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domingo, octubre 27, 2013

#37 - MDNA: The Tour [Parte II]

Obviamente, estuvo mal lo que hice en el recital. Si bien siempre fue lo quería que me pase, yo estaba en pareja y era algo incorrecto. Pero tengo que aclarar que no me considero ninguna puta, accedí a todo eso porque se dio. Creo que esa es la explicación, yo no fui con la intención de levantarme a alguien sino a ver a mi artista favorita. Tampoco fui vestido provocativamente, solo de gala y lo demás se fue dando por acción del destino. Siguiendo con el episodio, iba a estar prácticamente menos de un día en mi casa porque tenía que ir a acampar el viernes a la noche para estar entre los primeros porque, recordemos, yo me había gastado un sueldo en las entradas, y aun por reventa. 


Joel debía acompañarme, como a él no le gustaba Madonna sólo me iba a hacer el aguante en el campamento y al otro día, antes de que yo entrara al estadio, él se volvía a su casa. Sin embargo horas antes de ir al estadio tuvimos una charla por teléfono:
-Bueno, ¿sabés cómo llegar allá, no? Vas hasta Pompeya y el 42 te deja justo ahí. Yo seguramente me tome el 117 y después caminaré.
-Pero ¿vos decís que nos encontremos allá? Hace como una semana que no te veo, yo quiero pasar un rato a solas con vos antes de irnos.
-Pero boludo, son las 6 de la tarde, hasta que vos te prepares, viajes hasta Pompeya y después a mi casa, van a ser las 12 de la noche y nosotros a esa hora tenemos que estar allá.
-Igual, necesito estar con vos, al menos viajar juntos.
-Escuchame Joel, ¿para qué vas a venir acá siendo que te queda más directo y barato ir desde tu casa? ¿O sea que vas a venir de una punta a la otra para después ir a otro extremo distinto? No, la verdad que no.
-¿Por qué sos así? ¿No querés viajar conmigo, no?
-Uh, ya empezamos... Pero no entendés que acá no vas a estar ni 10 minutos porque se va a hacer tarde y vamos a tener que salir rápido. Mirá, te la voy a hacer corta. Nos vemos allá o directamente te quedás en tu casa, porque no tengo ganas de andar discutiendo con vos por una boludez.
-Ok, me quedo en mi casa entonces.
-¿Ah si? Bueno, está bien. Te dejo, me voy a preparar para ir. Chau.

O sea que al final Joel no me iba a acompañar y yo iba a pasar otra aventura solo como la anterior. Convengamos que mi actitud y reacción fue porque él ya no me gustaba, y yo sabía que lo había cagado con otro pibe y quería cortar con él pero no sabía cómo. A la noche se largó a llover y eso me la había bajado un poco, eran las 10 y media de la noche y recién estaba saliendo, di muchas vueltas porque no sabía si o no esa misma noche o a la mañana. Esta vez fui vestido normal, pero llevé un bolso con las cosas que iba a usar y mi ropa para cambiarle al otro día después de acampar. No sabía con lo que me iba a encontrar, por eso me tomé el colectivo hasta la terminal y caminé solitario por Av. del Libertador a medianoche hasta el estadio. Antes de seguir, pasé por el McDonald's que hay a unas cuadras del estadio porque tenía plata y quería cenar en la fila. Seguí mi rumbo y me di cuenta que la fila no la estaban haciendo donde la estuvimos haciendo el miércoles, esta vez sí era alrededor del estadio, entonces me acerqué y vi poca gente. 

Justo en ese momento que yo me acerqué, los organizadores dijeron que teníamos que ir para otro lado y ahí vi a Alejo que se sorprendió al verme y me saludó amablemente.
-Ay, ¿vos también venís para la segunda fecha? Buenísimo, entonces nos vamos a volver a ver. Daniel y Renzo no vienen para esta fecha, sólo vinieron a la primera - Como teníamos que seguir el orden, Alejo se fue adelante y yo me quedé un poco atrás de él. Volví a ver al muchacho de pelo largo que había visto durante la primera fecha del recital y que casi se pelea con unos que se querían colar; también empecé a hablar con dos chicas de Rosario que se habían ganado las entradas, entonces formamos un grupito para pasar la noche. Nos sacamos una foto grupal con toda la gente de la fila (algo muy valorado por mí, mi gran experiencia, que hasta reemplacé la foto del recital con Débora y Anabella del portarretratos para poner esa). Mientras estábamos sentados en el suelo y hablando con las chicas y el chico de pelo largo, Alejo pasa por al lado de mí y me toca el pelo. Al rato, veo que un auto se sube a la vereda y baja una chica muy linda, por detrás un chico con el que también compartí la espera del show de la fecha anterior y, después, Alejo. “Wow, tiene auto” Me dije a mí mismo, no tenía pinta de manejar ni nada por el estilo por eso me sorprendió. 

Alrededor de las 2am, muchas personas ya estaban durmiendo y había como una especie de silencio y oscuridad en el lugar, todo aburrido; entonces me acerqué a la carpa de Alejo que estaba mucho más adelante, y lo saludo:
-Hola, ¿cómo están? – Dije yo
-Hola, bien. ¿Qué andabas haciendo? Nosotros acá, hablando. Vení, pasá.
-Pero no entramos todos ahí, me quedo acá afuera.
-Dale, no tengas vergüenza – Me dijo Alejo y entonces pasé, éramos 4 personas adentro de esa carpa y empezamos a hablar de temas sexuales. Como dije anteriormente, estaba en un lugar con gays y de gays, era obvio que empezamos a hablar de hombres y experiencias sexuales, y aunque había una chica, igual nos matábamos de risas con lo que hablábamos.
-¿Y vos, me dijiste que tenías novio, no? ¿Y no vino?
-Eh, sí. En realidad, discutí con él y por eso vine solo otra vez - Todo lo que Alejo contaba, los chistes que hacía y las exageraciones de sus relatos hicieron que lo empezara a valorar ya que hay ciertos arquetipos de personas que con lo que dicen, suelen hacerme reír, tienen un tipo humor que hace que yo los aprecie, además. Yo ya estaba dentro de la carpa, tirado como si fuese amigos de ellos de toda la vida, hablando de nosotros mismos, tanto para conocernos como para pasar el tiempo transformándolo en anécdotas graciosas. 

Habrá pasado una hora y mi celular suena, me estaba llamando Joel.
-Uh,  te están controlando me parece – Dijo Alejo y yo atendí.
-Hola amor, ¿Cómo estás? –Me dijo Joel - ¿Todo bien por ahí?
-Sí, bien. Acá con unos chicos que conocí en la fila. ¿Vos?
-Yo acá en la costanera, estamos paseando con Ema y Bruno – Ambos mejores amigos de él.
-¿Y qué haces a esta hora por ahí?
-Ya que no salí con vos, salí con ellos y bueno, vinimos a parar acá. Yo sólo llamaba para ver como estabas así que dejo nomás que sigas acampando. Quiero que lo disfrutes. Te amo.
-Yo también te amo –Le dije y los chicos en la carpa estaban atentos a mi conversación. Cuando corté, les conté que mi novio estaba relativamente cerca a lo que Alejo me contestó.
-Capaz viene para dentro de un rato para estar con vos o a ver qué onda, qué estarás haciendo –Era muy probable pero si él venía, sabía que yo me iba a enojar. Nosotros seguimos conociéndonos y el otro chico se estaba durmiendo, a todo esto Alejo se mostró como un hombre con mucha experiencia sexual, pero solitario.

De a poquito iba amaneciendo, parecía un día nublado y a todo esto, la chica se levanta y sale de la carpa, entonces al quedarnos los dos Alejo me dice si lo acompañaba hasta el baño de la estación de servicio y a buscar algo en su auto que estaba estacionado a 2 cuadras. Era evidente que me llevaba a su auto para poder estar solos y tener un poco de privacidad, yo accedí, me dejé llevar y mientras caminábamos, íbamos hablando. Llegamos, y yo me puse nervioso porque no sabía cómo actuar. Entramos al auto y nos sentamos en la parte delantera y nos empezamos a besar tranqui, despacito sin ningún tipo de manoseo, estuvimos un rato así y mi mente decía “¿qué estás haciendo?” Nos empezamos besar con lengua y después algunas manos se nos escapaban, yo tocaba su panza, sus piernas, su bulto. No podía creer que Alejo tuviera 42 años, era un pibe, no le creía, para mí tenía un poco más de 30 años. Me dijo que esperemos un rato porque, aunque el auto tenía vidrios polarizados, él tenía miedo que alguien de las casas linderas donde él auto estaba estacionado nos viera, me dijo que pasemos a la parte trasera del auto así era más cómodo, ahí nos empezamos a meter mano por debajo de la ropa y a besarnos descontroladamente: “Vos tenés sueño” Me decía Alejo y nada que ver, yo cerraba los ojos porque así me gusta besar pero parecía que él no la captaba, “Si, también porque no dormimos nada” Le respondí y seguimos con lo nuestro. Yo le desabroché el pantalón y le saqué la pija afuera, lo pajeé mientras nos besábamos. Él hace lo mismo, me desabrocha el pantalón y me saca la pija, entonces se agacha y me la empieza a chupar un buen rato. Yo miraba como lo hacía, la tenía parada, era el tercer chico que dejaba que me la chupara: Tincho, Joel y Alejo. Cuando terminó, se la chupé yo, por mucho más tiempo pero él en un momento me dice:
-No, pará. Vos querés que yo te acabe y no da, porque voy a terminar re debilitado y no voy a poder aguantar hasta el show - En pocas palabras me cortó el chorro, estaba preocupado también por la gente que pasaba por la calle pero cuando nos acomodamos la ropa y salimos del auto, notamos que en realidad de afuera hacia adentro del auto no se ve. Volvimos a la carpa y estuvimos ahí adentro, dándonos algunos besos y tocándonos disimuladamente, sin embargo afuera, el sol ya había salido, la gente estaba despierta y había un murmullo generalizado porque las cámaras de televisión estaban llegando. Me cambié y me volví a vestir de gala, esta vez le pedí que me acompañe al baño de la estación de servicio porque quería peinarme y accedió, y cuando volvimos, entramos en la carpa y seguimos con nuestro jueguito de besitos y manoseo, yo lo hacía calentar, se le paraba la pija y yo con ganas de cojérmelo de una, a todo esto, ya las cámara de televisión estaban ahí. 
 
Me acuerdo que le empezamos a mirar el bulto a un camarógrafo porque tenía un pantalón muy ajustado; por otro lado, algunas chicas estaban practicando una coreografía para bailar frente a las cámaras, sin embargo nosotros estábamos esperando el show de la forma más linda. Llegó la hora de salir de la carpa, todo era un caos y en un momento hasta nos propusieron dar una nota a un canal de televisión; Alejo no quiso por eso el otro chico y la otra chica accedimos, agarramos la bandera de Argentina que tenía unas letras que decía “Madonna” y dimos la nota. Estaba muy nervioso, pero por suerte salió preciosa la nota, en el de Gaga no quise salir en TV pero en el de Madonna sí.

La tarde iba llegando, y nos dijeron que nos pongamos en fila, anterior a esto, Alejo me hizo la segunda y me guardó mis cosas en su auto, hasta el celular, sólo me quedé con la entrada, la cámara y mi billetera con plata. El otro chico había ganado el juego para estar en el Golden Triangule y eligió a la otra chica para que lo acompañe ya que Alejo se quedó conmigo haciendo la fila, entonces él se puso atrás de mí y hacía de mi guardaespaldas pero a la vez me apoyaba su bulto contra mi cola. Las horas avanzaban y el calor era insoportable, todos apretados contra la pared y con Alejo nos dábamos besos; prácticamente era mi novio ya que estaba encima de mí y a los besos. Yo debía tener cuidado, capaz estaba presente algún conocido de Joel en la fila, o peor, las cámaras de televisión filmaban todo. La espera se hizo eterna y yo me puse de mal humor que hasta me llegó a molestar  el hecho de que Alejo esté sobre mí, no quería ser malo pero en la carpa yo les había dicho a los chicos que yo me consideraba una persona fría. No sé si Alejo ya estaba enganchado conmigo en ese momento pero se lo empecé a decir de buena forma, que no se apoye tanto en mí porque yo estaba traspirando y la ropa se me pegaba al cuerpo. Después yo me quería sentar y él me decía que no me sentara porque toda la gente estaba parada y quizás me pisaban o yo estorbaba el camino. Alejo tenía su sombrilla y eso también era una molestia porque, a pesar que nos protegía del sol, teníamos que turnarnos para ver quién la sostenía. 

Esta vez la espera se hizo más larga porque la puerta del estadio las abrieron a las 18.30 horas, eran las 17hs y nosotros pensamos que ahí nos iban a abrir pero como. Por ratos, la gente golpeaba el cartel gigante que había en la pared y yo me prendía a hacer lo que los otros hacían pero Alejo me decía que me comportara. Todo esto había generado en mí una especie de mal humor avanzado y, en pocas palabras, traté mal a Alejo. Al abrirnos las puertas del estadio, me dijo que obviamente quería estar conmigo, quería vivir ese show a mi lado, por eso corrimos y el lugar donde nos quedamos fue el mismo donde yo estuve el show anterior. Él se quedó detrás de mí, apoyando su bulto en mi cola, y a la vez haciendo de guardaespaldas, Alejo estaba cansado, él si no durmió nada y se la bancó sin embargo, apoyó su cabeza sobre mi hombro un buen rato.
-Che, ¿podés sacar tu cabeza de mi hombro? Yo también estoy cansado. Estuvimos como 5 horas parados en el sol, todos apretados.
-Ay, te lo estoy haciendo de cariñoso también.
-Bueno, no. Estoy cansado y me molesta –Yo vi que detrás de él había un muchacho musculoso sin remera acompañando a una chica. Me puse un poquito celoso porque parecía que ese muchacho lo estaba apoyando a Alejo, pero no dije ni hice nada, creo que él estaba muy cansado para pensar en esas cosas. Estábamos cerca de las vallas de contención del escenario pero más lejos de lo que había estado el anterior show, por eso quería adelantarme o al menos que nadie me usurpe mi lugar.

Las horas pasaban después del soundcheck que otra vez LA Reina ofreció y me dijo que se quería sentar e hizo lo mismo que yo hice afuera del estadio: se sentó a pesar de que había mucha gente alrededor y ahí quedó. En un momento determinado, se hizo como un pequeño lugar adelante y él me dijo que no me meta ahí porque si no él no iba a poder estar detrás de mí y eso era lo que él quería. Cuando comenzó el show ya todo se dilató, el cansancio desapareció y sólo nos abstuvimos a disfrutar, yo canté sin parar, prácticamente me olvidé que Alejo estaba conmigo, casi como un novio, y no sé cómo de una u otra forma el chico musculoso que estaba atrás de él sin remera, pasó a estar al lado de mí, ahí sí que no dije nada y me hice el tonto.
 
Ya era de noche cuando el show empezó y, como yo estaba en camisa y hacía mucho calor, me desprendí unos botones, entonces en las partes más eufóricas del show yo estaba casi pegado a ese muchacho. Al principio nadie se dio cuenta, ni él pero yo ya estaba traspirando y este muchacho ni te digo aunque nunca supe si él estaba acompañando a su novia o él era gay y vino con esa chica, sin embargo, no sé si sabía a donde él estaba viniendo sin remera. A todo esto, él pasó a estar delante de mí, yo lo dejé, terminé de desprenderme la camisa y a refregar mi cuerpo con el de él. En ningún momento vi noté un rechazo, parece que le gustaba, tampoco se corrió ni me miró de mala manera, y es más, hice la que había hecho en otro recital y puse mis manos en su hombro. Desde ahí hasta el final de show mi cuerpo y el de él se refregaron y a mí eso me re calentó pero resulta que después de todo, Alejo estaba atrás de mí todavía, tampoco me importaba si él se dio cuenta o no de eso, quiero pensar que no. Con el muchacho sin remera ni nos hablamos, sólo me miró después del show y yo quería decirle algo pero no podía por unos cuantos impedimentos. Alejo me había pedido que le sacara una foto a él en contrapicado con el escenario para tenerla de recuerdo entonces yo accedí pero al ver que no salía todo el escenario completo le dije de mala manera: 
-No, el escenario no sale completo -Y le devolví su celular, él me contesta 
-Ah bueh, está bien, ni ganas tenés -Me hice el tonto y le dije 
-Me voy a comprar algún merchandising de recuerdo, queda por esta salida, ¿me acompañás? -Él ya con mala cara me responde
-No, ando vos, yo salgo por acá y nos encontramos en el auto total ya sabés donde está estacionado -En mi mente pensé 
-Bueno, qué se yo, que haga lo que quiera -Por ende me fui solo a comprar y cuando salí del estadio me dirigí a su auto. 

Ahí estaba también la chica y el chico que pasaron la noche en la carpa con nosotros esperándolo a Alejo porque todas las cosas estaban en su auto. Él llegó con muy mal humor, lo podía percibir a pesar de que no le hablé, cuando repartió todas las cosas que había en el baúl, empezaron las despedidas dramáticas porque después de ese show que Madonna brindó, se iba a Chile después volvía a Argentina pero a la provincia de Córdoba, el chico que pasó la noche con nosotros se iba a Córdoba. Finalmente me atreví y le dije
-“Che Alejo, ¿vos vas por la General Paz, no? ¿Me podés alcanzar hasta Liniers?” –Me arriesgué, después de haberlo tratado mal le pedí que me llevara en su auto. Yo ya sabía que él tomaba ese camino porque vive por zona Oeste.
-Sí, dale –Me contestó y cuando agarré mi bolso y miré mi celular, como yo lo venía pensando, tenía como 60 llamadas perdidas, 100 mensajes de whatsapp y 20 SMS de Joel. Al ver eso me enojé mucho y le contesté con toda la bronca que yo había estado en un show y que no estuve pendiente del celular, no había necesidad de saturar mi celular con llamadas perdidas y demás, tampoco iba a estar pensando en él porque era el show más importante de toda mi vida. Finalicé con que cuando llegara a casa, íbamos a hablar bien por teléfono. A todo esto, Alejo manejó y se vio envuelto en un tráfico terrible porque todos salían del estadio, a mí me empezó a doler la cabeza y a estar mareado.
-No me siento muy bien, parece como que voy a vomitar –Le dije, y él me hizo un chiste como que no lo hago adentro de su auto. De repente me dormí totalmente, ni siquiera sabía a donde iba, me desperté a la media hora y Alejo había frenado en una estación de servicio sobre la General Paz, bajó y a los minutos volvió.
-Compré algo para tomar -Me sirvió en un vaso y me dio -Tomá que estás mareado.
-Ay gracias, boludo, sos un amor
-Che, pero mirá que no te voy a poder dejar en Liniers porque yo agarro el acceso oeste que es antes de Liniers
-Es verdad, tenés razón. Bueno, podés dejarme en la parada de la estación Sáenz Peña, porque la parada está en la autopista y no tengo que bajar porque a esta hora es peligroso –El viaje de ahí en más fue muy pacífico, no me acuerdo qué hablamos pero había más silencios que palabras en nuestra conversación. En definitiva, todo estaba tenso, creo que no lo traté muy bien, él se enganchó conmigo y yo lo desilusioné. Cuando era hora de irme, bajé del auto, lo saludé y me fui dejándolo solo, hasta la próxima. Convengamos que él tampoco quiso hacerme la segunda y llevarme hasta Liniers, está bien, estaba en su derecho, tampoco me lo merecía. Yo esperé el colectivo, me tomé el primero que vino y en la terminal un remis hasta mi casa que dormí hasta el siguiente día.





F.A.M.