Con Lucas me volví a ver dos veces más. En la primera, él me habló diciéndome que estaba yendo a unas entrevistas de laburo porque quería cambiar de laburo, que no sé qué, pero que podía pasar a verme, también de tarde. Y aunque ya me había dejado de gustar, ya no lo veía lindo, pero acepté garchar con él. Fue lindo porque sabía cómo hacerme sentir placer, no cualquiera me lo puede hacer. Besar, acariciarme, hablarme y decirme cosas lindas, celarme durante el momento, hacerme sentir una puta y que quiera su pija en culo o en mi boca... Me la metía amagando que entraba, estábamos sin forro puesto, pero eso le gustaba, la adrenalina. También que se la chupara y no me la sacara de la boca. A la noche, se fue y quedamos en hablarnos por Whatsapp o por Instagram. Después de eso, Lucas colgó y nos hablamos por como un mes y algo. Y yo siempre digo lo mismo: cuando alguien no te habla es porque está conociendo a otros nuevos o porque está en la etapa previa a ponerse de novio con alguien. La cosa fue que yo conocí por Grindr a otro chico que, aunque tenía 16 años, decía ser morboso y muy dominante, algo que me re gustó.
Entonces, nos pasamos intragram y whatsapp y hablamos por ahí. Él me contó lo que le calentaba y lo que le gustaba hacer, y yo también, inclusive mis fantasías que con nadie había podido cumplir: que acabe en un vaso y tomar la leche desde ahí, y recortarle los pelos de su pija y que me los metiera en la boca. Ya sé, soy un loco. Al arreglar, vino a casa una tarde para quedarse a dormir diciéndome que quería que lo fuese a buscar a la estación de tren lo más pasivo posible. No era un chico hermoso, tenía gestos que te hacían dar cuenta que era gay, aparte un pelo teñido que le quedaba espantoso y además fumaba y el gusto que te queda al besar, es asqueroso. Parecido a lo que me pasaba con Lautaro allá por 2014. Fue así como empezamos a besarnos, a tirarnos en la cama y a tener sexo. Tengo que admitir que fue una de las mejores veces, por no decir la mejor de las mejores, que garché con alguien. Cuando me dio vuelta para chuparme el culo, me lo mordió y me lo dejó marcado, también me pegaba en la cara y me besaba mordiéndome los labios. Aunque tampoco me gustaba que me mordiese los labios, me dejé llevar. Lo malo fue que garchamos sin cuidarnos y me quise matar porque, yo se la estaba chupando y así de la nada me vio vuelta y empezó a ponérmela. Garchamos de todas las formas habidas y por haber, quiso acabarme en la boca pero me acabó en la panza y seguimos garchando hastsa que se echó un segundo polvo. Nos fuimos a duchar y también garchamos ahí. Éramos de goma. Pero cuando salimos, quiso cojer en la cama y ahí yo acabé, haciendo que acabara adentro de ese vaso y que después me lo tomara. Aunque yo no quería tomarme la mía.
En fin, cuando él acabó por tercera vez, nos quedamos acostados en la cama; sin embargo, a mí me había empezado a bajar la presión. ¡Rarísimo! ¿Cuándo en mi puta vida me había bajado la presión de tanto cojer? No sé, pero fue maravilloso. Tuve que tirarme en el piso mientras me abanicaba con una almohada. Con este chicos, nos acostamos y quedamos un rato ahí, besándonos y hablando hasta que yo le dije que quería cumplir mi fantasía de la que le había hablado. Obviamente, él no estaba al 100% a gusto, pero se dejó hacerlo. Traje mi máquina de cortar pelo y lo hice. Sí, tenía muy largos pelos, aunque bueno, fue una fantasía que quería cumplir desde el lado del sumiso. Con este chico cenamos y nos dormirmos. No recuerdo lo que pasó al día siguiente, pero pasó algo muy parecido con el chico que yo había traído por primera vez. Hablamos unas pares de veces más, me comentó unas historias y después me dejó de hablar, llegándome a bloquear al mes y pico. Sin razón, la verdad que no sabía por qué. No hay necesidad de eliminar porque la habíamos pasado bien, no siempre vamos a hablar todos los días, más cuando uno no quiere o no tiene planes de tener algo serio. Sino, no hay necesidad.
A la semana de este encuentro, Lucas me habló casi de noche y quiso venir a verme. Dijo que volvía de Capital de juntarse con unos amigos y que, de pasada, me iba a venir a ver. Esta fue la última vez que vi a Lucas y no fue la mejor noche de todas: yo estaba un poco cansado, él se atrasó, estábamos como distantes y, a pesar de que él seguramente se andaba viendo con alguien porque nadie es santo, yo también me estaba viendo con muchos. Cuando nos desnudamos, noté que le costaba que su pija se parara. Se la chupé y chupé y se le volvía a bajar. Algo parecido a lo que me pasaba con Santiago allá por 2013. Cuando quiso hacerme el beso negro, se dio cuenta de una mordedura que yo tenía en una nalga. Eso que estábamos en la oscuridad y traté de que no se diera cuenta, pero lo hizo y se inhibió peor.
-¿Qué es esto, una mordedura? ¿Y de quién? Se puso serio y paró todo el acto sexual - Se parecía a mi ex novio, Ian, cuando me celaba con algo. Obvio que no le contesté y le dije que, como él también andaba con otros, yo también. Estuvimos acostados ahí, él tenía ganas de irse y yo que quería que acabara al menos. Fue casi imposible. Media hora haciéndole parar la pija y chupándosela para que diera la leche. Acabó, pero así como acabó, se cambió y se fue. Era obvio que no lo iba a ver más después de ese día.
Me seguí viéndome con Byron, cargoso como siempre, pero era el único con quien yo podía tener algo más que sexo, charlar, hablar, quien me entiendera y demás. Aunque en el fondo yo sabía bien que él era un gato por más que jurara ser un chabón tranquilo y de bien. Estar conectado las 24hs en Grindr y hacerse el pobrecito conmigo que yo no quería sexo con él, eran actitudes que me daban por las bolas porque yo sabía que era como todo gay. Vino a mi casa otro muchacho que conocí por Grindr también y me rememoró a Martín. Fue una de las pijas más grandes que vi en mi vida y con cuerpo perfecto que no veía desde hace años. Mi hombre ideal. Era hermoso y me encantó tener sexo con él, lástima que nuestros encuentros duraban una hora y nada más. De su vida, poco y nada, sé que venía en auto y vivía cerca, quizás estaba con una mina y de trampa. Hace poco, me volvió a hablar pero no coincidimos para vernos y desapareció de Grindr. Con otro chico me vi, me apuró así de una y vino una tarde medio tormentosa. Era re pasivo, pero tenía una de las pijas más grande que vi en mi vida también. Fue una racha que nunca me había pasado: dos chicos consecutivos dotados. Después de haber tenido sexo, lo acompañé hasta la parada del colectivoy fuimos hablando. Terminó viviendo cerca y siendo un conocido del primo del mejor amigo de mi ex, que a la vez, ese chico es amigo de Nazareno y con quien yo chapé varias veces. Después de ahí, no volví a hablar más con él porque para mí era muy afeminado y él buscaba alguien que no sea afeminado, algo totalmente inverosímil.
Conocí a dos chicos durante este período: Fabrizio es un chico que conocí también por Grindr y me pareció muy lindo, se describió tal cual como a mí me gustan: flaquito, pijón, mimoso, pero había un problema y era que laburaba de noche y nunca íbamos a poder vernos. Yo no tenía ganas de esperarlo tipo 8am cada vez que nos íbamos a ver. Nos vimos dos veces y hubo química, demasiada. Pero como pasa siempre, después de un tiempo no dejamos de hablar cuando yo le insistí varias veces en vernos y me contestó despectivamente:
-Lo que pasa que yo estoy cansado de tanto trabajar y vos querés sexo - Pará, quién sos, chabón. Lo terminé eliminando de mis contactos. Al tiempo, conocí a otro chico por Grindr y de casualidad, aunque andaba de levante y viendo qué era lo primero que enganchaba. Es un chico que hace más de un año había hablado y habíamos discuto y bloqueado. Sin embargo, no era mi tipo ni yo el suyo e igual me buscaba y hasta empezó a celarme. Obvio que me di cuenta que buscaba a alguien con lugar para estar porque no quiere estar en su casa. Cuando vi que todo emporaba cada vez que nos íbamos conociendo, corté todo porque no quiero empezar una relación de manera tóxica, ya la tuve y no quiero estar con alguien que tenga Grindr mientras se habla conmigo y encima, me promete amor. Qué ironía.
F.A.M.