-Dale Chris, dame tu celular. En serio, damelo - Le exigí a Chris que me muestre su celular para corroborar que realmente no había filmado nada, era un peligro para mi persona.
-No filmé nada, tonto. Quedate tranquilo. Fijate - Me dio para que revisara otro celular, no el de él, y el otro lo escondió - Mirá ¿ves que no hay nada?
Seguía sintiendo pellizcos hasta que me desperté completamente y yo estaba acostado entre Chris y Lautaro:
-Al fin te despertaste. Te metimos el dedo en el culo y no sentías nada.
-Uh, estaba re dormido, boludo. ¿En qué momento nos dormimos? - Lautaro se acercó a mí y me apoyó, Chris hizo lo mismo y me empezó a tranzar.
-Epa, ¿qué se supone que es esto? - Lautaro me apoyaba y hacía presión, me metía mano adentro del pantalón y yo decía que no quería porque recién me despertaba.
-Dale, dale, que no - Lautaro se subió arriba de mí mientras yo estaba boca abajo y me empezó a besar el cuello nuevamente y yo a suspirar. De pronto hizo que yo me pusiera arriba de Chris y él me empezó a coger. Me dio duro un rato y Lautaro se sentó en la silla de la PC y se pajeó, yo gemía como una puta y yo también me pajeé. Grité sin para ya que la pija de Chris es un pedazo de carne grande con mucho líquido pre-seminal. Tras unos últimos gemidos, Chris acabó en mi y Lautaro también acabó sobre sí mismo mientras nos miraba. A continuación acabé yo y en mi cuerpo había un enchastre lechoso. Entré al baño para limpiarme, lavarme los dientes y la cara, maquillarme, plancharme un poco el flequillo, y después ellos me acompañaron a la parada, estaba vez la cosa no estaba tan tensa, Lautaro cambió su cara, ojo, eso no significaba que estaba todo bien, yo ni siquiera sabía qué es lo que le pasaba. El colectivo tardó en llegar:

-Boludo, no me hagas asustar porque ahora me esperan otros a la noche, y me va a matar.
-Ah boe, qué trola que sos, eh - Me dijo Chris
-Putita - Me dijo Lautaro. Aproximadamente tuve 1 hora y 40min hasta llegar a mi casa; tenía que prepararme para otra aventura consecutiva. Llegué a casa y comí algo con mi familia, después entré a bañarme y al mirarme al espejo pude notar el gran chupón que tenía. Ya está, Santiago me iba a matar y yo era el puto que se dejó porque Lautaro me podía. Cuando le conté a Débora este suceso, me dijo que cómo podía haberles dado otra oportunidad después de lo que pasó, a lo que respondí que ellos fueron los que me buscaron, no yo.

-Llegué, ¿vos dónde estás? ¿Ves el auto?
-Mmm no, yo estoy sentado en la entrada a la estación. Ah si, ahí te vi. Voy para allá - Caminé hacia el auto azul de lujo con vidrios polarizados, pasé por una parada de colectivo llena de gente y me paré frente a la puerta trasera del auto para que Santiago me abriera sin embargo él me abre la puerta de adelante:
-¡Hola mi amor! ¿Cómo estás? Te extrañé mucho. Qué lindo volver a verte -Me senté y nos dimos un beso en la boca.
-A mí también corazón, al fin nos vemos. Tuve que meterte presión para que aceleres el trámite.

-Nada que ver Santiago, si yo estoy en vacaciones.
-Te parece, yo diciéndote cosas lindas y vos me atacas
-Mentira, no te hagas la víctima. Vos sos puro bla bla
-¿Ah sí? ¿Yo puro bla bla?
-Bueno, basta Santiago, dejá de pelearme porque si no me voy.
-Ahí tenés la puerta.
-Bueno, chau - De repente él me agarra la cintura.
-¿A dónde te querés ir vos? Vamos a mover el auto porque no podemos estacionar acá - Santiago puso en marcha el auto y fuimos a estacionar a unas 3 cuadras de ahí, al costado de las vías - Bueno, ¿cómo estás?
-Bien mi vida, ahora que estoy acá con vos más. ¿Vos? ¿Che, y Agustín?
-Agus quedó en casa haciendo cosas, mejor así nosotros podemos tener un tiempito para los dos.
-Sos malo, eh – Él me pone su dedo en los labios indicándome que hiciera silencio, se acerca a mí y me besa yo lo sigo y le como la boca, pongo mis manos en sus piernas y empiezo a moverlas hasta que llego a su parte íntima y vuelvo a bajar rápidamente hasta su rodilla.
-No me provoques, Fede, porque te cojo acá en los asientos de atrás – En un momento lo abracé y nos quedamos así, pero él puso su mano en mi cuello y con sus dedos palpaba la marca del chupón aunque sin decirme nada, y obvio yo haciéndome el tonto.
-Bueno, tenemos que hacer algunas cosas antes de llegar a casa antes que Agustín se preocupe. ¿Qué querés comer, amor?
-Mmm, yo no tengo hambre, mi vida.
-¿Seguro, para más tarde tampoco querés? Vamos al súper y cualquier cosa me decís – Él manejó hasta el supermercado y ahí nos detuvimos, bajamos y entramos.

-Hola mi amor, escuchá, estoy acá con Fede en el súper y quería saber qué hace falta en casa para comer, no sé ¿vos qué querés? – Mientras tanto nosotros recorríamos las góndolas y a todo esto no sé qué buscaba Santiago – Pero cómo nos vas a comer nada, Federico.
-Es que no quiero comer porque no tengo apetito, capaz algo dulce podría ser.
-Claro, cómo no vas a tener apetito con semejante chupón que tenés el cuello, parece que comiste bien ayer, y cómo te comieron a vos, eh.
-Sabía, sabía que ibas a decir algo al respecto.
-Y si, ¿o te olvidas que estás acá conmigo y que vas a pasar la noche en mi casa?
-Si obvio pero era una prenda y tenía que hacerlo.
-¿Una prenda? ¿Y, a ver, cómo es eso?
-Sí, ayer me quedé en casa de mi amiga con amigos y estuvimos tomando y bueno, jugamos a las cartas por prendas. Una amiga me lo hizo.

-Por eso mismo – Dije y la conversación quedó ahí, todo muy tenso, yo estuve callado hasta que llegamos a su casa, una situación de mierda. Al subir hasta el departamento, Agustín nos abre la puerta y lo saludo con un beso en la boca y un abrazo:
-Hola amor ¿cómo estás?
-Bien, ¿qué pasa que están con esa cara?
-¿Qué cara? – Respondí yo y Santiago por detrás contesta
-Ya te vas a dar cuenta.

-La verdad que sí, tengo hambre. Los veo cocinando y me dio hambre.
-Ay Fede, pero te gusta lo que vamos a comer nosotros.
-Sinceramente no, porque no soy vegetariano pero no importa, si tenes fideos como eso. Dejá Agus, yo pico las cebollas. Me puse a picar las cebollas y en ese momento él se da cuenta de lo que yo tenía en el cuello
-Ah, esto era de lo que hablabas, Santiago. Es muy grande.
-Viste, andá a saber quién se lo habrá hecho -Otra vez el tema salió a flote y yo me quedé a un lado picando las cebollas. A la hora de comer, nos sentamos en el comedor mientras veíamos la TV y estuvimos hasta que terminamos, después Santiago levantó los platos y Agustín los lavó. Recuerdo que yo me fui a sentar al living y Santiago se sentó en la barra de la cocina y desde ahí me habló:
-Mirá lo que tenés en el cuello, atrevido
-Te recuerdo que soy tu amigo, Santiago, no tu hijo. Y vos mismo dijiste hace un rato que no somos nada.
-Pero cómo querés que te trate si venís con semejante mancha hecho por otro, anda a saber por quién. ¿Es más lindo o más feo que yo?
-No puedo creer lo que me estás preguntando. Agustín, decile algo, callalo porque desde hoy me está peleando.
-Está bien que te pelee, te lo mereces.

-La verdad que sos un cualquiera Federico, te andas metiendo con cada uno y ¿encima te da la cara para venir hasta acá y estar con nosotros?
-Pará Santiago, tampoco voy a permitir que me tratés así, no soy ningún cualquiera. Me parece que te fuiste al carajo. Pedime perdón.
-¿Qué, que yo te pida perdón? Vos me deberías pedir perdón.
-Bueno, basta, déjame ver la TV porque si no me voy a ir.
-¿A dónde vas a ir a esta hora? Aparte no podés salir del barrio solo.
-Le dije a mi papá que me pase a buscar por Liniers porque vos me estás peleando.
-¿Y vos pretendés que yo te lleve hasta ahí?
-No, hasta Tigre, yo me las arreglo solo. Vení Agus, sentate acá conmigo y haceme compañía porque Santiago no para de atacarme – Agustín que estaba en la cocina se acercó al living y se sentó al lado de mí, yo lo abracé y le saqué la lengua a Santiago
-Claro, me abrazas porque te estás peleando con él ¿no? Soltame entonces.
-No, no. No es eso – Le di besos en la mejilla
-Si vos no me querés a mí, a vos te gusta Santiago.
-¿Qué decis, tonto? - Estuvimos peleando un ratito más hasta que yo me cansé y un poco enojado decidí irme a dormir, quizás al otro día se le iba a pasar la locura a Santiago.


-Che, ¿y ustedes son de hacer estas cosas de seguido?
-¿Cuáles, estar con otros chicos? No, sólo estuvimos con un muchacho antes pero no nos gustó y dejamos de frecuentarlo. Se la pasó encima de Agus pero no importa aunque la cosa era "los tres juntos"
-En realidad Agus me lo pidió, un día me dijo seriamente que quería hablar conmigo y estuvo varios días dando vueltas hasta que me lo propuse. Yo le dije que sí, entonces encontramos a otro hombre y listo - Para mí es raro que dos hombres busquen a un tercero y que la pareja siga funcionando igual pero bueno, allá ellos, por lo que parecía estaban tan seguros de los sentimientos que se tenían uno al otro. Alrededor de las 3 de la tarde, Santiago me trajo hasta la parada del colectivo a unas pares de cuadras de la estación de Tigre, Agustín se quedó en casa y, tras hablar y besarnos un rato con Santiago, allí lo dejé solo. Yo no sé cómo Agustín permitía que Santiago estuviera a solas conmigo, yo si hubiera sido él, me hubiera pegado y amenazado que no lo tocara a Santiago. Cuando subí al colectivo, Santiago prácticamente me siguió unas cuadras hasta que dobló en una rotonda y lo perdí de vista.