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domingo, abril 15, 2018

#198 - Más Grande Que Yo [Parte II]

Con Tiziano, hicimos tres tríos. El primero ya lo relaté, el segundo fue con Thaiel con quien yo ya había garchado en Enero después de las fiestas, el que le tragué la leche a escondidas cuando me acabó en la espalda. Lógicamente, cuando estábamos solos con Tiziano también cogíamos entre los dos en la ducha y en la cama. Como todo "desciochoañero", pensaba que nosotros íbamos a ser pareja, el amor de nuestras vidas, etc; y eso me daba miedo porque él no era mi tipo y no tenía forma de explicárselo. Después del tercer día de habernos visto y que él se fuese a su casa, hablamos mucho por Whatsapp y seguíamos pensando qué hacer en lo sexual ya que él es de mente abierta, aunque sin mucha experiencia sexual. No sólo sexo era la cosa sino también hablar de nuestras vidas personales: familia, profesión, estudios, pasado, presente y futuro. Durante dos semanas no nos vimos porque él tenía un viaje planeado con su familia a Mendoza y yo tenía que visitar a mis viejos en otra provincia que nunca pude visitarlos ya que, cuando yo me mudé, ellos también se mudaron. Ellos siempre vienen para Buenos Aires, cada dos meses se hacen una escapada, pero yo los visité una sola vez cuando estaba de novio allá en 2015 y cuando ellos vivían al sur de Buenos Aires. 

Para ser sincero, no me gustan los pueblos o provincias, estoy demasiado acostumbrado a la ciudad y eso lo sé desde que tengo 15 años, cuando mis viejos quisieron mudarse a otra provincia con el mismo plan y yo les dije que no los iba a acompañar porque mi vida estaba acá aunque mucha vida social no tenía en aquel entonces. Este viaje también me sirvió para estar otra vez con mis dos perras que no las veía desde el 2016, mucho tiempo, y que siempre sufro cuando una de ellas escucha ruidos de cohetes o de tormenta y se escapa de la casa sin rumbo fijo. En este viaje, pasó algo que jamás se me hubiese pasado por la cabeza: un amor de verano. Tres de los cuatro días que estuve, me la pasé en casa y negocio de mis viejos, intentando hacer acciones muy porteñas como pedir pizza por delivery o tomar helado en una heladeria. En un pueblo, mucho no se puede hacer y menos en cuatro días de los cuales tres mis viejos laburaron a full. No sé que sería mi vida si yo viese allá, está bueno para ir de visita, pero ok, mis viejos ya son personas grandes y con sus vidas hechas. El último día, viernes, fuimos a las termas de una ciudad que quedará a unos 100km de donde viven mis viejos. Yo realmente lo necesitaba, un día con sol, agua caliente y fría, buen clima, chicos en short... lo necesitaba. Lógicamente, abrí Grindr durante toda mi estadía en esa provincia, sin embargo, el chico más cercano aparecía a 1km y el otro, a más de 100 km. 

En las termas, me habló un chico y le seguí el juego, parecía vergón o, al menos, eso vi en su foto. Tras hablar un tiempo, le conté cómo era la cosa: yo no podía salir porque no conocía ni podía decirles a mis viejos que me iba por ahí, y que ese era mi último día. Entonces, él me propuso venir hasta donde yo estaba, vernos y hacer algo entre los yuyos. Anteriormente a arreglar con él, con mis viejos recorrimos un poco el área y vimos que, casi llegando al río, había un pequeño hueco para salir hacia una calle de tierra que daba al río, entonces yo podía salir por ahí para verme con el chico aunque fuese un rato. Eso es de zorro viejo. Obvio que no tenía que contarle todo a mis viejos, por eso les dije que me iba a inspeccionar por ahí la zona y salí del lugar para verme con este chico que me dijo que estaba en viaje en su moto. Yo estaba muy nervioso, si algo llegaba a salir mal, la olla se iba a destapar y yo iba a quedar en evidencia frente a mis viejos. Esa calle se dividía en dos, una parte elevada que daba como a una especie de acantilado, y otra que bajaba y daba al río directamente, seguro que para los botes o pescadores. 
Yo lo estaba esperando en la parte del acantilado, pero él me dijo que me esperaba en la otra parte, y yo como desconfiaba, le dije que me enviara foto por Grindr. Me envió esa foto y me acerqué a él y su moto. Era un chico lindo, como a mi me gustan, pero el miedo y los nervios me hicieron pensar en cualquiera. Vi a dos chicos en moto en un acantilado del otro lado de donde yo había aparecido y eso me hizo dar miedo de que me robaran o hicieran algo. Encima él quería que fuésemos hacia ese lado y le contesté que no porque no podía alejarme y que yo estaba con mis viejos. Le sugerí acercarnos hacia donde yo estaba y el aceptó. Justo había una parejita cerca del acantilado que se fue a los tres minutos, quizás por habernos visto en una actitud sospechosa. El corrió de lugar su moto y sacó un forro de adentro para poder escondernos en alguna bajada de ese acantilado. Los nervios me consumían, pero bueno, yo ya estaba jugado: me imaginaba que iban a bajar esos dos sujetos que vi anteriormente en actitud vandálica y que me iban a robar entre los tres, aunque más que el celular, otra cosa no tenía. Bajamos un poco y el chico peló la verga no tan dura, pero se la empecé a chupar con tanto placer que ahí recién mi boca empezó a generar saliva. A todo eso, ni quería que me la pusiera porque yo no estaba preparado. Así estuvimos cinco minutos hasta que él se empezó a pajear y me acabó en la boca, y él era tan lindo que me tragué toda su leche sin pensarlo.
-Bueno, subí vos primero así no nos ve nadie - Me dijo él y yo, con todos los nervios del mundo, subí y directamente entré a las termas por ese hueco de donde yo había salido, sin despedirlo, sin nada.

No me acuerdo cómo fue la secuencia, pero en el camino a verme con mis viejos, me saboreé la boca mientras le mandaba un audio a Mauricio contándole la que me había mandado. Por suerte, mis viejos ni sospecharon. Bah, creo. Al volver a entrar a Grindr, no me acuerdo si yo le hablé o él me habló. Si no me equivoco, yo le hablé y le puse que hoy era mi último día y que me había gustado conocerlo. Tardó en contestarme, pero no sé qué hizo que me contestara y me dijo cosas tan lindas que me ilusioné un poco:
-Ni un beso me diste. Te vi que te fuiste y ni me saludaste - Entonces yo le conté que estaba nervioso y con miedo. Me dijo que yo era lindo, sin embargo, que él estaba en pareja, de trampa, en medio de una crisis y que estaba enfocado en eso. Hablamos un poco de nuestras vidas: que yo vivía solo en Buenos Aires, que estaba de visita, que no me acostumbro a los pueblos, acerca de mi profesión, etc. Durante ese día y al día siguiente cuando yo ya había llegado, me contó que estaba muy mal con su novio con el que convive hace varios años y que no sabía cómo cortar la relación, pero que el día de mañana le encantaría estar de novio conmigo, que se había quedado con ganas de unos besos y hasta que celó de mis acciones acá en Buenos Aires. Estábamos yendo muy rápido, aunque imaginarlo no era tan malo. A los días siguientes, me tiró la idea de venir a vivir conmigo, que necesitaba conseguir laburo acá mientras terminaba el secundario, pagar algunas cuentas allá y listo. Hablábamos de que yo lo iba a mantener hasta que él estuviera estable, que le encantaría venir a Buenos Aires, etc. Cuando a mis amigos, Elías y Mauricio les conté sobre un chico que yo conocía y que iba a venir a verme, sobre todo Mauricio, empezó a atacarme de que dejara de mantener a chicos, de llevarlos a mi casa (por lo de Tiziano), que no intentara nada con alguien del interior y no sé que cosas más. Obvio que me dio por las pelotas, su primera relación fue con uno del interior que lo trajo a vivir a su casa para después robarle ropa y su personalidad. Odio las actitudes de Mauricio cuando te ataca sin mirarse a sí mismo, es muy egoísta y no reconoce sus errores, como que no deja que uno haga de su vida lo que se le plazca y siempre está ahí juzgando.

A la vuelta de mis vacaciones, me volví a ver dos veces más con Tiziano. La primera, yo me había olvidado que tenía una juntada con Elías y Mauricio a la tarde así que, mientras yo estaba con ellos, el fue a hacer un trámite. No obstante, a la vuelta volvimos juntos y me contó que se había visto con un chico en ese interín, y obvio que yo exploté de la bronca. No era ni mi novio ni mi chongo, pero tampoco para ir a verse con alguien cuando se estaba quedando en mi casa por dos días. Ese día, íbamos ir a Amérika, pero desistí después de haber discutido. Al día siguiente, estuvo un poco insoportable y ya no me lo había bancado. La segunda vez, invitamos a otro chico y lo peteamos entre los dos hasta que acabó y se fue. Estuvo bueno y me calentó, aunque empecé a pensar que el día de mañana no quería estar en trío con Tiziano, sino con alguien a solas, sin él. Ya no sabía cómo explicarle que quizás él no era a quién yo quería realmente. La última vez que lo invité a casa, habíamos ido al cine y, al día siguiente, estuvo insoportable en mi casa que no quería hacer esto, que no quería ir a comprar conmigo, y así hasta que me cansó y no veía la hora de que se vaya. Ahora, hablamos esporádicamente por Whatsapp. Yo empecé a estudiar y a laburar a full, y él es su primer año en una Facultad. Así que, lógicamente, cada uno está con sus cosas.

Otro de los temas para hablar de este verano, fue la pelea que tuve con el ex de Mauricio. Me había jodido varias veces en Puerca mientras estábamos bailando. Mauricio ese día no estuvo, así que hice justicia por mano propia pegándole en el boliche y, después, esperándolo afuera para reventarlo a piñas a ese loco desquiciado, a quien le hace falta un buen psicólogo o vuelta a Colombia. Desde ese día, toda cosa que a veces agarro con mis manos, se me caen de la nada. No sé si de tantos golpes, mi mano habrá sufrido algún tipo de distensión o algo así. Entonces, de poco voy a ir contando lo que fueron mis vacaciones... más que vacaciones, mi verano ya que no me fui a ningún lado más que a lo de mis viejos. 

Mi vida es así de tranquila hoy en día, pienso recibirme este año y que mi vida pueda cambiar de una vez. Pasa todo muy rápido, sigo creciendo en todo sentido y el stress me gana cada vez más, por eso, estoy seguro que al recibirme, tener un título y más disponibilidad horaria me va a hacer bien. Son 7 años de estudio, mis amigos obviamente no lo entienden. El hecho de vivir solo, como rey, en un barrio céntrico tiene su precio también. Yo siento que a veces colapso con tantas responsabilidades, que mi mente siempre está maquinando y que me preocupo demasiado por mi vida laboral que tapa mis otras facetas como la personal o la social. De más está decir que ya no salgo a bailar por la plata y porque me aburro, que me paso los fin de semanas encerrado, que el tiempo pasa rápido y que espero a que sea lunes para volver a trabajar. Son secuelas de haber padecido picos de stress muy severos, pero bueno. Es sólo aguantar 8 meses para recibirme y listo.


F.A.M.