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martes, enero 07, 2014

#52 - Hasta Que la Muerte Nos Separe

Después de mi cumpleaños las cosas con Santiago habían quedado de 10. Eso fue algo muy positivo para nosotros como amigos y algo más ya que recuerdo que las cosas lindas que nos decíamos eran tan halagadoras que, como me decía Débora: a pesar de que él no es el amor de mi vida, está bueno tener a alguien con quien hablar todos los días, y saber que va a estar ahí para hacerte sentir bien. Recuerdo una tarde que él me preguntó si podía llamarme, él estaba haciendo un trabajo para el edificio donde vivía y, mientras yo estaba acostado, hablamos. Fue tan genial esa conversación porque nos decíamos cuánto queríamos estar uno cerca del otro. Lógicamente, esa llamada era en contrabando, o sea a escondidas de Agustín. Me decía que se iba a tomar un helicóptero para venir a buscarme, yo también le decía que, si era por mí, lo pasaría a visitar en ese momento porque tenía muchas ganas de estar con él. En fin, durante esa conversación, nos propusimos juntarnos o mejor dicho vernos un día, aunque sea unas horas. Y cómo yo estudio en Capital, supongo que era el lugar más cómodo para vernos pero Santiago empezaba con las, para mí, excusas ya que supuestamente él pasaría a visitarme porque tenía que entregar un trabajo en Puerto Madero, entonces: "no, hoy se cancelo la entrega", que otro día no sé qué cosa, y yo con mis horarios complicados tampoco podía estar a su disposición.

Para mí el 2013 fue un año muy distinto en mi vida, pero no tan distinto comparándolo el 2012. Fueron dos años que, como ustedes ya leyeron cambié mi vida rotundamente dándole un giro liberal, pero más allá de eso, mi trabajo y mis estudios me daban un toque de glamour por eso a mediados de mayo empecé a ver mi vida desde otra perspectiva. Estudiaba en Capital Federal, pasaba casi 6hs y algunos días más porque yo debía hacer tiempo para cursar en la facultad, tenía trabajo y cobraba buena plata a pesar que el gobierno de la provincia de Buenos Aires se atrasaba y pagaba cuando quería. Muchos de mis compañeros que cursaron conmigo el año pasado tenían horarios distintos por lo tanto los jueves y viernes me iba a comer solo a Mcdonalds, entonces eso hacía que yo me diera los lujos que quería y empecé a "mandarme la parte", a sentirme importante porque tenía plata y la gastaba en lo que yo quería. A veces, pienso que el destino nos conduce a ciertos lugares a como dé lugar... justamente en el McDonalds de Córdoba y Ayacucho siempre estaba lleno de gente y nunca podía comer tranquilo, por eso frecuenté en adelante la sucursal de Santa Fé y Ayacucho donde trabajó el chico con el que empecé en el ambiente hacía ya más de un año y medio: Symon. Él ya hacía tiempo que había dejado de trabajar ahí pero en varias oportunidades el encargado (también gay) me reconoció, supongo que se acordaba de mí porque Symon le habrá mostrado fotos mías, entonces, cada vez que estaba haciendo el pedido y él estaba cerca, me miraba sin quitarme el ojo de encima. Más allá de esto, todo me condujo a pensar que yo ya tenía todo como para irme a vivir solo. Ojo, lo tengo pero necesito un apoyo por parte de otras personas y yo no sabía quiénes podrían dármelo, pero en fin, tenía mi plan en mente: mi sueño adolescente.

Al fin y al cabo, después de tantas idas y vueltas con Santiago acordamos un día para vernos, ya aclaramos que saldríamos a almorzar, después a estar un rato juntos pero nada más porque ambos teníamos cosas que hacer después. Y yo como estoy acostumbrado a liar con varios a la vez no se me ocurrió mejor idea que verme una noche con Chris y al día siguiente con Santiago, por suerte con él no iba a tener relaciones, o eso yo creía. Después de lo que conté en el capítulo anterior con Chris, yo cursé en la facultad y a las 13hs Santiago me iba a encontrar en Callao y Córboda. Yo salí y me fui hasta ahí pero él me avisó que estaba con retraso pero que iba a llegar, entonces alrededor de las 13.30hs lo veo saliendo del subte:
-¿No iba a venir en su auto? - Pensé yo, aunque quiero aclarar que no soy ningún interesado, no me importaba su auto, lo material lo puedo obtener tranquilamente yo, el amor de otra persona sí o sí necesito que me lo de esa persona. Nos saludamos como dos personas normales y nos preguntamos qué íbamos a hacer y cómo teníamos un Mcdonalds en frente, decidimos ir a almorzar ahí mientras hablábamos:
-No traje el auto porque es un lío el microcentro a esta hora, por eso lo dejé en Núñez y me vine en subte - Me contó Santiago mientras entrábamos a comer, hicimos el pedido y nos sentamos, él se negó a tomar mi plata por ende pagó él. 

Yo tenía suerte que los chicos me pagaran todo y yo no gastar ni un centavo, creo que eso es lo bueno de ser pasivo porque siempre está el activo que propone y lleva el ritmo. Aunque en esos momentos, yo me estaba dando cuenta de algo: existen los activos que les gusta mantener a los pasivos. No sé, ¿será una especie de fetiche que ellos tienen? No voy a juzgar pero es que sólo me pareció que Santiago mantenía a Agustín ya que él no trabajaba, pero bueno, supongo que el amor va más allá de todas esas cosas. Como parte de sus bromas, Santiago me dijo que seguro yo andaba en algo con otros chicos y que era un cualquiera, algunas de las personas a nuestros alrededor escuchaban nuestra conversación. Yo le decía que él no era nadie para juzgarme, en todo caso porque él estaba en pareja con un chico al que le estaba haciendo infiel, pero tampoco me interesaba porque no era tema mío. Sin embargo, yo negaba todo aunque si vamos al caso, mientras estaba con él me dolía el culo de la cojida que me había dado Chris anoche. Según lo que me contó él en horas de relax en su casa es que él siempre estuvo en pareja con chicos, con distintos, que nunca estuvo solo; también, si con toda la plata y viviendo en Nordelta es obvio que todos los chicos que lo conozcan se "enamorarían" de él pero lamentablemente yo soy más que 'objetos materiales' por eso, él debía trabajar para ganarme, a veces lo hacía bien y a veces mal. 

Más tarde salimos del Mcdonalds y yo tenía ganas de caminar con él o de sentarnos en una plaza para decirnos cosas lindas, abrazarnos y darnos unos besos; por eso él propuso ir a una plaza que hay por Callao casi llegando a Av. Santa Fé:
-Mirá, podemos sentarnos por ahí - Le propuse pero a él no le gustó porque la plaza era concurrida. Es que sí, a las 14.30hs un día martes era normal pero bueno, nosotros seguimos caminando y decidimos ir a otra plaza mucho más grande: la plaza de las Facultades, en Av. Córdoba y Uriburu. Mientras íbamos caminando yo le dije que conocía un lugar dónde podríamos estar tranquilos, él me miró y sonrió:
-¿Pero como es eso, Milán, que usted conoce ese tipo de lugares por acá? A ver, dígame dónde queda - Era mentira, no conocía ninguno, bah en realidad sí pero quedaba a unas cuadras del otro lado y es más, tampoco sabía si ese telo seguía funcionando porque hace tiempo que le habían sacado el cartel de "Buenos Aires Hotel - Albergue transitorio" Nos sentamos por ahí y él a toda costa quería darme un beso: era lógico porque para eso nos veíamos pero la situación no era de la mejor. Santiago a veces amagaba darme un beso frente a la gente pero después actuaba normal; entonces le dije
-Conozco una calle acá a dos cuadras que no es tan transitada, si querés podemos ir ahí y sentarnos y besarnos ¿dale? - De más está decir que él aceptó y lo lleve a una calle que corta en Uriburu, sino me equivoco es San Luis. Dimos una vuelta a la manzana y pasamos por el telo que yo le había nombrado sutilmente
-¿Ve Medina? Este es un lugar como para poder estar tranquilos.
-¿Entramos? - Me dijo en broma pero con ciertas ganas
-¿Usted está loco, Medina? Tenemos una hora para estar antes de que nos vayamos y el turno mínimo es de 2hs - Él amagó y me pegó suavemente en la cabeza
-Pero usted es un atrevido ¿cómo sabe tanto de estas cosas?
-Fue un chiste, Medina. Me contaron amigos sobre eso - Caminamos hasta que llegamos a la intersección de calles que yo le había dicho:
-Pero Milán ¿a qué lugar me trajo? Esto es muy transitado
-Bueno Medina, a comparación de plena avenida esto es el desierto. Venga, vamos a sentarnos por allá.

Encontramos una entrada a un edificio y nos sentamos para al fin abrazarnos y darnos un beso porque nadie pasaba por la calle. Eso sí, teníamos que tener cuidado que desde los edificios tampoco nos estén mirando y mucho más que no pase ningún auto y nos vea. A pesar que la gente pasaba, nosotros estábamos en "pose" llamativa, muy cerca uno de otro como para ser "normales" pero no nos importaba. Yo sólo cerraba mis ojos cuando él me besaba y hasta me recosté sobre sus piernas para que me acariciara
-Qué linda nariz que tiene, Milán. Usted es muy lindo. Déjeme acomodarle el pelo para que se vea más lindo todavía, yo le digo cómo debería usarlo para que le quede bien - Muchas manos y besos muy tiernos hasta que mi celular de trabajo comienza a sonar - ¿Cómo es eso que usted tiene otro celular? - Yo sin contestarle atendí, resulta que yo había adelantado mis horas de trabajo por eso día porque un colega había faltado, y no me había acordado, lo olvidé por completo. Así que les dije que iba a entrar a trabajar al mismo horario de siempre porque en ese momento yo estaba ocupado.
-Lo siento Medina, pero me olvidé que adelanté las horas de trabajo y ahora tengo que volverme.
-Uh, mal ahí. Bueno, yo quiero seguir estando con vos pero si te tenés que ir, andá - Nos levantamos de donde estábamos sentados y nos dimos un último beso y abrazo mientras tanto él me decía que me iba a acompañar a tomar el colectivo en la plaza donde habíamos estado antes. Justo llegamos a la parada y el colectivo vino, nos dimos un beso en la boca y yo subí, el chofer nos vio y da la casualidad que todos los días a partir de ese momento, viajé con el mismo chofer cuando me dirigía a la facultad en las mañanas. Santiago me saludó desde abajo entonces le envié algunos mensajes agradeciéndole por todo y que me gustaría volver a verlo pero con más tiempo.

Durante los días y semanas que transcurrieron a continuación, Santiago siempre adoptaba esa actitud que a mí tanto me molestaba, prácticamente me ignoraba porque yo debía andar atrás de él con los mensajes e insistiéndole para vernos. Sus excusas eran que tenía demasiado trabajo y que si no trabajaba no podía mantener el lugar donde vivía ni tampoco su auto y demás. Me costó pensarlo pero empecé a darme cuenta que quizás yo ya no le gustaba como al principio, y quién mejor para confirmar eso que yo, que Joel me lo recalcó muchas veces mientras estuvimos en pareja: que yo cambié a medida que los meses pasaron. Le conté a Débora que me molestaban mucho esas actitudes y que quería terminar con esto de una vez porque yo tampoco quería andar arrastrado por él. Pero a la vez no, porque sino yo me iba a quedar solo y ¿quién me diría cosas lindas y me haría sentir bien sino fuese Santiago? Me iba a doler si eso pasaba. La contestación de ella fue la siguiente:
-Ay Fede ¿ves? Te enamoraste - Cuando leí ese mensaje  me sentí tan mal porque ella era mi amiga entonces ¿no quería verme feliz? Pero no, tampoco era así, yo no estaba enamorado, ojala Santiago fuese mi chico ideal pero no, tengo tanta mala suerte que ni yo sabía cómo catalogar o qué carátula ponerle a esta relación. Me puse a llorar porque entonces Débora no me conocía como yo pensaba, y le contesté diciéndole que nada de eso era así, además si estaba enamorado sería lo mejor ¿acaso ella no buscaba el mismo objetivo que yo: al chico ideal para enamorarse y vivir la vida feliz? Quizás su miedo era ese: que su compañero de vida (o sea yo) haya logrado su objetivo y ella tuviera que lidiar sola.

La gota que derramó el vaso en esta relación fue cuando a Santiago le envié un mensaje un domingo a la noche y no me lo contestó jamás, era un mensaje en donde le preguntaba qué hacía y cómo estaba, que lo extrañaba pero la noche pasó y no recibí respuesta alguna. Según él a veces venían "amigos" a su casa, cosa que yo me hacía el pelotudo porque no sabía si él me lo hacía al propósito o era verdad que amigos sin derechos cenaban en su casa. El lunes a la mañana me desperté de mal humor, en uno de esos días, y lo primero que hice fue enviarle otro mensaje a Santiago esta vez con tono amenazante:
-Ok, gracias por contestar, eh ¿No tenés ni un segundo disponible en tu vida para, aunque sea decirme 'estoy ocupado'? Yo te voy a decir una cosa Santiago, a este ritmo voy a cortar todo tipo de relación con vos porque me estoy cansando. Y no va a haber otra oportunidad, no te voy a llamar pidiéndote perdón como lo hice antes, no te voy a rogar nada. Te voy a eliminar de facebook y bloquar de whatsapp - A los minutos recibo una respuesta de su parte.
-Ok, Fede, vos sabés cómo es mi vida. Sé que no estás conforme conmigo pero estás en todo tu derecho de eliminarme si querés y no hablarme. Yo estaré acá siempre por si alguna vez querés volverme a hablar - Ese mensaje fue como 'acepto que no te doy bola y bueno, hacé lo que tengas que hacer' Entonces me enojé mucho más porque yo no quería que alguna vez si yo tengo ganas que él esté, yo quería que ahora me hablara y me dijera que íbamos a hacer siempre amigos con derechos porque pareja era imposible en esos momentos y yo lo entendía perfectamente, y en más de una ocasión le dejé en claro que yo nunca le iba a dar a eligir entre Agustín o yo. 

Lamentablemente llegué al límite, a esa línea que separa el trastorno mental y la bipolaridad con la normalidad, entonces en un principio lo bloqueé de whatsapp y dejé que él lo notara, pasaron tres horas y yo quería que al menos me dijera que me amaba más a toda su plata. En facebook no quise eliminarlo, podríamos ser amigos sin problemas aunque yo ya no quería que me hablara como antes, de a poquito iba a ir aceptando que estaba solo, que para estar en este tipo de relaciones prefiero la nada. Los días pasaron y yo seguí mi vida, aceptando que con Santiago no tenía más relación más que stalkearnos por Facebook porque, por whatsapp, me hizo pensar que ya no tenía interés en mí. A todo esto, empiezo a ver en su facebook a la semana que un chico le comentaba todas sus fotos y le ponía 'Me Gusta', que se hacían chistes, y hasta leí varias publicaciones de Santiago donde consentía que ese chico iba a su casa de visitas
-Gracias Walter por la visita de hoy. Agustín y yo te vamos a extrañar, hasta la próxima - Ok, hagamos de cuenta que ese es un amigo sin derechos para poder tranquilizarme porque esto no podía estar pasando. En 6 meses teóricamente nunca me dedicó un estado por facebook, capaz porque yo le dije en varias ocaciones a él que no me publique cosas sutiles porque yo compartía Facebook con familia y compañeros de la facultad. No, no tenía por qué echarme la culpa a mí mismo. Lo peor de todo es que después empezaron a aparecer fotos de Santiago con Agustín y ese tal Walter abrazados en el patio del edificio donde ellos vivían ¿o sea, cuándo Santiago me invitó al patio de su casa? Sus excusas eran siempre 'al otro día tengo que seguir trabajando' por eso yo me iba "temprano" de su casa, fotos en la piscina, cosa que yo a la piscina siempre la miré desde el balcón y nada más. 

Ya los comentarios y demás eran muy evidentes en facebook por eso mismo, un día de bronca los eliminé y los bloqueé sin pensarlo: ¿Pero quién carajo son ellos para hacerme sentir usado? La primera vez en toda mi vida que me sentí un trapo de piso porque claro, al señor se le ocurrió que podía seguir hablándose conmigo mientras se enamoraba de otro que encima no es más lindo que yo. Si alguien que no era gay miraba su facebook estoy seguro que no iba a notar nada raro pero yo que los conocía a ambos me di cuenta enseguida que Santiago y Agustín querían absorber a un tercero a la pareja y como yo fui muy histérico, encontraron de casualidad a otro y bueno, se dio. Pero lo que más bronca me dio fue que Santiago se haya "enamorado" de otro así de la nada y se saquen fotos juntos, en el patio, en la piscina y demás. Me sentí las sobras de ellos, al que dejaron de lado porque otro era ¿más simpático? Al bloquearlos sin ningún aviso me puse mal pero gracias al cielo que me di cuenta de toda esta situación. Ojo, yo capaz estaba juzgando a ambos que estaban saliendo con ese tal Walter pero igual, tampoco Santiago me iba a dar celos con todo ese circo. Decidí ponerle punto a toda esta relación y decidí no volver a hablarles, y no estaba arrepentido de la decisión que yo había acabado de tomar.



P.D: Escuchen esta canción, fue mi canción del 2013 porque justamente desde que la empecé a escuchar me di cuenta que la letra estaba haciendo referencia a muchos hechos que vivía con Santiago. Muchos tiempo después he llorado escuchando esta canción porque los recuerdos de él me invadían.
F.A.M