Pages

jueves, septiembre 01, 2016

#154 - Otro Día en El Paraíso [Aniversario - Parte I]

1/09/2016
Bueno, se me juntaron los dos capítulos en donde quería hablar sobre mi ex novio, pero éste es en conmemoración por el segundo aniversario de novios que estaríamos teniendo con Ian. Algo así como hice con el primer amor de mi vida: Martín. Quería dejar este capítulo para más adelante, pero me vino como anillo al dedo para que no se mal interprete con la canción que elegí para hoy. El 30 de Agosto, madrugada del 31 de Agosto, conocí a Ian por arte del destino en AMK mientras ambos estábamos en el túnel. Él haciendo la suya, y yo haciéndole la segunda a mi mejor amigo para que se chape a un conocido ahí. Lo vi con otros chicos y me dije a mí mismo que ese pibe era un desesperado... nunca me imaginé que esa misma noche se me acercaría, me seduciría, me tocaría y terminaríamos peteándonos y abrazados con ganas de vernos a futuro, pero que conste que yo me resistí en un principio por lo que había visto anteriormente. Aparecieron dos amigos míos y me llevaron porque era hora de irnos. Ni él ni yo teníamos celulares así que se memorizó mi número y me habló al día siguiente cuando yo estaba en casa con mis dos mejores amigos de aquel entonces. No le di importancia y hasta casi lo ignoré, ya que yo tenía la mente puesta en un amigo que le había agarrado un ataque de histeria y enojo consigo mismo en ese entonces y prefirió volverse a su provincia natal. 

Al día siguiente, ya día de semana, este chico que conocí llamado Ian propuso vernos una mañana donde yo tenía que hacer trámites por Lomas de Zamora, y así fue. Sin embargo, en un momento decidí cancelarle y volverme a mi casa a descansar, aunque al minuto me llama a mi celular diciéndome que ya estaba llegando a la Estación de Lomas de Zamora. Lo encontré en la estación y caminamos por la peatonal rumbo a un Burger King para desayunar juntos y hablar. Durante esas tres cuadras, me dijo que lo disculpara por la pequeña barba que se le asomaba ya que yo le dije que no me gustaba, y por eso él se sentía feo. Yo, en ese entonces, andaba en algo con un chico de Haedo, Leandro, que no me generaba confianza y tampoco me veía en pareja con él, era como que, estando juntos la pasábamos bien, y después "bien, gracias". Por ende, Ian me parecía uno más de todos los que tuve. Interpreté que con Ian solamente seríamos compañeros de sexo al tener los mismos morbos a la hora de cojer. Le conté en resumen lo que fue mi vida sexual mientras desayunábamos: los tríos, mi primer novio y la infidelidad de la cual nunca se enteró, siendo el amante del novio de un conocido, y hasta un video porno casero mío. Nada de eso le gustó porque, al parecer, Ian me veía como su posible pareja a futuro. Él prefirió callarse y no contar nada. Terminamos de desayunar y nos fuimos a pasear a la plaza de Lomas, estuvimos un rato ahí besándonos en plena mañana y me contó algunas cosas suyas. Ese día finalizó cuando lo acompañé a tomarse el colectivo para ir a su casa porque debía trabajar y estaba llegando tarde.

La siguiente vez que nos vimos, a pesar de que nos mantuvimos siempre en contacto por celular, fue una noche donde arreglamos para ir a cojer a un telo de acá de Lomas de Zamora. Previo a eso fuimos a cenar a una pizzería porque el McDonalds y el Burger King estaban cerrando. Ian me confesó que nada de lo que yo le había dicho le había gustado, pero que me perdonaba porque yo le gustaba. Esa noche en el telo, aparte de inundarse nuestra habitación por la ducha, la pasé bien pero no tanto como yo imaginaba. Él tenía buena pija, pero no sentía tanta atracción por él. Al día siguiente, yo debía ir a estudiar pero no fui, era una mañana de lluvia donde preferí dormir un rato más con él y después volverme a mi casa. Al salir del telo, quiso que caminemos de la mano por ahí, pero no resistí y a las dos cuadras le dije que me incomodaba, más que nada, por si me cruzaba con alguien conocido. Lo entendió y ahí finalizó nuestra visita.

Una tarde de semana, propuso que lo busque en la casa de su amiga, cerca de Parque Centenario, para luego ir a tomar algo. Llegué un poco retrasado e Ian me había esperado en Av. Corrientes y Av. Scalabrini Ortiz. Estuvimos charlando mientras caminábamos, hasta que decidimos ir al Abasto caminando. Ian nuevamente me propuso ir de la mano y no me importó, así que acepté... total, nadie conocido podía verme por esa zona. No obstante, tuvimos que soportar las fuertes miradas de la gente. Fuimos a tomar algo al Starbucks, y yo siempre tuve una abnegación con ese lugar porque no ofrece nada que a mí me guste; sin embargo, esa vez acepté por Ian. Todo por él. Me había pedido algo de frutilla con leche que no me gustó demasiado e Ian se quedó con culpa, asumiendo la culpa y pidiéndome perdón. Yo le decía que no había problema, pero parecía que a Ian le gustaba que las citas sean color de rosa. Yo no pensaba tener algo con él, jamás se me hubiese ocurrido porque pensé que él podía ser uno más. Pero las ganas y la presión que le metía a nuestros encuentros hacía que todo vaya encaminándose.

Nos llamábamos todas las noches, hablábamos un montón pero él a mí me empezó a generar desconfianza porque no me contaba nada al respecto. Lo único que yo sabía de él era que nunca tuvo un novio a pesar de sus pasados 26 años. Lo que generó un choque y discusiones vía celular ya que casi lo obligaba a que me contara. Es que era lógico, si pensábamos tener algo a futuro, yo necesitaba saber ciertas cosas de él. Para no gastar plata en telo, lo invité a mi casa una noche y lo traje a escondidas por más que mi mamá no estaba viviendo conmigo ya en ese entonces. Preparé para comer una ensalada y cenamos juntos viendo TV en mi habitación. Hace casi un año, encontré esas selfies que nos habíamos tomado esa noche mientras estábamos en la cama. Yo había discutido con mi viejo por boludeces y rompí en llanto ya que me daba impotencia que, en uno de los días más conmemorables de mi vida, suceda algo así. Según Ian no escuchó ni notó nada.

Los dias siguientes fueron idénticos: algunas noches lo traía a mi casa, cojíamos re bien pero, a distancia, discutíamos por teléfono y nos enojábamos por celos y cosas que pasaron antes de conocernos. Sobre todo de mí, lo veía a Ian como un ser tan misterioso que no me generaba confianza. No quería engancharme con él si no sabía quién era realmente, qué escondía y cuáles eran sus anhelos más profundos, sobre todo porque las cosas estaban yendo muy rápido. Un día, me invitó a conocer a su mejor amiga que es lesbiana, y a su pareja, para salir a bailar ya que mis amigos me exigían que no me alejara de ellos. Recuerdo que Ian me espero en la parada del colectivo y tras conocerlas a ella que me hicieron sentir cómodo enseguida, partimos para Plop. Ese día, sólo estuvo Damián a quien le presenté a Ian y pasamos una linda noche, aunque noté una mirada extraña entre Ian y Damián, y se lo reproché luego. Ian me justificó que nada que ver, que Damián le había caído bien y que quería caerle bien, más que nada, por mí. Un poco alcoholizados,volvimos al departamento de la amiga de Ian y y, antes de dormir, nos besamos y nos tocamos tanto que nos excitamos. Quisimos cojer en silencio, por eso, Ian me llevó a la cocina para no generar un escándalo, pero el alcohol y mi intuición me jugaron una mala pasada. Le hice un escándalo en voz baja porque se me pasó por la cabeza que él ya había hecho algo similar con otro chico, y me puse tan loco que terminamos durmiendo un poco peleados. Lógicamente, no creí lo que él me decía, sus acciones no me convencían y ésto parecía ser el comienzo de una desconfianza eterna por su aura misteriosa y pasado oculto que él no me quería revelar. 

Una noche, me propuso conocer a su familia. Luego de que él terminó de trabajar, me pasó a buscar en la parada en un lugar desconocido para mí hasta ese momento y fuimos a su casa. No había nadie, así que estuvimos un rato a solas pero algo sucedió: yo estaba asexuado y él, con las hormonas a mil; así que, discutimos y hasta casi me echa de su casa exigiéndome que, si esto seguiría así, no me presentaría ante su familia y, por ende, prefería que yo me vaya antes de que ellos lleguen. Ian estaba cegado, ya no le importaba nada, así que yo aflojé, pero él no. Había desistido de esa acción de presentarme frente a su familia, y ahí estallé yo y le dije que me iba a ir pero que, volverme a mi casa era muy peligroso, por eso me iría a capital. Sus celos se pusieron a flor de piel y pensó que yo lo visitaría a Lautaro. Jugué con eso pero me terminó calmándome a las fuerzas y cambiando mis pensamientos para, así, quedarme en su casa y presentarme a su familia. Las cosas ese día salieron bien al fin y al cabo.

Lo mejor que tenía Ian era que no teníamos conocidos en común y, por eso, a nadie que se nos interponga. Juramos sernos sinceros, contarnos toda la verdad, sobre todo de quién nos hablaba por whatsapp si es que llegaba a pasar. Ahí surgieron las primeras situaciones de desconfianza, luego de que me contó que un chico le habló al whatsapp y él le contestó que estaba en pareja. Con las pequeñas descripciones de ese chico, me di cuenta que era un compañero mío de la facultad, al cual el destino me lo hacía cruzar en cada momento. Ahí descubrí por qué todo eso había sucedido antes de conocerlo a Ian: porque justamente este chico había tenido algo con Ian. Me puse como loco y hasta pensé en cortarle, pero Ian supo cómo tranquilizarme contándome la verdad. Le creí, aunque yo no podía con mi ingenio y el sólo hecho de saber que ese chico había tenido a Ian antes que yo. Cosa que odio de todo chico del ambiente, y yo me siento reservado para alguien que hasta el día de hoy no pude encontrar, sólo sustitutos. Debido a su trabajo, no salíamos los fines de semana, solo algunos y muy rara vez: sentí que había perdido habilidad en el baile. Hasta decidimos con Ian postergar ese plan de ir a Amérika y hacer cosas de a tres porque nos estábamos enamorando uno del otro. Al mes nos pusimos en pareja por insistencia mía. Mientras teníamos sexo se nos escapó un "Te amo", y después de que él se negara a oficializar la relación porque él no se sentía 100% seguro de lo que pasaría a futuro. Éramos dos personas convertidas en una, nos acompañábamos a todos lados, como por ejemplo, a la facultad, o yo le cocinaba la cena los días de semana cuando él llegaba tarde a mi casa. Ya en ese entonces, mis viejos se mudaron juntos y yo vivía solo. 

Más adelante, continuaré contando algunas cosas de nuestra relación, pero esto fue el principio de todo: de ese amor inmenso y eterno, que resultó no ser tan eterno porque, por más que uno conozca a una persona en su totalidad, hay cosas que las hace cambiar de un día para el otro y sentirse de otra forma. Hoy siento una gran desilusión de su parte, una gran herida de la cuál aún tengo la cicatriz, siento una confusión porque todavía no entiendo el motivo de nuestra separación, y hasta, por momentos, siento lástima por él... lástima porque, todo lo que hizo después de separarnos, no le sirvió en absoluto, sólo para pasar vergüenza y demostrarme que es un inmaduro.  Creo que si lo veo y él vuelve a actuar como actuó hasta hace unos meses, me pondría a llorar de la lástima que me da. Es un sentimiento que no lo experimento desde hace muchísimos años y me cuesta creer que le tengo lástima a mi ex novio. Siento que fui muy malo con él, pero bueno, en esos momentos luego de cortar, me sentía muy mal y recurrí a mi maldad 100% fatal.


F.A.M.