Pages

jueves, febrero 07, 2019

#216 - La Casa del Amor

Se me van terminando las vacaciones, ya no es como años anteriores que tenía vacaciones hasta mediado de febrero, ahora arrancamos antes. Me pasé estos dos meses editando el blog, mimándolo y, de paso, releyendo historias que hasta yo mismo había casi olvidado. Hice un paso por todas las historias, aunque yo quería terminar de relatar aquellos capítulos que no redacté por falta de tiempo. Miqueas y Dylan desaparecieron, me habían hablado hace una semana para vernos porque estaban en la Est. Lomas, pero les respondí que estaba entrenando. Les hablé hace unos días y nunca les llegó el mensaje. Por ahí, estén en casa de Miqueas y no tengan Wi-Fi ya que si estuviesen en casa de alguien, ya estarían conectados. Mientras tanto, yo seguí con mi vida sexual hasta el día de hoy, por eso, ahora quiero enfocarme en redactar acerca de mi vida sexual durante este mes que pasó.


Una de las historias que redacté y me tocó fuerte en el plano sexual y personal fue el de Lion, ese chico que yo había conocido en el sauna y frecuenté su casa varias veces hasta que un día me dijo que no me enganchara. Sin embargo, me lo crucé varias veces más y siempre hubo buena onda y sexo. La última vez que nos vimos fue en el sauna y deseaba no encontrármelo porque se pegaba y se me ponía a hablar de su vida y no la paraba más. Ese día, fue tal cual. Me dijo que tenía pensado sacrificar todas sus cosas e irse a vivir a Barcelona, España; que allá tenía a un amigo o no recuerdo si tenía a una tía, pero que tenía pensado irse y trabajar de cualquier cosa. Yo le conté mis proyectos: o terminar la casa de mis viejos o mudarme. La verdad, ese día me cansó y me terminé yendo del sauna diciéndole que estaba aburrido. Él se lamentó y no quería que me fuese, pero gracias a mi huida, pude irme a un Mcdonalds y buscar departamentos por Internet como tantas veces lo hice. Ese día, encontré el departamento donde ahora me mudé. Creo que mi proyecto se volvió realidad. Hace una semana, justamente, me acordé de él y entré a su facebook en donde no somos amigos y me llevé la sorpresa.

Lion está viviendo en Barcelona, pero está viajando por todo el mundo: Nueva Zelanda, Taiwan, Dubai. Tiene fotos en departamentos de lujo, en torres re top. Y ahí, aparte de quedarme anonadado, empecé a pensar y dudar de todo. ¿Lion viajando por el mundo? Pero si era un simple empleado como yo que, encima, trabajaba más que yo y cobraba menos. Sin embargo, se me venía a la mente esa fase que me dijo por Whatsapp y con la cual me decepcioné. "Te voy a pedir una cosa. No te ilusiones conmigo porque hay un motivo por el cual no vamos a poder estar en algo. No te lo puedo decir, pero creeme, más de lo que yo me odio, no me vas a odiar. Me encantaría tener algo con vos, pero hay un motivo por el cual novamos a poder". Frente a semejante confesión y semejante sorpresa, pensé en muchas posibilidades, aunque pasé por alto una opción que quizás esa haya sido la correcta y la que ahora pueda aplicar a esta situación. Lion se prostituye. Es lo que se me ocurre: pendejo carilindo, medio tonto, que no aparenta la edad que tiene, se hace el hetero porque eso de gym y el fútbol le gustaba, tiene buenos pectorales y buen abdomen (tampoco híper marcado), verga normal. Se debe prostituir o debe tener uno fijo que lo debe garchar y recibe guita a cambio, ya sea por Internet en alguna página o algo más discreto. Es imposible que alguien decida sacrificar todo y, de repente, estar viajando por el mundo con todos esos lujos.

Esto mismo, me hizo repensar mi vida, ponerme a filosofar si esta vida adiestrada por el sistema es lo que quiero, lo rutinario: eso de laburar tres turnos algunos días, no tener tiempo para nada, no llegar a fin de mes, tener más deudas cada día. En definitiva, siento que lo que quería hacer  este año como guitarra, teatro, canto, se van a ver frustrados porque no me alcanza la plata. No es la primera vez que pienso en prostituirme, siento que solamente me hablan los viejos y someterme a eso no es lo más placentero. Por ejemplo, Miqueas se prostituía de una forma muy sutil: pedía por Grindr cosas a cambio de sexo, cosa que al fin y al cabo, hacía las cosas hasta ahí nomás. Debería encontrar un Sugar Daddy. Quizás Lion la pegó, o como la travesti ex amiga de Nazareno que también la pegó. Me puse un ultimátum: si este año no remonta mi economía y no realizo actividades que me satisfagan, el año que viene me sacrifico.

Durante este año y medio que pasó y que me mudé, sigo con la lista de chicos que pasaron por mi casa o experiencias sexuales que tuve fuera de mi departamento. Los primeros son del año anterior y los otros son de este año y últimas experiencias sexuales:
  • Un chico medio dientón que tenía alta verga y me quería cojer a toda costa, pero sus fotos con lentes y tomadas de otro perfil, hacán esconder una especie de retraso que tenía. No era tan feo, pero a mí no me gustó estar con él. Le hice un pete y ni siquiera quería que me besara.
  • Un pibe con unos pocos kilos de más y afeminado que me habló una vez que yo había llegado de bailar alrededor de las 8am. Más que paja y chupada no hubo ya que supuestamente estaba paseando al perro y después se decidió a correr para entrenar.
  • Leandro, un pibe que trabaja en los Talleres de Escalada, activo, bien machito semi-paki con él me veía la mayoría de los sábados o algunos domingos. Venía temprano, nos bañábamos juntos, se la chupaba, me garchaba a full, y hasta me filmé varias veces con él. Un día, le hable, no me contestó más, y a la semana siguiente a último momento me habló para vernos y le dije que ya no podía por la hora. Parece que se ofendió y nunca nos volvimos a ver. Le hablé hace dos semanas para aprovechar las vacaciones, pero por más que me decía a todo que sí, no lo veo motivado.

  • Un morocho con colita a lo rastas que vino dos veces a mi casa y que me gustó porque, después de garchar, hablamos banda de cosas personales. Como recién estaba separado tras varios años de pareja, se me había enamorado a primera vista y, como yo no soy clavo que usen para sacar otro clavo, dejé de hablarle además de que se había vuelto denso por Whatsapp. Recuerdo haber garchado sin forro y él nunca se hizo drama por eso. El sábado pasado me lo crucé en Puerca.
  • El Ken. Se llama Tadeo y es alto, medio rubiecito, ojos claros, flaco y con una verga descomunal con quien garcho dos veces al mes. También me filmé, mejor dicho me filmó él con mi celular mientras me garchaba y le tomé la leche en varias ocasiones. Al principio, cogíamos con forro y, después de un trío, me garcha sin forro.
  • Marcelo, el pibe con el que me vi dos veces: una haciendo trío con Ken y otra, solo. Es histérico. Siempre me bloqueaba por Grindr porque no le pasaba fotos en bolas hasta que me vio en persona y mi orto le encantó. Ahora no nos vemos porque, al menos yo, no tengo mucho interés en el. Vive a cuatro cuadras de mi casa.
  • Un venezolano de 23 años, medio petiso que trabaja en un café cerca por Lomas. Tiene buena verga y sabe garcharme. Me vi tres veces con él y la segunda, hicimos un trío con otros pasivo que yo traje para que me la chupara a mí y a él, y viese cuando me garchaban. Como es de intuir, no es su devoción coger con el mismo muchas veces. tenía la fantasía de enfiestarlo con otros pasivos.

  • Cristian es un pibe que recién se inicia en el ambiente gay, tiene mi misma edad y tenía novia. Me vi dos veces con él, es tímido y yo tengo que tomar las riendas. La primera vez, se le bajaba a cada rato después de que le pusiera el forro, así que garchamos sin forro porque sino no se le paraba. La segunda vez, garchamos como una hora de seguido mientras transpiró a full, nos sumergimos en esa agua que se formaba por el placer. Fue el segundo al que hice que me acabara en la garganta (el primero fue Nicolás con quién me veo dos veces al mes también).
  • Julián, un chico con el que me vi una vez después de que nos habláramos por Grindr antes de Navidad. Se peina bien y es hermoso de cara, cuasi perfecto, pero me la bajó cuando me contó que había bajado de peso ya que a mí me gustan los pendejos híper flacos por naturaleza. Tenía una verga gruesa de abajo, pero que se iba volviendo angosta al llegar a la cabeza. Buen polvo.
  • Fede, un tocayo mío que, después de varias veces hablándome con él desde hace mucho tiempo atrás, nos vimos y nos hicimos un pete mutuamente. También hice que me acabara en la garganta (el tercero). Es flaco, medio turro y lindito hasta ahí nomás.


F.A.M.