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sábado, octubre 27, 2018

#207 - Automático

Mi vieja estuvo más de un mes acá en Buenos Aires, vino supuestamente por un trámite, pero me terminó confesando que se había cansado de mi papá. Como siempre, yo termino siendo el último en enterarme de esas cosas. Escuchar eso me dio por las pelotas ya que sigo sosteniendo mi teoría de que mi mamá no quiere dejar "el barrio". No se acostumbra allá, mi papá, sí. Entiendo igual que se sienta sofocada y alejada de sus seres queridos. Pero están cumpliendo lo que siempre quisieron: negocio propio y un terreno. Lástima que mi mamá siempre que habla, parece convencida que nunca va a volver a hacer lo anterior. Después lo piensa en frío y cambia de opinión, la conozco. Creo que vio que en el barrio no hay nada para hacer tampoco, está todo saturado y cambiado. Por suerte, recapacitó y volvió a laburar con mi viejo. Me dio un poco de pena que se vaya, me estaba gustando eso de "visitar a mi mamá en su casa", la que antes era mía también. Pero también creo que es mejor así, dejar la casa acá y que cada uno se enfoque en su vida lejos del barrio. 

Es verdad, estoy muy pasado de rosca ya. Es viernes y en vez de pensar en salir como lo hacía antes, estoy queriendo dormir porque, en realidad, me duermo sin el mínimo esfuerzo. Pero me queda la culpa de dormirme temprano. Lo peor de todo es que, en vez de despertarme tarde, los sábados me estoy despertando demasiado temprano y todo para conseguir garche. Es obvio que el cuerpo me pasa factura después, más cuando pienso que la semana viene heavy, que al laburo no puedo faltar ni ahí porque en algunos me mandan a descuento. Estoy en la recta final de mi carrera, quizás sea eso. En realidad, siempre le eché la culpa al estudio por mi stress y mi preocupación constante. Fue un año muy particular éste igual. Todos lo dicen. A veces, siento que camino o  voy por inercia. Pensar que a esta hora tendría que estar produciéndome para salir, pero hace tiempo dejé de salir los viernes, y después me pasó con los sábados. La preocupación de no tener un sueldo fijo el año pasado, me hizo sentirme más sobrepasado. Este año con todo el laburo y la misma preocupación aunque en menor medida, también me saturan. Siento que ese cambio se dio a partir de que me mudé donde estoy viviendo ahora. Me di cuenta de eso hace mucho, antes me hacía feliz ir de shopping y gastar guita en ropa, etc. Ahora solo puedo gastarla en comida y en un pequeño lujo cada tanto.

Hablando del sexo, todas las mañana que tengo que viajar en tren y en subte, ruego tocar bultos o que me apoyen zarpado o me toquen el orto. Un martes salí re temprano de mi casa y me la pasé viajando en el subte con tal de tocar algún bulto. Una vez me metieron mano adentro del jogging. Y esta vez, quería tocar y se la quise manosear a un pibe que, por un momento, pensé si se iba a dejar o podía llegar a armar un escándalo. Se dejó pero después me corrió la mano amablemente porque no iba demasiado lleno y había una señora que podía mirarnos. Me quedé con las ganas. En el tren es más difícil, pero no imposible. En el capítulo anterior, quería hablar de la vuelta a mis orígenes en las teteras de los baños del subte. Es por etapas: hay tiempos que estoy más desinhibido y otros, en que tengo miedo. Es que si vamos al caso, los días de semana me la paso laburando.

Hace dos martes que ando de trámites por el centro y las dos veces hice tetera. El baño del subsuelo de Galerías Jardín siempre me causó intriga. Lo he hecho hace tiempo pero con mucho miedo, ahora no. Y después de la situación de haber encontrado a Ian casi entrando al baño en su momento, menos quise saber de ese baño, sobre todo después de imaginarme si en algún momento pudo haberlo hecho y yo no darme cuenta. El primer martes pasó lo siguiente: me vio un pibe en el baño del McDondals de Florida y no quise hacer nada. Pero a la media hora, lo vi en el baño de G. Jardín y se la chupé y hasta le tragué la leche. Se ve que andaba de tetera a full. Y la segunda vez, también almorzando en el Mc de Florida, vi pasar hacia el baño a un pendejo lindo, y me mandé. Me vio y se me acercó tocándose la verga sin importarle los señores que habían dentro. Nos encerramos en un cubículo y también se la mamé y le tragué la wasca. Quería ponérmela pero no daba, prefiero un lugar más cómodo para eso.

Pasando a la parte de relaciones serias, me llevé una desilusión con el chico que conocía a mi ex Ian. No sé qué le pasó. Era el único candidato que cumplía con varios requisitos y tenía fe en que algo podía pasar. Pero bueno, ya está. Por otro lado, soñé con Ian y con Naim. El sueño fue coherente pero raro. Soñé que estábamos en una fiesta organizada por mí, había mucha gente conocido y desconocida. Estaban mis familiares cercanos como primos, mis amigos y gente que no conozco. Resulta que en el sueño, primero apareció Naim y tras cruzármelo, nos agarramos a las piñas. Aunque el momento tenso, surgió después cuando creí haber visto a Ian, y mis amigos m dijeron que no hiciera nada. Pero como siempre, vino acompañado para hacerme dar celos. Llegó un momento en que me lo crucé y nos agarramos a las piñas también, casi que lo eché aunque, en realidad, había venido a esta fiesta porque habían conocidos de él dentro. En un momento, cuando amaneció, el lugar parecía laberíntico, la gente estaba muy ebria, la habíamos pasado bien. Sin embargo, volví a cruzarme con Naim y aunque había tensión de por medio, le hablé lo más bien y decidí pedirle perdón, que estaba bueno volver a hablarnos. Ahí sentí paz. En el caso de Ian, pasó lo mismo, pero él se me acercó y yo me dejé llevar a tal punto de decirme cosas como volverlo a intentar cayendo en la conclusión que yo sigo pensando lo mismo que hace tiempo y que mi subconsciente me proyecta lo que yo quiero ver. Seguramente, Ian haya sido el amor de mi vida.


Hoy me volvió a hablar Byron por Grindr. Pensé que había quedado todo ahí, a principio de año. Sin embargo, desde que el chico que una vez vino a casa (el que trabaja en un negocio en el centro de Lomas) le contó a él que estuvo conmigo, se habrá querido matar y habrá estado más pendiente de mí. Hoy vino un chico e hice de activo. Pero más temprano, vino un chico hermoso, rubiecito aunque rapado y con unos ojazos verdes, sonrisa blanca y buena verga. Usó slip y me fascinó; y es más, me dijo que podíamos seguir hablándonos para volver a vernos. Me gustó mucho por más que solo lo haya peteado y le haya tragado la leche. Un Ken. Necesito más pijas, necesito esa orgía en donde todos sean contra mí, o un bukkake, a ver si ahí me calmo.


F.A.M.