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martes, septiembre 20, 2016

#165 - Mundo Maravilloso

Durante ese fin de semana, acordamos algunos detalles para volver a vernos con Constantino, el chico boca de petero. Esta vez, planeamos cocinar en casa y cenar acá, así de paso nos conocíamos más como amigos, obvio. Como primera fecha, quedó el miércoles, total yo estaba de vacaciones y podía pasar a buscarlo para venir juntos acá. Al final, el martes de la semana siguiente me vi de nuevo con Adrián. Esta vez un poco más tarde, a eso de las 21hs porque él había estado con gente amiga en su departamento. Viajando hacia Once, tuve suerte y enganché el bondi al toque, por eso llegué a horario. Esperándolo en la puerta del edificio, resulta que se quedó atrapado en el ascensor y se demoró como 10 minutos en venir a abrirme, pudo salir no sin antes llamar a la encargada. Me abrió la puerta, pasé y me saludo tranquilo pero un poco alterado. Adrián me contó que odia quedarse encerrado en lugares como ascensores porque tiene claustrofobia desde un episodio que tuvo hacía más de un año. El tema lo dejamos ahí una vez que entramos a su departamento. Desde el primer momento, noté que las cosas con Adrían eran distintas a lo que fueron la primera vez que nos vimos. Andaba de acá para allá y le pregunté hasta si no me iba a saludar con un beso, cosa que al principio me dijo que no lo iba a hacer, pero después se acercó y me besó. Hemos hablado algunas cosas relacionada a nuestra pelea de la anterior vez, pero ya estaba todo más que bien, sobre todo si yo volví ir a su casa. Adrián, como dije, no era una persona que me gustara, ni se acercaba a mi chico ideal aunque me parecía buena persona y solitaria; sin embargo, su veneno lo tiraba sin importarle nada. 


Me dijo que no había cenado y me preguntó si yo quería cenar con él. Le contesté que si, que no había problema. Durante la primera hora, mientras se descongelaba la comida que él prepararía, me dijo que se puso un poco mal por quedarse encerrado, que igual es un tema que lo trató con una psicóloga ya que él no era así antes. Ahí fue cuando decidió a contarme la situación traumática que vivió cuando viajaba en colectivo hacia el conurbano, donde él vivía con sus padres. Realmente me conmovió porque era algo totalmente feo y que no se lo deseo a nadie, una experiencia cercana a la muerte. Le di mi apoyo escuchándolo. A partir de eso, yo le conté algo sobre mi ex novio, que desde que me había separado no era el mismo de antes, que sufrí stress, etc. Al principio, Adrián me reprochó diciéndome que yo todavía no había superado a mi ex, pero nada que ver, solamente fue una anécdota que le iba a contar porque me nombró su situación y que yo creía que también necesitaba una psicóloga ya que él me contó que eso lo ayudó.
-Che, por las dudas. ¿Conocés a un tal Ian? Digo, porque no vaya a ser cosa que seguro lo conozcas como me pasó con un pibe que yo estaba conociendo.
-Ian, ¿cuánto? No me suena.
-Ah bueno, menos mal - Después, me contó que él hace poco se había separado de un ex, que seguro yo lo conocía porque era una persona conocida en Instagram. Le dije que no, pero como me contó donde ese chico vivía, quizás yo lo conocía. No me quiso decir el apellido pero, por lo visto, su ex tampoco me sonaba. Le insistí para que me lo diga pero no quiso decirme, aunque sí me contó el motivo por el cual se habían separado. Dejamos un poco ahí el tema de los ex, Adrián se acercó a besarme y terminamos tirados en la cama, sentí que él lo hizo como de forma obligada. Lógicamente, él y yo estábamos ahí para garchar por más que existieran caricias. Me empezó a besar el cuello y yo a gemir, a desvestirnos despacio pero, al menos yo, con ganas de querer cojer. No tardó mucho en sacarse los pantalones y yo el mío, quedamos en bóxer y de la nada, me alzó las piernas e intentó ponérmela. Ya la anterior vez, me dijo que él no iba a cojer a pelo, y me parecía bien. Esta vez cedió, pero no quería ponérmela toda, solo la puntita. Esa noche, yo estaba extasiadísimo ya que, sin habérmela puesto, yo gemía y gemía, y me sentía muy excitado. 

Adrián estaba raro y no sé por qué, quizás porque yo estaba muy excitadoo que él se inhibió. Me la puso como jugando al límite de la penetración pero, a la vez, no quería. Me dijo que se iba a poner un forro y me terminó de cojer. En esta misma pose, me besaba el cuello, más me calentaba, que me marque todo. En un momento, Adrián largó lo que sentía, su pija se volvía flácida de a poco:
-No grites... porque me la bajás.
-Perdón, estoy excitado - Seguí cojiendo en voz baja, total a mí no me importaba si los vecinos escuchaban. Al cabo de cinco minutos, lLamentablemente, le dije que pare porque me estaba haciendo doler. Se sacó el forro, lo tiró y se pajeó para después tirarme la leche en la cara. Cuando llevó el forro a tirarlo, me dijo que había sangre, a lo que yo le contesté que de mí era imposible porque no soy de sangrar, pero bueno, parece que él no supo cojerme y mucho menos lubricar. A la hora de dormir, me dio un sermón sobre el cojer "a pelo", como que yo tengo que ser más cuidadoso por mi salud. Me confesó que con su ex, él estuvo viéndose casi cuatro meses y que, luego, cojieron:
-Eso conmigo no va. Yo necesito tener relaciones primero, porque soy una persona fogosa. No me gusta llevarme un disgusto cuando pierdo tiempo en conocer alguien que al final no me va a convencer. Aunque me alegro por vos. Eso habla bien de vos.
-Si. Estuvo bueno porque era calentarnos y aguantarnos. Cuando tuvimos nuestra primera vez, fue hacerlo con muchas ganas y amor; y siempre nos cuidamos.
-Lástima. Para mí es todo al revés. Eso no quiere decir que lo mío pase todo por el sexo - Cuando estuvimos a punto de dormir, ya cada uno acomodado, me volvió a aconsejar que me cuidara con todos los que estuviese.
-Un amigo mío se enteró de que era portador de VIH cuando estaba con su pareja. Se contagiaron los dos.
-Bajón, boludo. Pero ¿él lo hizo cornudo o algo por el estilo?
-No sé. Según él dice que no. Parece que uno de los dos ya lo tenía desde antes - Solamente me quedé pensativo, y, como dije, eso hablaba bien de él ya que quería cuidarme. Igual no daba porque no éramos nada.

Al día siguiente, volví a casa en bondi, casi que me dormía. Sentí que fue una noche rara con Adrián, que él no sintió lo mismo que yo y que yo era demasiado para él. Aunque, increíblemente, me envío un whatsapp diciéndome que le avisara cuando llegara a casa, que él ya estaba en su trabajo y que la había pasado lindo. Dudé un poco, pero fui sincero y le confesé que, no sé qué me había pasado, pero estuve muy excitado. Él me dijo que también. La cosa con Adrián siguió de la siguiente forma: le hablé el fin de semana y se ofendió porque, según él, yo le había clavado el visto en nuestra última conversación y que no le di más importancia. A lo que le dije que no fue así, o sea, la conversación había quedado ahí, sobre todo porque yo llegué y dormí, y tenía planes ese día. Como vi que me estaba por hacer lo mismo, de clavarme el visto, me contestó cortante y decidí eliminarlo de mis contactos para que ya no vea ni mi foto ni mi estado en whatsapp. Caí en la conclusión que él y yo no éramos compatibles, yo era muy calentón para él y no podía sasear mi calentura, darme el placer que necesito, más allá que su pija no era descomunal como a mí me gustan.

Ese mismo miércoles, después de dormir una siesta como si estuviese estresado por una causa entendible, me desperté, acomodé algunas cosas y, finalmente, me preparé para buscar a Constantino a unas cuadras de su casa. Él traería pollo para comer con el arroz y yo, además de poner el resto, compré chocolates en una estación de servicio mientras lo esperaba. Constantino llegó, cruzó la calle y nos saludamos. Estuvimos hablando algunas palabras y tomamos el colectivo expreso que nos dejó a unas seis cuadras de casa. En ese tramo, él me contó sobre su situación laboral que estaba complicada. Y nada, eso. Bajamos, continuamos hacia mi casa y entramos. Nos pusimos cómodos y para hablar algunas cosas de menor irrelevancia, nos pusimos a cocinar... bah, en realidad él, yo lo ayudaba. Durante la preparación de la cena hablamos de muchas cosas: su ex, que después fue el ex novio de mi amigo Andrés, y el maltrato que recibía de su parte, y lo gato que era; mi primer ex novio Joel ya que su primo me conoció por Joel; mi segundo ex novio y el contacto que tuvo Constantino con Ian hace muchos años atrás por la descripción de él y del lugar; y la actual situación amorosa de Constantino. Era verdad entonces que él no quería tener nada con nadie, porque todavía seguía sin superar del todo a su ex, y encima estar pensando en otros temas como su trabajo, etc. Constantino hizo una especie de terapia conmigo y me contó todo sobre su ex novio mientras cocinábamos, y yo le conté todo lo que sabía sobre la relación de mi amigo Andrés con su ex. 

Cuando comíamos, nos sacamos una foto pero él no se dio cuenta que Joel podía verla si la subía a facebook; por eso mismo, lo eliminó y subió nuestra foto. Sentí pena por Joel porque no es un mal chico, solamente que está consumido por sus traumas que le generaron el ambiente gay. Sentí que, por un momento, yo le estaba haciendo lo que me hizo Ian a mí con Lion... inducirle a Constantino que lo elimine de facebook a Joel para que no vea nada y, por ende, cortar el vínculo. Igual tampoco ellos eran amigos, ni mucho menos, chongos, o sea, no se hablaban... Era apróximadamente la 0.15hs y Constantino me pregunta si tenía número de teléfono de alguna remisería para que un coche lo lleve a su casa, y yo quedé perplejo porque pensé que él se iba a quedar a dormir. No imaginé que iba a venir a la noche para irse casi de madrugada, pero bueno, tuve que aceptar y llamar a una remisería. Es que sabía que Constantino quería que quedemos como amigos, aunque tampoco pensaba que ni siquiera quiera que durmamos juntos... Me avisó cuando llegó a su casa y me dijo que me invitaría a cenar pero a su casa ahora que su primo me había reconocido. Constantino pensó que estábamos peleados con su primo pero la realidad era que nunca más tuvimos contacto después de que yo me separé de Joel.


El viernes organizamos con Chris, su amigo, Jerónimo y un amigo de él para salir a Whip. Es lo que yo conté en los capítulos anteriores. Hicimos una mini previa entre todos en la esquina, con risas de por medio y entramos. Mientras hacíamos la fila para el guardarropas, lo vi a Ian, o sea nos clavamos la mirada de frente y pasó por al lado de mí con un conocido de él. Los nervios me invadieron y le conté de inmediato a Jerónimo que mi ex estaba presente. Me quería morir porque yo sabía como iba a terminar todo: nos cruzaríamos toda la noche y hasta no veríamos en el túnel haciendo cosas. Aproveché que yo era el 'target' del amigo de Jerónimo y me lo comí en más de una oportunidad, hasta bailaba de forma provocativa y lo toqueteaba todo. Así de puta como yo solía serlo, y todo para que Ian me viese. Todavía recuerdo hace un año cuando me lo crucé también en Amérika, esa noche que él fue directamente a eso porque no lo había visto en la pista. Yo estaba con un pibito, pasivito como yo y muy morboso como yo, que chupamos pijas los dos juntos, así como yo lo hacía con Ian, y él me vio. Si no me equivoco, Ian estaba haciendo paja cruzada con uno.

Me hirvió la sangre porque aún no había superado nuestra separación, y lo único que había era una guerra entre ambos, queriéndonos demostrar que ya no nos necesitábamos uno al otro. Cuando terminó la noche con ese pibito, me propuso para ir a otro lado para seguir la joda pero le dije que no... en realidad, quería ver con quién salía Ian de Amérika. Por eso, me quedé sentado afuera, en la vereda de en frente hasta que terminó el baile, y lo vi salir solo. Respiré profundo aunque me reproché el "porqué lo estaba persiguiendo". Ian miró para los dos lados de la entrada, y se fue hacia Av. Corrientes... Bueno, esta vez fue todo más crudo: Chris y yo estábamos muy tomados, subimos y ahí lo vi a Ian haciéndose el pijudo con dos pibitos. Y obvio, ahora somos todos pasivos, y los activos son los que escasean. La ley de matrimonio igualitario, la tolerancia y la aceptación fomenta a que, en este país, todos se liberen y sean quienes su psiquis dice. Le confesé a Chris, como dije en los capítulos anteriores, que me había puesto nervioso apenas lo vi porque sabía como era todo esto. Ya lo viví anteriormente. Más tarde en la noche, cuando yo estaba chupándole la pija a dos, que uno se había levantado y justo acabó, Ian pasó y me vio. Solo movió la cabeza como diciendo "No puede ser, qué asco".

Lo que voy a contar a continuación, no lo conté. Al día siguiente, el sábado, me desperté y escuché música, me saqué el maquillaje en el baño y, tras hablar con Jerónimo para salir a Puerca esa misma noche, me tiré a dormir la siesta. En ese ínterin, escucho un micrófono que se enciende en alguna casa vecina, una voz masculina escuché y pensé:
-Uf, ahora se van a poner a cantar y no voy a poder dormir - Parecía un evento, un cumpleaños, y por eso mismo, intenté taparme hasta la cabeza y conciliar el sueño. Ahora se escuchó una voz de mujer al micrófono y yo salté de la cama porque esa voz se me hizo conocida... Sí, el de la voz masculina era Ian. Estoy seguro que era él, todo me cerró al escuchar una voz femenina junto a la de él. Pero ¿cómo puede ser que Ian esté acá cerca si él vive lejos? No sé, es su trabajo y sé que, cuando estábamos en pareja, tuvieron que trabajar cerca de casa. También, apuesto a que él quiso venir porque conoce la zona y porque quería sentir esa sensación de estar cerca o rememorar momentos que pasamos juntos. Enseguida, agarré mi celular y le escribí por privado al whatsapp a Elías. Como él está en pareja, pensé que no me iba a contestar, pero le largué todo tan de prisa que no supo entender lo que pasaba. Es que era mucha casualidad; sin embargo, algo que no me puedo olvidar es a lo que Ian se dedica porque he estado muchas noches con él viéndolo. Elías sólo me dijo que me tranquilizara y me re-preguntó si yo estaba seguro que, a quien yo escuchaba, era Ian. Sí, era él. Nada, ahí fue también cuando le conté que lo había visto la noche anterior.

Me dormí. A la noche, me preparé y salí con Jerónimo y su amiga, y Brian a puerca. Fue una salida que confirmé a último momento porque todos estábamos cansados. La pasé muy bien, hubo alcohol, baile y risas como siempre. El único momento incómodo fue cuando llegué y me acerqué a la fila, y pude ver a Samuel, ese compañero de facultad con el cual hubo disturbios tiempo atrás. Me miró porque estaba detrás de mí y me sentí inhibido, además porque tenía cara de sueño por haber dormido toda la tarde. Esa misma noche, encontré a Maxi en Puerca. Lo vi por ahí, con su look nuevo y distinto a como cuando yo lo había conocido tiempo atrás. Él no me vio, yo sí porque él estaba por atrás, cerca de nuestro lugar. No me fue fácil sacarme su imagen de mi cabeza aquel día del amigo cuando me vio y se acercó a saludarme. En un momento, cuando le alcohol hizo efecto en mí, lo miré desde la barra mientras tomaba un frutilla con speed, como si él fuese el chico del que me había enamorado tiempo atrás. No se dio cuenta que yo estaba por ahí, esa noche lo vi besándose con un chico y me desilusionó. Sentí que los únicos chicos que me gustaron realmente (Lion, Imanol y Maxi) no me daban bola, así que mi mundo caía en picada.

Al fin de semana siguiente, fines de agosto, decidimos juntarnos a hacer previa en casa de Cecilia, prima de Mauricio, por el cumpleaños de una de sus amigas. Brian vino a casa y, de ahí, nos fuimos hacia Lanús y a Avellaneda. Llegamos y ya casi estaban todos los invitados. En el viaje, algo me cayó muy mal: Elías no iba a venir a la previa porque se había visto con el novio y se le hizo tarde para venir a la previa en casa de Cecilia. Ésto ya es un tema que me tiene podrido... mis amigos me hicieron la vida imposible cuando yo estaba de novio con Ian, criticándome cosas como las que Elías hace ahora. No puedo creerlo. Cuando yo me separé, se llenó la boca diciendo cosas como que si él, algún día, llegara a estar de novio le iba a dejar todo en claro y que nunca iba a dejar de salir a bailar y, menos, de ver a sus amigos. A veces, es mejor callarse y nunca decir nunca porque uno no sabe qué es lo que el destino le depara. Mientras nos producíamos, pedimos delivery y empezamos a tomar alcohol. Estaba el novio de Mauricio, quien me había parecido copado las veces anteriores que lo vi. Mauricio le recalcó en mas de una oportunidad que no tomara tanto fernet ya que, al ser colombiano, nunca había probado esta bebida argentina, y por ende, le gustó y le daba lindo al trago. Terminamos todos tomados, o sea alcoholizados, partiendo a Puerca, riéndonos como siempre en el colectivo. Seguimos tomando ahí, no obstante, todo se pudrió en el momento que el novio de Mauricio no se quiso sentar y se quedó parado. Con Mauricio, somos de hacernos chistes, etc; y eso parece que no le gustó a su novio. Sobre todo, después de que me tocó sin querer la pierna y su novio hizo un escándalo, poniéndose en caprichoso ya que no le había gustado nada ese gesto. Pero él estuvo a la expectativa de que algo sucediese, o como se dice: bucándole la quinta pata al gato. Eso porque había estado tomando mucho y se embriagó. Aprendan, chicos, aprendan... salir a bailar cuando uno está en pareja es para problemas. Busquen alguna otra alternativa, o no se pongan en pareja, no es momento, se los digo por experiencia. Todo terminó mal porque el novio no aflojaba y Mauricio no quería arruinar la noche, así que él se puso en caprichoso a continuación. La cosa fue que teníamos que bajar del colectivo y su novio no quiso, o sea, ¡prefirió seguir de largo! Y listo, a Mauricio le agarró el bajón pero aceptó que, después de eso, no lo iba a perdonar, sobre todo por el semejante papelón en el colectivo. Con Brian, le hicimos la segunda en el taxi y llegamos a Puerca. Mauricio estaba seguro que su novio iba a aparecer ahí.Pero no. Cuando nos juntamos con los demás, me contaron después que Mauricio se comió a dos chicos. Y obvio que para nosotros, eso no nos pareció correcto. 

Ese día, también volví a ver a Maximiliano adentro, nos cruzamos miradas porque estábamos relativamente cerca, hasta que más tarde en la noche, a punto de finalizar, se me acercó con miedo y me saludo. Sentí que lo hizo con una sensación rara, ya que la última vez que nos saludamos, yo le corté el rostro, pero bueno... esta vez, yo estaba semi-ebrio y nos cruzamos casi de frente, sin quedar otra alternativa que saludarnos. Si supiese que a mí me re gusta... aunque yo soy así. Cuando me gusta alguien, no suelo demostrarlo y hago todo lo contrario, lo trato mal y lo ignoro. Sé que soy un pelotudo, sin embargo, es mi arma más letal para no terminar decepcionado.

F.A.M.