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lunes, agosto 17, 2020

#237 - Niño Solitario

Para Navidad del 2019 me fui a pasarla con mis papás, hacía años que no pasábamos unidos una navidad y ahora con mis dos sobrinas, de hecho, era la primera vez que la pasábamos nosotros solos porque siempre nos reuníamos con mis tías de parte de mi mamá. Mi hermana pasó varias Navidades con la familia del marido, y yo pasaba Año Nuevo con mis amigos. Una tradición que arrancamos en 2016, pero que fue decayendo a tal punto de pasar Año Nuevo del 2019/20 en Mar del Plata solo Mauricio y yo, relato que voy a contar en el próximo capítulo. Fue una sensación rara porque no conocía la nueva casa de mis viejos. La anterior vez que yo fui, ellos estaban viviendo en una casa alquilada que no estaba nada mal, pero la idea era aquella, que econstruyeran algo propio. Algo que yo deseé cuando vivíamos acá era, que ellos compraran una casa ya construida en algún barrio céntrico, sobre todo cuando mi viejo iba a cobrar un juicio de antaño, pero no. Al final le pagaron poco y eso lo invirtió en otra cosa. Mi viejo siempre administró la plata y su vida en general de mala manera. Es un hombre inteligente, pero sus adicciones y mambos no lo ayudaron. Y yo siempre tuve ese mambo de haber querido crecer en otro barrio, con otros chicos con los cuales encajar. Si bien pasé la mejor infancia de todas con mis amigos vecinos, de hecho, ellos fueron mis primeros amigos en la vida, ya en mi adolescencia fue muy difícil para mí relacionarme con otros varones. No encajaba realmente. Yo estaba un paso adelante que ellos y era súper maduro para la edad que tenía.

Es más, hace poco lo hablé por Whatsapp con Rebecca y Selene, en el grupo que tenemos. Siempre hablamos de nuestras infancias, lo que nos acordamos y todo lo que pasamos. Y ahí les conté sobre mi situación y sexualidad en mi adolescencia. Mis vecinos de al lado fueron mis primeros amigos, ellos son tres hermanos: Vanina, Sam y Edu. La amistad con ellos dos estaba ligada también con mi primo más grande, Hernán, quien vivía llegando a la otra esquina de la cuadra y, al ser de la edad de Sam, éramos un grupo de cuatro. Me acuerdo las noches que pasábamos sentados afuera de la casa de Sam y Edu, hablando vaya a saber uno de qué porque éramos chicos. a veces íbamos a los Arcades de la vieja de la vuelta de nuestras casas que tenía un negocio. Ahí también cruzábamos a otros pibes del barrio más grande que yo, es más, yo siempre fui el más chico hasta que otros crecieron un poco más, y son los que menciono en mis primeros capítulos como Leonardo y Lucio, y después Maxi. Con Sam y Edu siempre nos hablábamos desde el muro que daba a mi escalera, ahí ellos gritaban mi nombre o yo el de ellos. A veces yo pasaba a la casa de ellos y viceversa. Ellos tenían una piscina que en su momento era re wow, pero rara vez la llenaban. Alguna que otra vez me habré metido a la pileta llena, pero dos veranos nada más la llenaron seguido, el resto de los veranos la llenaban una vez y listo. Con el tiempo, esa piscina terminó siendo un depósito de porquerías. De chicos, teníamos el Sega y nos intercambiábamos cartucho, y mientras se lo contaba a Rebecca y Selene, se me vino a la mente un momento que nunca se lo conté a nadie porque son esos recuerdos que uno los tiene en su cabeza, pero que no hay una razón para contárselo a alguien porque son flashes fuera de cualquier contexto. Estábamos con Sam y Edu en el muro de mi casa donde antes había una parrilla, y Sam quería que yo le prestara un cartucho de Sega, pero yo le había dicho que no porque seguramente quería uno de él, entonces Sam me pegó en la cara y yo salía llorando y gritándo por mi mamá. Tendría 5 años yo. Sam me decía que no gritara y que me devolvería el cartucho.

Mientras seguía relatando el audio de Whatsapp para ellas dos, sentí y me di cuenta de muchas cosas que nunca antes las había recordado. Sé que mi vecina, la mamá de ellos, me amaba cuando yo era chico. Me acuerdo un día que yo era chico, cinco años, había tenido un mal sueño y me puse a llorar en la escalera de mi casa temprano en una mañana nublada y no sé si había alguien en mi casa. Mi amigo Sam con la mamá me vieron y me preguntaron desde el patio donde estaba la piscina qué me pasaba, y me tranquilizaron. También, me acordé cuando les hablaba a Selene y Rebecca, el día que nos fuimos a Punta Lara con toda la familia de mi papá, que eran banda en el colectivo del primo de mi papá que manejaba el 298 y después manejó el 32. Ese día fue cuando yo me perdí en Punta Lara por culpa de Nehuén y quedé traumado por años. La noche anterior, había sido los 15 de mi vecina Vanina, la amiga de mi hermana y yo me puse en el pasillo que estaba al costado de la casa de mi abuela, adelante de mi casa, con cara triste, y me acuerdo que la mamá me convidaba comida y me hablaba. Mi papá al tiempo le había prohibido a mi hermana hablarse con Vanina porque decía que era mala influencia para esa edad porque hablaban de chicos. Ellas dos se juntaban a la noche en mi vereda y ahí hablaban, no sé si mi viejo alguna vez cuando llegó de trabajar escuchó algo de la conversación de ellas, pero así fue hasta que tuvieron que dejarse de hablar, pero creo que en el fondo, Vanina se habrá enojado con mi hermana y se terminaron distanciando.

También, recordé lo terrible que yo era porque me mandaba cagadas que a los padres de ellos les caía muy mal. No sé qué pasó realmente después que a Sam y Edu le prohibieron juntarse conmigo cuando teníamos 10 años aproximadamente. Fue alguna macana que yo me había mandado, pero no me acuerdo qué exactamente pasó, del por qué nos dejamos de hablar. En mi mente, está la imagen y la voz de la madre de Edu trayéndolo de la oreja una noche y metiéndolo a la casa mientras le pegaba y gritaba a tal punto de querer llorar por la bronca. Yo escuchaba todo a un costado del muro donde nos parábamos para hablarnos. Así quedó todo tenso, a Edu ya no lo dejaban salir a la noche para juntarnos en la vereda con mi primo Hernán. Más tarde cuando yo tenía la Play 1, la llevaba a casa de ellos, pero de contrabando cuando los padres no estaban. Es más, recordé que a tal hora teníamos que dejar de jugar porque los padres podían estar llegando, y así estuvimos un tiempo. Creo que una vez, llegó la madre de Sam y Edu y no omitió opinión. Ese día estábamos Hernán, Edu, Sam, Jony (vecino también que vivía al lado de la casa de ellos dos y es el hermano más grande Leonardo) y yo agarré mi Play y todos nos fuimos.

Después de habernos dejado de hablar, a los años yo empecé a juntarme con el primo más chico de ellos dos que vivía adelante, pero arriba de la casa de la abuela de ellos. Me sentía más identificado con él porque teníamos los mismos gustos con respecto a programas de televisión y superhéroes. Jugábamos mucho a interpretar personajes y armar historias ficticias. La realidad era que la madre de Sam y Edu quedó muy resentida conmigo, pero ahora no podía decir nada porque con ellos yo no tenía trato, es más, Edu se sentía raro porque ya no hablaba con él y a veces se acercaba al patio donde nosotros estábamos jugando. Con el primito de ellos pasó que nos dejábamos de hablar, y al tiempo nos volvíamos a hablar. Hasta que al año siguiente ya nos habíamos distanciado porque yo había empezado la secundaria y era todo diferente para mí, un mundo nuevo. Ya Sam cuando cumplió los 18 años lo mandaron a Prefectura, cosa que después mi primo Hernán y mi otro primo, uno de los hermano más grande de Selene, hicieron también; por lo tanto, Sam ya no estaba tanto en casa de ellos. Todo esto fue tiempo previo a la re-aparición de Naim en mi vida, cuando él y mis dos primas vivían con la madre. Con Vanina manteníamos el saludo cuando la cruzaba en la calle, por suerte eso nunca fue problema y a mí me agradaba porque fuimos vecinos de toda la vida. Con Edu lo mismo ahora que somos grandes, yo me mudé y no los veo ahora.

Bueno, volviendo al tema de la navidad 2019. Antes de viajar, tuve una fiesta de despedida en una de las escuelas donde laburo y fue muy agradable estar y compartir un cierre de año genial con colegas, aunque me lamenté que no estén las dos compañeras con las que mejor me llevo porque "no se bancan" ciertas cosas, pero el tema viene que ellas entraron por la anterior Rectora y ahora está de licencia hasta jubilarse. Entonces, ellas no están contentas con la nueva gestión. En fin,cada vez que tengo que viajar a lo de mis viejos me cuesta mucho dejar acá y me pasó también cuando me fui de vacaciones a Mar del Plata.Sin embargo, esta vez, tenía ganas de viajar ya que yo fui una sola vez. pensar que es el mismo país, pero la gente de allá es tan diferente, el pueblo es tan distinto, otro estilo de vida. Es algo que me gusta, pero no sé si podría encajar ahí. Donde estoy ahora, estoy bien. Nos encontramos con mi hermana y mis sobrinas en Retiro y esperamos para partir, sentía esa existencialidad en mí, de preguntarme por qué mis viejos están tan lejos cosa que hace un tiempo me parecía difícil pensarlo, pero con el tiempo lo fui aceptando. Me preocupa que mi vieja sobre todo no se sienta 100% feliz ya que ese siempre fue su sueño, no obstante, imagino que eso es también por la distancia y tener a toda su familia lejos. Pero bueno, hay que entender también que la familia no quiso ir un poco más allá y siempre se conformó con vivir en el barrio.
No me gustó viajar abajo, prefiero mil veces ir arriba. Fui escuchando música todo el viaje y esta canción tan simple y sencilla me acompañaba en la noche. No llegábamos más, se sentía la mañana linda, pero muy fría. Uno piensa "quién viaja de Bs. As. hasta tan lejos", pero sí, hay gente que se baja en paraje rurales y ahí me di cuenta que el mundo es inmenso, y que hay muchas personas que viajan hasta lugares recónditos para ver a sus seres queridos. Llegamos y nos esperaron, llegamos a la casa y desayunamos. Fue lindo ver a mis viejos y conocer la nueva casa y las mascotas, una de ella vivía con nosotros en nuestra casa de acá. Mi vieja se fue a laburar y nosotros nos quedamos ahí. La estadía fue linda, disfruté de la casa, de lo verde, de comida casera siempre. Navidad fue lindo, aunque temprano a dormir porque las cosas no son como antes. ¿Quién iba a pensar en aquellos tiempos que algún día íbamos a pasar Navidad lejos de nuestros seres queridos como tíos y tías, y en una provincia diferente? Lo que tengo que contar es que a las horas de haber llegado, Joan, el chico que vive en una ciudad cercana, me habló y enseguida establecimos contacto. Con el perdimos contacto hace como año y medio, la historia es larga. Aunque lo conté, lo resumo: él estaba en pareja y nos vimos porque nos hablamos por Grindr. Fue un pete y listo, pero él quedó con ganas de verme y yo también. Nos mantivumos en contacto cuando yo volví y le conté que yo vivía solo y él podía venir a visitarme, pero no conocía Bs. As. y había un drama con el ex novio que, si bien, estaban separados, vivían juntos en su casa. Él tenía un negocio y tampoco podía dejarlo.

Esta vez, le insistí a mis viejos contándole la verdad: queria ver a Joan y el 25 de diciembre podíamos ir a esas termas, lo cual ellos querían ir a otra, pero era la única manera de verme con Joan aunque debía presentárselo a mis viejos. Al llegar, esperé a Joan afuera y nos fuimos para ese mismo descampado al que habíamos ido hace dos años, y me cogió un poco y se la chupé. Después entramos y estuvimos con mis papás y mi hermana. Por suerte, todo lindo. Joan estaba incómodo porque había un vecino de él que lo conocía y seguramente iba a contar que lo vio con "un chico", pero bueno. Él se rindió y dijo que si su ex novio tenía que enterarse y separarse, que era la mejor oportunidad. Con él pasé toda la tarde, desde meternos en las piscinas, pasear por la parte del fondo y hasta alejarnos un poco de mi familia para acostarnos al aire libre. Cuando fuimos a la parte del fondo, nos sacamos fotos mientras yo tenía mi cabeza sobre su bulto y eso nos calentó a  los dos. Fuimos al kiosco y algo me molestó ya que él vio entrar a un chabón al baño y Joan me dijo que iba al baño, cosa que me llamó mucho la atención. Para no pensar mal, esperé un minuto y después entré, y justo el chabón se estaba cerrando la bragueta, pero Joan estaba el el mingitorio seguramente mirando. Joan piensa que eso es novedoso allá, pero acá en Bs. As. eso es moneda corriente y yo tengo demasiada experiencia en eso. Al irnos, nos despedimos y él se quedó ahí más tiempo. Siempre estuve confundido con él porque Joan quería más ser novios y yo "podemos estar juntos, pero no ser novios ortodoxos donde convivimos y ya formamos familia". No, en absoluto. Y esa parte es la que no entiendió él. Mi hermana me preguntó frente a mis viejos cuando volvíamos en auto en dónde había conocido a Joan, a lo que la miré y le contesté "queti". Creo que ellos saben que yo soy súper reservado y de esas cosas no hablo.

Sucedieron otras cosas hasta principios de Enero que las voy a ir contando, pero yo me cansé de Joan porque me comentaba todo, quería que le hablara 24hs en whatsapp como si fuésemos novios, pero esos novios chapados a la antigua. Mensajes como "hola mi amor", "te extraño, cielo", "¿por qué no me hablaste hoy?". No  me gustaba. Es más, yendo a la casa de Elías por su cumpleaños, subí a IG una captura de las notificaciones de Grindr que me llegaban y él me respondió diciendo:

-Ah, eso es lo que querías, ¿no? - Como si yo no tuviera libertad o lo desplacé a él por esto. Cualquiera. Me cayó mal y dejé de seguirlo y lo bloqueé de todos lados. una lástima, aunque es su pensamiento por vivir en un pueblo quizás.

F.A.M.