Obviamente, estuvo mal lo que
hice en el recital. Si bien siempre fue lo quería que me pase, yo estaba en
pareja y era algo incorrecto. Pero tengo que aclarar que no me considero ninguna
puta, accedí a todo eso porque se dio. Creo que esa es la explicación, yo no
fui con la intención de levantarme a alguien sino a ver a mi artista favorita. Tampoco fui vestido provocativamente, solo de gala y lo demás se fue dando por
acción del destino. Siguiendo con el episodio, iba a estar prácticamente menos
de un día en mi casa porque tenía que ir a acampar el viernes a la noche para
estar entre los primeros porque, recordemos, yo me había gastado un sueldo en
las entradas, y aun por reventa.
Joel debía acompañarme, como a él no le
gustaba Madonna sólo me iba a hacer el aguante en el campamento y al otro día,
antes de que yo entrara al estadio, él se volvía a su casa. Sin embargo horas
antes de ir al estadio tuvimos una charla por teléfono:
-Bueno, ¿sabés cómo llegar allá,
no? Vas hasta Pompeya y el 42 te deja justo ahí. Yo seguramente me tome el 117
y después caminaré.
-Pero ¿vos decís que nos
encontremos allá? Hace como una semana que no te veo, yo quiero pasar un rato a
solas con vos antes de irnos.
-Pero boludo, son las 6 de la
tarde, hasta que vos te prepares, viajes hasta Pompeya y después a mi casa, van
a ser las 12 de la noche y nosotros a esa hora tenemos que estar allá.
-Igual, necesito estar con vos,
al menos viajar juntos.
-Escuchame Joel, ¿para qué vas a
venir acá siendo que te queda más directo y barato ir desde tu casa? ¿O sea que
vas a venir de una punta a la otra para después ir a otro extremo distinto? No,
la verdad que no.
-¿Por qué sos así? ¿No querés
viajar conmigo, no?
-Uh, ya empezamos... Pero no
entendés que acá no vas a estar ni 10 minutos porque se va a hacer tarde y
vamos a tener que salir rápido. Mirá, te la voy a hacer corta. Nos vemos allá o
directamente te quedás en tu casa, porque no tengo ganas de andar discutiendo
con vos por una boludez.
-Ok, me quedo en mi casa
entonces.
-¿Ah si? Bueno, está bien. Te
dejo, me voy a preparar para ir. Chau.

O sea que al final Joel no me iba
a acompañar y yo iba a pasar otra aventura solo como la anterior. Convengamos
que mi actitud y reacción fue porque él ya no me gustaba, y yo sabía que lo
había cagado con otro pibe y quería cortar con él pero no sabía cómo. A la
noche se largó a llover y eso me la había bajado un poco, eran las 10 y media
de la noche y recién estaba saliendo, di muchas vueltas porque no sabía si o no
esa misma noche o a la mañana. Esta vez fui vestido normal, pero llevé un bolso
con las cosas que iba a usar y mi ropa para cambiarle al otro día después de
acampar. No sabía con lo que me iba a encontrar, por eso me tomé el colectivo
hasta la terminal y caminé solitario por Av. del Libertador a medianoche hasta
el estadio. Antes de seguir, pasé por el McDonald's que hay a unas cuadras del
estadio porque tenía plata y quería cenar en la fila. Seguí mi rumbo y me di
cuenta que la fila no la estaban haciendo donde la estuvimos haciendo el
miércoles, esta vez sí era alrededor del estadio, entonces me acerqué y vi poca
gente.
Justo en ese momento que yo me acerqué, los organizadores dijeron que
teníamos que ir para otro lado y ahí vi a Alejo que se sorprendió al verme y me
saludó amablemente.
-Ay, ¿vos también venís para la
segunda fecha? Buenísimo, entonces nos vamos a volver a ver. Daniel y Renzo no
vienen para esta fecha, sólo vinieron a la primera - Como teníamos que seguir el
orden, Alejo se fue adelante y yo me quedé un poco atrás de él. Volví a ver al
muchacho de pelo largo que había visto durante la primera fecha del recital y que
casi se pelea con unos que se querían colar; también empecé a hablar con dos
chicas de Rosario que se habían ganado las entradas, entonces formamos un
grupito para pasar la noche. Nos sacamos una foto grupal con toda la gente de
la fila (algo muy valorado por mí, mi gran experiencia, que hasta reemplacé la
foto del recital con Débora y Anabella del portarretratos para poner esa).
Mientras estábamos sentados en el suelo y hablando con las chicas y el chico de
pelo largo, Alejo pasa por al lado de mí y me toca el pelo. Al rato, veo que un auto se sube a la vereda
y baja una chica muy linda, por detrás un chico con el que también compartí la
espera del show de la fecha anterior y, después, Alejo. “Wow, tiene auto” Me dije
a mí mismo, no tenía pinta de manejar ni nada por el estilo por eso me
sorprendió.

Alrededor de las 2am, muchas personas ya estaban durmiendo y había
como una especie de silencio y oscuridad en el lugar, todo aburrido; entonces
me acerqué a la carpa de Alejo que estaba mucho más adelante, y lo saludo:
-Hola, ¿cómo están? – Dije yo
-Hola, bien. ¿Qué andabas
haciendo? Nosotros acá, hablando. Vení, pasá.
-Pero no entramos todos ahí, me
quedo acá afuera.
-Dale, no tengas vergüenza – Me
dijo Alejo y entonces pasé, éramos 4 personas adentro de esa carpa y empezamos
a hablar de temas sexuales. Como dije anteriormente, estaba en un lugar con
gays y de gays, era obvio que empezamos a hablar de hombres y experiencias
sexuales, y aunque había una chica, igual nos matábamos de risas con lo que
hablábamos.
-¿Y vos, me dijiste que tenías
novio, no? ¿Y no vino?
-Eh, sí. En realidad, discutí con
él y por eso vine solo otra vez - Todo lo que Alejo contaba, los
chistes que hacía y las exageraciones de sus relatos hicieron que lo empezara
a valorar ya que hay ciertos arquetipos de personas que con lo que dicen,
suelen hacerme reír, tienen un tipo humor que hace que yo los aprecie, además.
Yo ya estaba dentro de la carpa, tirado como si fuese amigos de ellos de toda
la vida, hablando de nosotros mismos, tanto para conocernos como para pasar el tiempo
transformándolo en anécdotas graciosas.
Habrá pasado una hora y mi celular
suena, me estaba llamando Joel.
-Uh, te están controlando me parece – Dijo Alejo y
yo atendí.
-Hola amor, ¿Cómo estás? –Me dijo
Joel - ¿Todo bien por ahí?
-Sí, bien. Acá con unos chicos
que conocí en la fila. ¿Vos?
-Yo acá en la costanera, estamos
paseando con Ema y Bruno – Ambos mejores amigos de él.
-¿Y qué haces a esta hora por
ahí?
-Ya que no salí con vos, salí con
ellos y bueno, vinimos a parar acá. Yo sólo llamaba para ver como estabas así
que dejo nomás que sigas acampando. Quiero que lo disfrutes. Te amo.
-Yo también te amo –Le dije y los
chicos en la carpa estaban atentos a mi conversación. Cuando corté, les conté
que mi novio estaba relativamente cerca a lo que Alejo me contestó.
-Capaz viene para dentro de un
rato para estar con vos o a ver qué onda, qué estarás haciendo –Era muy
probable pero si él venía, sabía que yo me iba a enojar. Nosotros seguimos
conociéndonos y el otro chico se estaba durmiendo, a todo esto Alejo se mostró
como un hombre con mucha experiencia sexual, pero solitario.
De a poquito iba amaneciendo,
parecía un día nublado y a todo esto, la chica se levanta y sale de la carpa,
entonces al quedarnos los dos Alejo me dice si lo acompañaba hasta el baño de
la estación de servicio y a buscar algo en su auto que estaba estacionado a 2
cuadras. Era evidente que me llevaba a su auto para poder estar solos y tener
un poco de privacidad, yo accedí, me dejé llevar y mientras caminábamos, íbamos
hablando. Llegamos, y yo me puse nervioso porque no sabía cómo actuar.
Entramos al auto y nos sentamos en la parte delantera y nos empezamos a besar
tranqui, despacito sin ningún tipo de manoseo, estuvimos un rato así y mi mente
decía “¿qué estás haciendo?” Nos empezamos besar con lengua y después algunas
manos se nos escapaban, yo tocaba su panza, sus piernas, su bulto. No podía
creer que Alejo tuviera 42 años, era un pibe, no le creía, para mí tenía un
poco más de 30 años. Me dijo que esperemos un rato
porque, aunque el auto tenía vidrios polarizados, él tenía miedo que alguien de
las casas linderas donde él auto estaba estacionado nos viera, me dijo que
pasemos a la parte trasera del auto así era más cómodo, ahí nos empezamos a
meter mano por debajo de la ropa y a besarnos descontroladamente: “Vos tenés
sueño” Me decía Alejo y nada que ver, yo cerraba los ojos porque así me gusta
besar pero parecía que él no la captaba, “Si, también porque no dormimos nada”
Le respondí y seguimos con lo nuestro. Yo le desabroché el pantalón y le saqué
la pija afuera, lo pajeé mientras nos besábamos. Él hace lo mismo, me
desabrocha el pantalón y me saca la pija, entonces se agacha y me la empieza a
chupar un buen rato. Yo miraba como lo hacía, la tenía parada, era el tercer
chico que dejaba que me la chupara: Tincho, Joel y Alejo. Cuando terminó, se la
chupé yo, por mucho más tiempo pero él en un momento me dice:
-No, pará. Vos
querés que yo te acabe y no da, porque voy a terminar re debilitado y no voy a
poder aguantar hasta el show - En pocas palabras me cortó el chorro, estaba
preocupado también por la gente que pasaba por la calle pero cuando nos
acomodamos la ropa y salimos del auto, notamos que en realidad de afuera hacia
adentro del auto no se ve. Volvimos a la carpa y estuvimos ahí adentro,
dándonos algunos besos y tocándonos disimuladamente, sin embargo afuera, el sol
ya había salido, la gente estaba despierta y había un murmullo generalizado
porque las cámaras de televisión estaban llegando. Me cambié y me volví a
vestir de gala, esta vez le pedí que me acompañe al baño de la estación de
servicio porque quería peinarme y accedió, y cuando volvimos, entramos en la
carpa y seguimos con nuestro jueguito de besitos y manoseo, yo lo hacía
calentar, se le paraba la pija y yo con ganas de cojérmelo de una, a todo esto,
ya las cámara de televisión estaban ahí.
Me acuerdo que le empezamos a mirar el
bulto a un camarógrafo porque tenía un pantalón muy ajustado; por otro lado,
algunas chicas estaban practicando una coreografía para bailar frente a las
cámaras, sin embargo nosotros estábamos esperando el show de la forma más
linda. Llegó la hora de salir de la carpa, todo era un caos y en un momento
hasta nos propusieron dar una nota a un canal de televisión; Alejo no quiso por
eso el otro chico y la otra chica accedimos, agarramos la bandera de Argentina
que tenía unas letras que decía “Madonna” y dimos la nota. Estaba muy nervioso,
pero por suerte salió preciosa la nota, en el de Gaga no quise salir en TV pero
en el de Madonna sí.
La tarde iba llegando, y nos
dijeron que nos pongamos en fila, anterior a esto, Alejo me hizo la segunda y
me guardó mis cosas en su auto, hasta el celular, sólo me quedé con la entrada,
la cámara y mi billetera con plata. El otro chico había ganado el juego para estar
en el Golden Triangule y eligió a la otra chica para que lo acompañe ya que
Alejo se quedó conmigo haciendo la fila, entonces él se puso atrás de mí y
hacía de mi guardaespaldas pero a la vez me apoyaba su bulto contra mi cola.
Las horas avanzaban y el calor era insoportable, todos apretados contra la
pared y con Alejo nos dábamos besos; prácticamente era mi novio ya que estaba
encima de mí y a los besos. Yo debía tener cuidado, capaz estaba presente algún
conocido de Joel en la fila, o peor, las cámaras de televisión filmaban todo.
La espera se hizo eterna y yo me puse de mal humor que hasta me llegó a
molestar el hecho de que Alejo esté
sobre mí, no quería ser malo pero en la carpa yo les había dicho a los chicos
que yo me consideraba una persona fría. No sé si Alejo ya estaba enganchado
conmigo en ese momento pero se lo empecé a decir de buena forma, que no se
apoye tanto en mí porque yo estaba traspirando y la ropa se me pegaba al
cuerpo. Después yo me quería sentar y él me decía que no me sentara porque toda
la gente estaba parada y quizás me pisaban o yo estorbaba el camino. Alejo
tenía su sombrilla y eso también era una molestia porque, a pesar que nos
protegía del sol, teníamos que turnarnos para ver quién la sostenía.
Esta vez
la espera se hizo más larga porque la puerta del estadio las abrieron a las
18.30 horas, eran las 17hs y nosotros pensamos que ahí nos iban a abrir pero
como. Por ratos, la gente golpeaba el cartel gigante que había en la pared y yo
me prendía a hacer lo que los otros hacían pero Alejo me decía que me comportara.
Todo esto había generado en mí una
especie de mal humor avanzado y, en pocas palabras, traté mal a Alejo. Al
abrirnos las puertas del estadio, me dijo que obviamente quería estar conmigo,
quería vivir ese show a mi lado, por eso corrimos y el lugar donde nos quedamos
fue el mismo donde yo estuve el show anterior. Él se quedó detrás de mí,
apoyando su bulto en mi cola, y a la vez haciendo de guardaespaldas, Alejo estaba
cansado, él si no durmió nada y se la bancó sin embargo, apoyó su cabeza sobre
mi hombro un buen rato.
-Che, ¿podés sacar tu cabeza de
mi hombro? Yo también estoy cansado. Estuvimos como 5 horas parados en el sol,
todos apretados.
-Ay, te lo estoy haciendo de
cariñoso también.
-Bueno, no. Estoy cansado y me
molesta –Yo vi que detrás de él había un muchacho musculoso sin remera
acompañando a una chica. Me puse un poquito celoso porque parecía que ese
muchacho lo estaba apoyando a Alejo, pero no dije ni hice nada, creo que él
estaba muy cansado para pensar en esas cosas. Estábamos cerca de las vallas de
contención del escenario pero más lejos de lo que había estado el anterior show,
por eso quería adelantarme o al menos que nadie me usurpe mi lugar.
Las horas pasaban después del
soundcheck que otra vez LA Reina ofreció y me dijo que se quería sentar e hizo
lo mismo que yo hice afuera del estadio: se sentó a pesar de que había mucha
gente alrededor y ahí quedó. En un momento determinado, se hizo como un pequeño
lugar adelante y él me dijo que no me meta ahí porque si no él no iba a poder
estar detrás de mí y eso era lo que él quería. Cuando comenzó el show ya todo
se dilató, el cansancio desapareció y sólo nos abstuvimos a disfrutar, yo canté
sin parar, prácticamente me olvidé que Alejo estaba conmigo, casi como un
novio, y no sé cómo de una u otra forma el chico musculoso que estaba atrás de
él sin remera, pasó a estar al lado de mí, ahí sí que no dije nada y me hice el
tonto.
Ya era de noche cuando el show empezó y, como yo estaba en camisa y
hacía mucho calor, me desprendí unos botones, entonces en las partes más
eufóricas del show yo estaba casi pegado a ese muchacho. Al principio nadie se
dio cuenta, ni él pero yo ya estaba traspirando y este muchacho ni te digo
aunque nunca supe si él estaba acompañando a su novia o él era gay y vino con
esa chica, sin embargo, no sé si sabía a donde él estaba viniendo sin remera. A
todo esto, él pasó a estar delante de mí, yo lo dejé, terminé de desprenderme
la camisa y a refregar mi cuerpo con el de él. En ningún momento vi noté un
rechazo, parece que le gustaba, tampoco se corrió ni me miró de mala manera, y
es más, hice la que había hecho en otro recital y puse mis manos en su hombro.
Desde ahí hasta el final de show mi cuerpo y el de él se refregaron y a mí eso
me re calentó pero resulta que después de todo, Alejo estaba atrás de mí
todavía, tampoco me importaba si él se dio cuenta o no de eso, quiero pensar
que no. Con el muchacho sin remera ni nos hablamos, sólo me miró después del
show y yo quería decirle algo pero no podía por unos cuantos impedimentos.
Alejo me había pedido que le sacara una foto a él en contrapicado con el
escenario para tenerla de recuerdo entonces yo accedí pero al ver que no salía
todo el escenario completo le dije de mala manera:
-No, el escenario no sale
completo -Y le devolví su celular, él me contesta
-Ah bueh, está bien, ni ganas
tenés -Me hice el tonto y le dije
-Me voy a comprar algún merchandising de
recuerdo, queda por esta salida, ¿me acompañás? -Él ya con mala cara me responde
-No,
ando vos, yo salgo por acá y nos encontramos en el auto total ya sabés donde
está estacionado -En mi mente pensé
-Bueno, qué se yo, que haga lo que quiera -Por ende me fui solo a comprar y cuando salí del estadio me dirigí a su auto.
Ahí estaba también la chica y el chico que pasaron la noche en la carpa con
nosotros esperándolo a Alejo porque todas las cosas estaban en su auto. Él
llegó con muy mal humor, lo podía percibir a pesar de que no le hablé, cuando
repartió todas las cosas que había en el baúl, empezaron las despedidas
dramáticas porque después de ese show que Madonna brindó, se iba a Chile
después volvía a Argentina pero a la provincia de Córdoba, el chico que pasó la
noche con nosotros se iba a Córdoba. Finalmente me atreví y le dije
-“Che Alejo, ¿vos vas por la
General Paz, no? ¿Me podés alcanzar hasta Liniers?” –Me arriesgué, después de haberlo
tratado mal le pedí que me llevara en su auto. Yo ya sabía que él tomaba ese
camino porque vive por zona Oeste.
-Sí, dale –Me contestó y cuando
agarré mi bolso y miré mi celular, como yo lo venía pensando, tenía como 60
llamadas perdidas, 100 mensajes de whatsapp y 20 SMS de Joel. Al ver eso me
enojé mucho y le contesté con toda la bronca que yo había estado en un show y
que no estuve pendiente del celular, no había necesidad de saturar mi celular
con llamadas perdidas y demás, tampoco iba a estar pensando en él porque era el
show más importante de toda mi vida. Finalicé con que cuando llegara a casa,
íbamos a hablar bien por teléfono. A todo esto, Alejo manejó y se vio envuelto en
un tráfico terrible porque todos salían del estadio, a mí me empezó a doler la
cabeza y a estar mareado.
-No me siento muy bien, parece
como que voy a vomitar –Le dije, y él me hizo un chiste como que no lo hago
adentro de su auto. De repente me dormí totalmente, ni siquiera sabía a donde
iba, me desperté a la media hora y Alejo había frenado en una estación de
servicio sobre la General Paz, bajó y a los minutos volvió.
-Compré algo para tomar -Me
sirvió en un vaso y me dio -Tomá que estás mareado.
-Ay gracias, boludo, sos un amor
-Che, pero mirá que no te voy a
poder dejar en Liniers porque yo agarro el acceso oeste que es antes de Liniers
-Es verdad, tenés razón. Bueno,
podés dejarme en la parada de la estación Sáenz Peña, porque la parada está en
la autopista y no tengo que bajar porque a esta hora es peligroso –El viaje de
ahí en más fue muy pacífico, no me acuerdo qué hablamos pero había más
silencios que palabras en nuestra conversación. En definitiva, todo estaba
tenso, creo que no lo traté muy bien, él se enganchó conmigo y yo lo
desilusioné. Cuando era hora de irme, bajé del
auto, lo saludé y me fui dejándolo solo, hasta la próxima. Convengamos que él
tampoco quiso hacerme la segunda y llevarme hasta Liniers, está bien, estaba en
su derecho, tampoco me lo merecía. Yo esperé el colectivo, me tomé el primero
que vino y en la terminal un remis hasta mi casa que dormí hasta el siguiente
día.