
En pleno 2014, ya el verano se estaba yendo y entrábamos en marzo y abril. Pasaron en ese momento muchísimas cosas en tan poco tiempo y voy a intentar contarlas ahora. Pasaron casi 7 años y dejé estos capítulos inconclusos, pero tengo estas vacaciones 2021/2022 para contarlas. Aún me acuerdo. En agosto de 2013 había conocido a nuevos amigos gracias a Facundo, un conocido de Elías del que después se terminó distanciando, Ricky y otro chico llamado Andrés que era de Mendoza y estaba probando vivir en Bs. As. Sin embargo, Andrés no había madurado y sin trabajo no iba a poder progresar, así que se volvió a Mendoza en una despedida fuerte en diciembre de 2013. En septiembre conocí a Agustina en la fila de Puerca que, a su vez, tenía un conocido llamado Damián. Con el tiempo, acoplé a mi mejor amigo, Elías, con Ricky y Damián conformando el grupo de aquel entonces. El tiempo pasó y como que nos olvidamos de Andrés y de Mateo, otro chico del grupo. Éramos los cuatro para todos lados y así hicimos miles de salidas a Puerca, Plop y otros boliches de la CABA.

El verano 2014 fue demasiado alocado porque salíamos a bailar a la costanera y, para mí, fue el mejor verano bolichero de mi vida. En aquel entonces me enamoraba platónicamente de muchos chicos, por ejemplo, de Platónico 1 que lo veía seguido y hasta lo había visto en esa Plop de 2014 en el Parque de la Costa. Era una especie de Benjamín Vicuña de unos 26 años y de ojos celestes que, por A o por B, nunca pasaba nada con esos chicos. Intuí que Platónico 1 era pasivo como yo porque siempre que lo veía, me miraba, pero si nunca se acercó habría sido por algo. Pero yo sabía también que yo era un simple pendejo y que su target quizás era
otro. Lo que le gustaba a él era lo mismo que a mí: que me encaran. De hecho, una noche con la compañía de
Samanta y Nicole y mis otros amigos como Ricky, Agustina, Elías, Damián y hasta Melina, me lo encuentro y después de volverlos locos a todos ellos, me obligaron ir al centro de la pista a bailar para estar más cerca de él y poder hablarle. ¿Yo animarme a hablarle a mi platónico? No, bajo ningún concepto. Sin embargo, todos ahí en el centro, de tanto hacer contacto visual, me di vuelta y bailé 10 segundos con él. Y al darme vuelta, todos mis amigos se habían ido. LA VERGÜENZA que pasé, quería que me tragara la tierra. Obvio que volví enojado sobre todo con Ricky que seguramente fue el cabecilla del plan, los puteé en cincuenta idiomas. A veces, me frustraba muchísimo porque caía en la cuenta que él no
era para mí y que lastimosamente, seguiría siendo un platónico
solamente. Y un día lo vi chapándose a uno y mi mundo casi se vino abajo a tal punto de bajonearme y estar deprimido toda la noche.
Había pensado que era más exclusivo.

Hablando de Facundo, nos habíamos alejado prácticamente porque su mejor amigo odiaba a Elías y, las dos veces que salimos a bailar con éste, siempre tiraba comentarios negativos. A todo esto, una vez, salimos a una Plop todos vestidos de negro donde no pagamos entrada, y donde robaron unas gafas mías negras de marca que me la pidieron en plena pista y pasó de mano en mano hasta que desapareció, y esa fue la última vez que quisimos salir con el amigo de Facundo. A Damián le criticaba mucho cómo se vestía y, en parte era verdad, pero no entiendo por qué lo hacía. O sea ¿qué tenía que ver? A partir de esa situación, Ricky inventó los "poderes imaginarios" que lanzábamos en los boliches a modo de bromas, entre ellos el del amigo de Facundo, "lluvia de veneno". En una de esas Plop, Damián me insistía que saliéramos a bailar vestidos casi iguales porque a él le encantaba llamar la atención dentro del boliche. Y a mi también. En el grupo de Whatsapp de aquel tiempo, Damián me dijo que fuésemos con los tiradores, una remera rosada y un pantalón negro. En parte, era súper ridículo, pero esa era también la idea. Esa noche fuimos Ricky, Damián, yo y Juan Manuel, quien falleció después (en el 2020). Al menos yo me sentí como un famoso porque todos nos pedían fotos y hasta nos paraban para hacernos comentarios. Una vez también salimos vestidos de camisa blanca, tiradores y pantalón de vestir. Los tiradores eran nuestro accesorio favorito, y más la ropa de vestir con lo que a mí me gustaba. También nos acompañaron Ricky y Agustina esa noche.

Ricky trabajaba para Desarrollo Social en Lomas y
conocíamos a las mismas personas del ámbito laboral porque yo trabajaba
en Plan Fines que tenía relación directa con esa gente. Él una vez me
propuso como profesor de Inglés para el lugar con el que colaboraba. Esa
fue mi primera vez como profe de Inglés y se lo agradecí. Sumado a esto, cuando
estábamos en pedo en los boliches y veíamos a alguien con corte carré (sobre todo a la
de la Plop que paseaba con un cigarro en la mano), Ricky nombraba a una
Inspectora que nos meábamos de la risa porque también tenía corte carré.
Y el boliche gay "Cerrito Mary Mix" tenía el nombre de esta inspectora
entonces estallábamos de risa. Las de veces que con Ricky nos hemos pasado en el colectivo y terminamos en la loma del culo, cada anécdota.

A todo esto, después de dos años, Martín "Tincho" seguía estando en mi mente, pero quizás no a modo depresión, sino como algo lindo que había quedado truncado en el tiempo. Cada tanto entraba a su Facebook, al que él me había agregado en su momento y me había eliminado después, y veía que él estaba en su Mendoza natal, al igual que Andrés. Se lo veía contento a él, pero era un chico misterioso. Mucho no sabía de su vida más que lo que él me había contado: que su mamá era dueña de una clínica, que él estaba en el departamento de su mamá cerca del Obelisco, que él estaba haciendo un postítulo o algo así, que estudiaba inglés, que entre sus amigos él era paki, que trabajaba como modelo en desfiles, que tuvo un ex con el que hicieron división de bienes y se quedó con una PC que una vez intenté formatearla y no pude. O sea que alguna vez tuvo novio. Pero en ese seguimiento, stalkeo, que yo le hacía, ingresé en estas épocas y me llevé la sorpresa de que él andaba, por fin, en algo con un chico. ¿Acaso su deseo también era estar con alguien? ¿Y por qué no se había dado conmigo? Esa era la pregunta y lo que siempre había querido saber, no sé si decir que para mí eso había sido fracasar en lo amoroso. Aunque también entendía que ni él sabía lo que quería. En fin. El chico ese que vi en las fotos no era tan lindo como yo, se notaba que el pibe era de ese pueblo y que se habían conocido. Sin embargo, me sorprendía que Tincho, habiendo vivido acá en Bs. As. no se haya enamorado de tantos pibes lindos. Había pensado que él buscaba alguien como él: de ojos claros, musculoso o marcado... pero no, él solo quería pendejos, pareciera. Vi unas fotos de ellos juntos para todos lados, inclusive una foto de Tincho con la familia del pibe o viceversa. Se dedicaban cosas, aunque viniendo de Tincho, esas "cosas" eran sutiles como fotos en donde escribía "con mi gordo" y eso nomás.

Retomando contacto con Chris después de nuestras vacaciones y que todo quedara como medio "distante" debido a que casi me ponía en pareja con Diego (Almeyda), hablamos unas pares de veces y hasta me etiquetó en fotos de nuestras últimas vacaciones en Facebook. Raro. Me preguntó qué onda, en qué habíamos quedado con Diego y le conté cómo había sido nuestro reencuentro extravagante después de las vacaciones. Había pasado un mes desde que nos habíamos visto nuevamente y que nada funcionó, sin embargo, Chris me contó cosas de lo que "nefasto" que era Diego:
-Sí, boludo. Diego es adicto al sexo, posta. No puede estar un día sin coger, tiene que ponerla en algún lado.
-Es que sí, me di cuenta. Por eso, siempre desconfié de él, y sabía que si me ponía en algo con él iba a ser para líos.
-Es que es adicto de verdad. Con eso de que tiene la habitación separada de la casa de los padres y que entra por el garaje, todas las noches un pibe nuevo. Un día le dije que parara un poco porque lo estaba volviendo loco y me contestó que no podía.
-¿En serio? ¿Vos decís que es para tanto?
-Sí, escuchá esto. Una vez me contó que se vio con Gatica, ¿sabés quién es? Una pasivísima de twitter, morocho, que se hizo conocido por los videos boludos que sube. Ese Gatica es un asco, pero Diego me contó que él sentía morbo y dijo que lo llevó a la casa para garchárselo. También me contó que una vez contrató a uno de esos negros que venden anillos y pulseras para ver qué se sentía que lo cogiera uno de esos.

-No, boludo. Tremendo, quedé anonadado. ¿Para tanto, che? - Ahí yo había caído en cuenta cuán loco era Diego. Cosas que yo nunca me hubiera imaginado porque una cosa es hacer chistes y otra, dar por sentado que es una adicción y que las cosas se le estaban yendo de las manos. Es más, Diego se me vino a la mente y probé en hablarle nuevamente a ver que se sentía. Lo invité para mi cumpleaños que era a fines de marzo. En una de las tantas salidas previas a mi cumpleaños, cambiamos boliche y fuimos a Whip. No fue lo mejor de lo mejor, pero estuvo bueno. Fue en una salida que hicimos con Anabella, Elías y Ricky, y la anécdota fue verla a Anabella bailar en una tarima además de que ella le pasó un trago a Elías y le clavó el sorbete en el labio de lo borracha que estaba.

Para finalizar este capítulo, mi cumpleaños había caído jueves. Y no sé cómo terminamos en Jolie con Ricky para festejar mi cumple, era una época donde nos mandábamos sin que importara el día siguiente. Ese jueves ya de madrugada pasaron dos cosas que marcaron mi continuidad después. La primera situación de ese jueves en Jolie fue la aparición de Adrián. Sí, de Adrián, el novio, o mejor dicho, ex novio de Santiago con el que justamente hacía un año habíamos festejado mi cumpleaños en Nordelta. ¿Qué cosa rara, no? Pero ¿cómo podía ser? Él estaba solo. Ni bien me vio se acercó a saludarme, igualmente nos cruzamos casi de frente y nos quedamos hablando un rato. Nunca se lo había mencionado, pero él siempre me atrajo por sobre Santiago y cuando acepté todo ese "trato" el año anterior era porque me llamaba la atención él. Me generaba curiosidad ver quién era "ese chico medio rubiecito de gafas y súper delicado" que Santiago me había mostrado a los días que nos habíamos conocido. El tema es que yo pensé una cosa y la realidad era otra. Adrián era el mantenido por Santiago, era el Sugar Daddy que lo llevó a vivir con él a Nordelta. Sin embargo, algo olí mal cuando conté en el capítulo "Till Death Do Us Part". Lo saludé y le pregunté qué onda a Adrián, estaba diferente, no era le mismo que yo había conocido. Me contó que estaba comenzando su vida nuevamente porque se había separado de Santiago, el pibe que habían incorporado al trío después de que yo me les rebelara, terminó siendo el nuevo novio de Santiago. Es que él, al igual que Tincho, buscaba mientras más pendejo, mejor. Le transmití mi solidaridad con la situación que le tocaba vivir, pero me dijo que había vuelto al "ruedo" con su primo y eso fue lo que me llamó la atención. Es como si se le hubiera convertido el auto en calabaza y ahora tenía que seguir su vida de otra forma. Mucha cabida no me pasó ni tampoco tuve la oportunidad para contarle lo que me pasaba con él.

La segunda situación fue que había una tarotista en Jolie y me tiró las cartas. Eso era lo bueno de los boliches gays: que pasaba cada cosa dentro desde lo más bizarro hasta lo menos ocurrente. La verdad, al principio mucho no le creí, pero el tiempo fue hablando por sí solo. Primero y principal me dijo, muy sincera la señora, que las personas que trabajan con computadoras solemos ser solitarias y que nos cuesta relacionarnos el doble. Sin embargo, se sorprendió porque decía que pronto iba a aparecer un chico en mi vida, una pareja, un muchacho de veintialgo, de mi edad casi, de pelo castaño y que iba a ser una relación muy intensa y fogosa. Me dijo que yo ya lo conocía y que era de mi entorno, que estaba "ahí". Me preguntó si yo sabía quién podía llegar a ser. Lógicamente, si me podía cagar de risa en frente de ella, lo iba a hacer porque desde que me había separado de Joel hacía 2 años, no estaba seguro de querer tener un vínculo sentimental con alguien. Pero en el fondo, yo necesitaba enamorarme correspondidamente, era hora de ver qué pasaba. No sé si se lo mencioné en ese momento a Ricky, pero quien se me había venido a la mente era Matías, el chico con el que Damián había intentado mantener algo hacía unos meses y no quiso porque nos prefirió a nosotros, sus amigos y la joda, por sobre él. En el fondo, Matías me gustaba y era la descripción tal cual que me había hecho la tarotista. Sin embargo, lo que dijo ella fue cierto porque después me puse de novio, pero nada que ver con la descripción de ese chico. Y sí, fue una relación intensa como lo había descrito. Al final de esa noche tranquila y diferente de mi cumple parte I había sido linda. Fue una salida íntima con Ricky. Al volvernos a casa, nos encontramos con un piquete en Puente La Noria y tuvimos que caminar desde el autódromo hasta cruzar el riachuelo mientras todos se iban a trabajar y nosotros volviendo de joda un jueves.

El fin de semana de mi cumpleaños lo festejé por dos, tanto el viernes como el sábado, e invité a muchísima gente que, como siempre pasa, muchos no terminan viniendo y me enojé con Chris, por ejemplo. Entre ellos, estuvo también Diego que después de que me confirmara a muerte que vendría, al salir del boliche el sábado me confesó por Facebook que había llegado hasta Chacarita y que le habían robado el celular en los alrededores de la estación. Lo sé, Chacarita no es nada lindo de noche, pero nosotros estuvimos miles de veces a toda hora y nunca nos pasó nada. Pero Diego era tonto y estas cosas podían pasarle. Me preocupé banda y dudé muchísimo si era cierto todo lo que decía, por eso, les comenté a los chicos con lo que fuimos relogiosamente caminando hasta la estación como cada vez que salíamos de bailar y ellos me dijeron que llamara al celular para probar. Y era verdad, daba fuera del área de cobertura, como si lo hubiesen dado de baja. Para mí, Diego había a otro lado y ahí le robaron, y puso como excusa eso. En ese momento, sentí que ya las cosas no avanzaban y que si por algo no se estaban dando era porque él y yo no estábamos destinados a algo. Desde que volvimos de nuestras vacaciones y de esa pelea cuando me acompañó a la parada, sentí que la relación se había cortado convirtiéndose en algo pesado de levantar.
En abril de 2014, así como me había vuelto a hablar Chris, también me empezó a
hablar su novio, Lautaro. En aquellos tiempos, yo era muy activo en
Facebook y Whatsapp, pero todo lo que nosotros (el grupo de amigos)
queríamos hacerlo público, salía escribirlo en Facebook. En una de
esas, Lautaro me comentó diciendo que había soñado conmigo, algo
tranqui, pero siempre terminábamos desvirtuando todo debido a que yo
había delimitado mi Facebook a personas de la noche y amigos de la vida.
Para familia y compañeros de secundaria y profesorado, había creado
otro Facebook. En esa charla por comentarios, Lautaro mencionó algo así
como que yo me veía más "lindo" enamorado que en papel de "busca chongo
sin fin". Ese amante que yo había tenido a escondidas y que nadie más
sabía, excepto por Diego que se lo conté en esas vacaciones creyendo que
ya no iba a saber nada de Chris y Lautaro, era todo lo que yo siempre
había querido. Conté miles de veces en capítulos anteriores que Lautaro
me había confundido y que yo sabía que él quería algo serio conmigo,
pero lamentablemente, Chris era mi amigo y se podía llegar a armar un
quilombo si lo dejaba y venía conmigo. Traté de esquivar todo lo que
ahora venía de Lautaro.