonces, para no descuidar a su mamá, optó por volver. Fue ahí cuando establecí los lazos de la conexión en Grindr.

A mí me parecía todo muy loco esto de volver a hablarnos después de 2 años y pico. Todo porque yo me veía con Lautaro a escondidas y Diego nos molestaba por el hecho de llegarle el rumor que Lautaro o Chris le habían contagiado VIH. Al final, el rumor desistió porque Diego no tuvo VIH, pero fue tanto el enojo de Lautaro que optó por bloquearlo de toda red social. Yo simplemente lo eliminé porque no quería tener ningún problema. La verdadera intención que yo tenía ahora con Diego era cojérmelo porque recuerdo que con él tenía buen sexo, además de sentir una pequeña atracción por él. Si daba para algo más, mucho mejor, pero lo veía con sus ventajas y desventajas: yo ya había estado con Diego y ambos nos gustábamos, aunque a él sólo le gustaba el sexo y nada más.
No recuerdo con exactitud qué día planeé para verme con Diego, supongo que habrá sido un domingo porque el sábado cené con Rebecca en casa, el sábado hicimos juntada con amigos en casa, y al día siguiente de haberme visto con Diego, yo tuve que ir a hacer un trámite a Villa Urquiza. Nuestro punto de encuentro fue el mismo que en 2014 después de haber vuelto de nuestras vacaciones: aquella múltiple esquina de Av. Gral. Paz y Beiró, Villa Real. Lo estuve esperando bastante a Diego, con cierto miedo a que me abandonara o que me pasara algo trágico ocasionado por él. Cuando Diego llegó, nos saludamos con gran alegría, cierta melancolía y ganas de revivir el fuego:
-¿Cómo andás, che? ¿Tanto tiempo?
-La verdad, ¿no? ¿Qué es de tu vida? Estás cambiado.
-Sí, obvio - Le respondí yo - Pasé por mucho.
-Escuchame, ¿quéres que vayamos a cenar, a tomar algo?
-Como vos quieras. Yo no cené nada, así re daría.
-Tenemos el shopping de Devoto, o sino veamos qué hay abierto porque es un poco tarde. Contame ya que es eso de que estuviste de novio. Cuando yo me enteré no lo podía creer, tanto que te hacías el frío, el soltero, el superado... - Yo me reí.
-Es que fue a primera vista. O sea, nos conocimos y estuvimos un tiempo conociéndonos, pero como a mí no me gusta andar sin ser nada, propuse formalizarlo. Y nada, nos terminamos enamorando - Yo empecé a contarle un poco sobre mi vida amorosa y mi estado actual mientras caminábamos por las calles de Villa Devoto intentando encontrar un lugar para cenar. También, durante esa caminata, le conté que un chico, conocido mío, me dijo que quiso tener algo con él y que le nombró si nos conocíamos. Diego me contestó que sí, que fue así, pero que se había dejado de hablar con ese chico. Encontramos un lugar muy bueno y procedimos a sentarnos, tuvimos tanta mala suerte que nos fuimos a sentar donde había una marica y una mina, que después Diego me decía que no era una mina, sino un pibe. Diego había recibido un llamado de su cuñado diciéndole que le habían robado la moto y el celular. Todo esto porque Diego le había pedido al cuñado que lo alcance hasta donde yo estaba para ahorrar tiempo, sin embargo, se les había explotado una de las ruedas y, por eso, Diego tardó más. En el camino de regreso, a su cuñado le pasó eso. Con el apuro del mozo porque la cocina se iba a cerrar, tuvimos que pedir. Mientras tanto, comenzamos a charlar cruzadamente de nosotros: yo de mi ex novio y mi última relación amorosa, y él sobre la vuelta a su antigua casa y la muerte de su padre. Lógicamente, me aseguré que Diego no conozca a mi ex novio Ian porque sería una pesadilla sino.
Tras una buena cena de reencuentro, salimos del restaurant y fuimos hacia su casa. Recuerdo que nos paramos en la parada del colectivo que nos llevaba después de buscarla, y él empezó a comportarse raro, alejado de mí. Anterior a eso, yo había mirado hacia un colectivo que se había quedado detenido en esa esquina y cambié la mirada porque presentí algo. Le di la espalda. Pasaron unos segundos y Diego me dijo que no supo qué hacer porque había visto a su ex novio en el último asiento de ese mismo colectivo. Entonces lo que yo había presentido fue eso. Diego empezó a maquinar con que no sabía que iba a a hacer ahora, que ese chico estaba saliendo con alguien de Devoto y que, por eso, estaba viajando en ese colectivo, que después le iba a preguntar quién era yo y qué hacíamos juntos... Sinceramente pensé que las cosas entre sus ex y él ya las había solucionado, aunque no. Otra vez, una situación similar a la del 2014. Cuando tomamos el colectivo, nos sentamos en asientos de a dos y Diego puso su brazo sobre mi cuello, como abrazándome.Yo lo miré y me sonreí porque me parecía raro abrazarnos en un transporte público. Él me dijo que no pasaba nada, entonces lo dejé. Diego me había manifestado en ese momento con una sonrisa en su cara que le había gustado volverse a encontrar conmigo, que habían pasado cosas en el medio, sin embargo, él estaba interesado; y que dudó mucho de si yo hubiera aceptado volverme a ver.
Llegamos a su casa, entramos y se fue a saludar su mamá y, de paso, a bañarse. Me dejó solo en su habitación y algunas cosas estaban cambiadas a comparación de aquella última vez que yo vine. De hecho, jamás pensé volver a verme con Diego. Cuando él volvió, me preguntó si quería bañarme pero le contesté que ya me había bañado. Se me acercó a besarme y terminamos los dos en la cama besándonos y mirándonos a los ojos como si nos quisiéramos de verdad:
-Todavía seguís calentándome con sólo mirarme - Yo le toqué la pija y la tenía al palo. Diego se desabrochó el pantalón y le toqué la pija. Sinceramente, yo se la quería chupar, tenía ganas desde hace mucho. Mientras yo le tocaba la pija por abajo del pantalón, empezamos a hablar.
-Hey, decime una cosa - Le dije yo - Cuando volvimos de nuestras vacaciones, ¿yo te gustaba a vos? Digo, porque después terminamos mal - Diego me besó despacito y revoleó sus ojos para todos lados. Enseguida me respondió
-Obvio que sí. ¿Te cabe alguna duda?
-Bueno, qué se yo. A mí también me gustabas, aunque había un problema por el cual no nos podíamos seguir hablando.
-¿Cuál es? Decime.
-No sé si decírtelo... Ya pasaron varios años, supongo que no va a pasar nada. ¿Te acordás ese día que le había pasado a tu amiga lo de la madre?
-Sí. El día que yo me fui y te dejé.¿Qué pasó? ¿Tus amigos te dijeron algo de mí por eso? ¿Pensaste que me fui con otro?
-No, exactamente. Me enteré que vos todavía te seguías viendo con tu ex. No me preguntes cómo me enteré - No quise decirle que revisé su facebook desde su computadora, a pesar del momento de confianza que tuvimos. Le terminé explicando a Diego que ese había sido el detonante de lo que había pasado al día siguiente.

Diego quiso que le chupe la pija, por eso la peló y yo entré al ataque. Se sacó la remera, enseguida, y yo me acomodé mejor para chuparle mejor el trozo. Él se relajó y yo seguí y seguí. A los quince minutos, Diego me dio vuelta y me sacó el pantalón y me chupó el culo, estuvo así un buen rato mientras descansaba su pija y de paso dilataba mi agujero. Yo empecé a gemir y a relajarme, dejando que Diego hiciera lo suyo. Cuando apoyó su pija en mi culo, dudé un segundo porque, anterior a eso, yo había visto una caja de forros en su mesa de luz y me pareció raro que no los usemos. Fui un estúpido, esta vez de tonto me dejé llevar sabiendo todo lo que había pasado con él. Me la metió y garchamos un buen rato en esa pose. Diego paró varias veces y me chupaba el culo, lógicamente para no acabar rápido. Nos pusimos de costado y garchamos así también. Llegó un momento que no no aguanté porque hacía bastante que no tenía nada con nadie. Hubo escape así que frenamos y le dije a Diego que ahora sí me iba a ir a bañar. Tras volver del break, nos acostamos los dos y Diego intentó cojerme, aunque me dolía mucho. Se la chupé otra vez y procuré que acabara mientras yo se la chupaba, aunque decidió intentar metérmela, y después de eso, me acabó adentro como en los viejos tiempos. Todavía me acuerdo cuando jugamos al papá y al hijo una noche en el hotel cuando nos fuimos de vacaciones. Creo que, después de mi primo Naim, jamás sentí vergüenza de mirar a la cara a alguien después de cojer como a Diego. Yo me pejeé y acabé sobre mí.

Ya era tarde cuando terminamos de cojer, por eso nos dormirmos; y al día siguiente nos despertamos al mediodía porque Diego tenía que ir a trabajar. Desayunamos en la cocina porque su mamá no estaba y, entonces, le comenté que iba a ir a retirar unas láminas para las ventanas de mi casa. Busqué la dirección en la web y descubrí que me convenía ir hasta Liniers y, de ahí, tomarme el 108. Hablamos algo sobre mi nueva vida con el idioma francés y él me contó sobre un curso de inglés que estaba haciendo con su amiga. Diego me propuso de ir a comer al Mcdonalds, devolviéndonos esa salida frustrada que nunca la concretamos; entonces fuimos al shopping de Liniers y ahí comimos. Recuerdo que había un hombre que me miraba y me miraba y yo no entendía por qué. Obviamente, sabía que éramos gays. Diego se puso un poco celoso y dijo que, si me seguía mirando, lo iba a encarar para preguntarle qué miraba. A todo esto, Diego tuvo que mentir en su trabajo para no ir a trabajar ese día. Charlamos tranqui y, después de almorzar, me acompaño a tomar el colectivo insistiéndome cuándo nos íbamos a volver a ver, hasta me quería tocar el culo a cada rato y en cualquier lado:
-Pará, boludo, que me da vergüenza que nos vean las personas.
-Ay, si nadie nos anda mirando. Che, ¿cuándo nos vamos a ver?
-Y... no sé, debería organizarme.
-Dale, pongamos día, así nos volvemos a ver.
-Mirá, yo puedo el jueves, pero me voy a tener que levantar temprano.
-Uy, pero los jueves yo curso hasta tarde - Tuvimos unas diferencias a nivel horarios, aunque quedamos en hablarnos por whatsapp para confirmar. Yo vi un chico en la parada que se me hizo que era gay de acá a la China, por eso, le hice señas a Diego. Además de ser curioso y mirarnos a cada rato, este chico nos preguntó después si ese colectivo iba a Av. Callao y Av. Las Heras.
A todo esto, el calor que se sentía era infernal, agradecí de subirme a un colectivo con aire acondicionado. Lo despedí a Diego con un beso en la boca y nos separamos. Esa fue la última vez que vi a Diego porque resulta que, como no nos decidíamos que día, él me bloqueó de Whatsapp y hasta de Facebook por más que no éramos amigos de hace años. Le comenté a Rebecca la situación bizarra que, a la vez, me daba bronca; y supuse con ésto que Diego tiene una enfermedad sexual y me bloqueó para que no le hiciera problemas por eso. Yo fui un estúpido porque no se me ocurrió que, después de estar con él en el 2013, yo me contagié de cosas. Yo pensé que nosotros íbamos a vernos más veces, me ilusioné, creí que las cosas iban a ser distintas esta vez. Lo peor es que, hoy en día, descubrí que tengo HPV y estoy seguro que Diego me lo transmitió. Nada grave, estéticamente ya me curé, ahora sólo queda el virus en la sangre.
Perdón si no escribo seguido, había apostado que en mis vacaciones iba a
poner al día este blog, pero como les dije, tengo mi mente enfocada en
una historia ficticia que hace mucho la dejé y ahora es como que las
ideas se me vienen solas. Tampoco estoy con inspiración para hablar de
lo que pasó y hacer una cronología ya que los hechos pasan rápido y muy
seguidos. No sé si estoy en otra etapa de mi vida poque, hasta hace un
mes, sentía que no era el mismo que era antes, aunque mirándolo bien,
ahora me doy cuenta que sigo siendo el mismo. Veré si separo otra etapa,
será así la etapa sexual más corta de mi vida pero lo voy a decidir más
adelante cuando llegue el respectivo capítulo. Por el momento, voy a
descansar ya que si voy a cumplir ciertos deseos que tengo, este año voy
a trabajar demasiado y no voy a tener tiempo para nada. Pero, cada
tanto, voy a aparecer.
F.A.M.