No sé por qué diablos cuando estoy en casa aburrido y sin hacer nada (ya que yo estaba en vacaciones aunque rindiendo algún que otro final de la facultad), me pongo a pensar en muchas cosas y, debido a la época del año (a un año de haber cortado con Joel, y a 7 meses de no saber más nada acerca de él), empecé a preguntarme qué era de su vida. En los cruces que tuvimos durante todo este tiempo traté de evitarlo, pero en el fondo había algo que me indicaba que extrañaba la relación que tuve con él porque nunca volví a vivir algo así desde que cortamos. O sea, no me refiero a cojer, como el 75% de los putos que solo acostumbra a eso y, encima, se ocultan porque no desarrollan su capacidad de amar al otro. Aclaro para toda esa gente que yo mantuve mi relación de 7 meses con Joel a escondidas y sólo lo sabían mis "amigos" cercanos y nadie más. Y nos iba bien, no andamos con eso de "No, yo ni loco me pongo en pareja con un hombre". Me sorprende que justamente los un poco más mayores a mí y los que se creen machitos de físico que, porque "no se les nota", son los que huyen a esto. Tema aparte. Yo extrañaba "compartir la vida", y mi problema de toda mi vida es que siempre estuve solo. En esos momentos, cuando conocí a Joel, necesitaba a alguien con quien compartir alguna cena, charlas en algún lugar de la Ciudad de Bs. As, que me pasaran a buscar en la facultad y demás.
A las personas que le mencioné sobre mi idea de volver con mi ex me contestaron que ni se me ocurra pensarlo: Anabella, en parte Chris y Facundo también. O sea, no iba a volver con mi ex... era sólo ser amigos pero no tenía cómo, ya que borré su número celular y no pensaba agregarlo a facebook para que se ponga loco con todo lo que yo comento y digo sobre mi vida en general. Otra de las cosas que sucedieron antes de navidad fue que Nicolás, el chico que conocí en Puerca (que me había invitado a ver una obra de teatro), me buscaba por whatsapp y por facebook aunque, lamentablemente, yo perdí interés en él o mejor dicho, me di cuenta que no era lo que yo me imaginé cuando lo vi por primera vez. Si hablábamos por whatsapp, le contestaba de forma que captara que sólo seríamos "conocidos" y nada más. Y adelanto, que el fin de semana anterior a navidad, lo encontré cara a cara (en realidad lo veía casi todos los días en Plop/Puerca) y que se me acercó y me quiso besar, pero yo sutilmente le corrí la cara y le dije "no" con el dedo argumentándome a mí mismo que "figurita repetida no completa el álbum".
Durante la semana, días en los que se le es imposible juntarse a cualquier persona, me dije a mí mismo que yo no aguantaría 5 días pensando cosas locas hasta deprimirme, o comer y comer hasta engordar. Por eso, se me ocurrió que yo podría salir a pasear... hay veces que me cuelgo leyendo literatura gay de blogs o de páginas en donde se relata historias y demás. Fue entonces como encontré historias sobre el hipódromo de Palermo, al cual yo ya había ido con Facundo y confirmamos que el mito que ahí se juntan los gays era cierto, pero cuando una vez pasamos en auto un lunes a la madrugada con los chicos, no había nadie. Mis concepciones acerca del “sexo” como actividad
placentera son raras: estuve 11 meses en sesión con la psicóloga y descubrí en parte
el por qué pero todavía sigo sin entenderme. A muchas personas les niego a
muerte que para mí el sexo es algo que no me interesa en sí, el hecho de la
penetración no me atrae, no es algo que yo quisiera porque, aparte, el
metabolismo de mi cuerpo es un tanto especial. Las personas más cercanas a mí a veces se me ríen en la cara y me tratan
de “chanta” cuando se los digo. Pero no es así, a mi no me interesa la pija como instrumento
sin cara que me da placer. Todo lo contrario, lo que me interesa es estar con
un hombre que me quiera, que podamos ser confidentes, compañeros y otras
características de chico ideal que no voy a volver a repetir. Sin embargo, hay veces que me canso de no poder encontrar, aunque sea, a alguien lindo como para poder estar un rato.
Pensé que podría ir a pasear una tarde a los bosques o alrededores del Pte. Pacífico para luego aguardar a la noche y después meterme a cojer un rato en la plaza atrás del hipódromo. Era la única forma de poder tener algo con alguien lindo aunque sea un rato... Sí, lo sé, con tan poco me conformo a veces que me da pena pero tampoco puedo estar esperando al amor de mi vida o estar siempre comiéndome a feos. Es mejor encontrarme a un lindo por un rato nomas. Había algunas cosas que me jugaba en contra: primero que yo vivo lejos, y por más que un colectivo me deje en Pza Italia, tarda casi 2 horas en llegar (el famoso colectivo 188 que tiene un historia particular); segundo: que hasta tan tarde no me podía quedar porque sino, no tendría cómo volverme a casa; y tercero que no tenía con quién ir entonces debía hacer tiempo solo y tener cuidado de cualquier riesgo de robo. Una semana antes de navidad, el martes para ser más precisos, me decidí 100% y alrededor de las 15hs salí de mi casa rumbo a Palermo. Cada vez que tengo que ir a Palermo y no estoy funcionando a contratiempo, hago una combinación rara de subtes y termino en Pte. Pacífico para después caminar.
Lo primero que hice fue sentarme en uno de los asientos al lado de las vías a alto nivel mientras escuchaba música y pensaba que era muy temprano para poder hacer algo al aire libre, casi las 15hs. En mi cabeza recordaba aquella vez que fuimos con Mauro y Gastón a Human en Crobar o a cuando salimos a Rheo con los chicos y varias salidas que tuve con distintas personas, algunas ex compañeras de la secundaria, o mismo con mi ex mejor amiga: Débora. Palermo fue un lugar que conocí de grande, a los 15 años por primera vez cuando empecé a recorrer la ciudad por mi cuenta, a veces compraba cosas por internet y las iba a retirar personalmente. A los 16 años, pasó lo de mi abuelo - historia que cuento en los primeros capítulos - y con varios familiares fuimos a pasar el día de la primavera en los bosques. Y ahora que soy más grande, conozco y frecuento otra zona de Palermo; y esto en más de una ocasión, me hizo darme cuanta que los lugares cambian mucho de noche y de día, parecieran distintos: no es lo mismo, las cosas cambian. Recuerdo un día, en abril o mayo, que anduve por la zona de AMK y me costaba asociarla o darla como conocida porque los factores que habían en la zona no eran los mismos que yo veía de noche y con "otra mirada"
Cuando veía que la gente pasaba y pasaba y que yo
solamente estaba sentado sin hacer nada, me levanté y caminé para el lado del
hipódromo a ver si a esa hora había alguien porque había leído que quizás de
día también haya muchachos con ganas de cojer. Pero era un día muy soleado y muy
temprano como para andar haciendo algo al aire libre, de paso podía investigar
más sobre la zona si caminaba “más allá” del puente a alto nivel que hay en una
parte yendo hacia la zona de Belgrano. Al pasar por el GEBA, motivos recuerdos
se me vinieron a la cabeza, de aquel recital de Katy Perry donde conocí a los
que fueron grandes amigos míos pero que ahora son sólo conocidos: entre ellos
Patricio; y además, donde también conocí a mi ex segundo platónico: Gastón C.
Fui escuchando Teenage Dream en mi celular con los auriculares puestos mientras
atravesaba el estadio y descubría algunas modificaciones que le hicieron a la
plazoleta de la entrada.
Llegué a la famosa plaza del puente colgante y no
había nadie, sólo muchos autos que pasaban a toda velocidad y personas
haciendo gimnasia contadas con los dedos de la mano. Caminé más allá, es más de
lo mismo, por eso me volví porque me estaba yendo muy lejos, entonces pensé que
podía hacer para esperar hasta que oscurezca. Lo que me gusta hacer en estos momentos
es “mandarme la parte”, por eso me fui al Mcdonalds “nuevo” de Libertador,
cerca de la Est. 3 de febrero y pedí un helado, algo sencillo que pudiera pagar
con mi tarjeta y permanecer en el lugar un rato. Vale aclarar que ese día hacía
mucho calor, adentro no había casi nadie y encima estaba el aire acondicionado
encendido que congelaba el lugar. Me senté por ahí, justo entro un muchacho
lindo que miraba, se pidió algo y se sentó, y me seguía mirando; y si hay algo
que sé es que en Palermo te podés esperar lo que sea de un chico, ya que es la
zona donde más gays se concentran por ser un barrio “top” de la capital
federal. Pero nada, creo que se levantó y se fue, yo por detrás de él hice lo
mismo, me levanté y caminé por un sendero que lleva justo a la puerta de
Crobar, me senté por ahí, un lugar turbio pero que me gustaba porque
no pasaba nadie. Seguía haciendo tiempo por eso me fui para el lado del GEBA
nuevamente y me senté ahí, quería escuchar Katy a todo volumen pero siempre
aparecía gente. Recuerdo haberme sentado casi sobre el pasto y aparecieron unos
chicos que jugaban con un balón a algún deporte, como yo les daba la espalda, sería muy evidente si me daba vuelta a cada rato aunque no debería por qué pero
bueno, me saqué algunas fotos que salieron lindas. Di unas vueltas y terminé en
el rosedal, me fui para el lado de Av. Cabildo nuevamente y a todo esto se
hicieron las 20.15hs; sin embargo, esperé a que se hicieran las 21 para
acercarme.

Pasé por el puente flotante y bajé sintiendo que
nadie estaría porque todavía era “temprano” pero me llevé una grata sorpresa: había un tumulto de hombres en la oscuridad casi contra el cerco de las
vías que nadie los veía desde la calle a no ser que se detengan a mirar con
atención. Eso estaba bueno en el lugar porque la gente puede pasar en bici o trotando no se da cuenta de lo que sucede ahí. Me hice el tonto hasta que entré en la
oscuridad, eso sería como un portal a otro lugar por lo que dije anteriormente.
Caminé y, mientras iba mirando a los chicos que había, también miré apenitas lo
que hacían los otros porque a veces llama la atención que un grupo de gente
esté reunida mirando “algo”. El activo debería encarar; por ende, cuando yo
viera a alguien que me gustara, debería quedarme en algún lugar cercano para
que captara la onda. Aunque a veces uno se queda quieto en un lugar a ver si el
que fichaste, pasa y se te acerca pero se te termina acercando los que “nadie
les da bola”. Así que estuve caminando de acá para allá, admito, con un poco de
histeria. Me quedé parado y veo un muchacho lindo, flaquito que me clavó la
mirada, entonces esperé a que se me acercara, obviamente yo mirando para
cualquier lado con tal de no ser tan obvio. Se me acercó porque la onda estaba y me
preguntó datos básicos como cómo me llamo, dónde vivo, edad y qué buscaba. La
cosa que me terminó diciendo que vayamos a la plaza de en frente que se
encuentra cruzando la avenida así estábamos más tranquilos, lo dudé pero no
tenía pinta de que me pueda hacer daño, más que el sexual.

Cruzamos mientras
seguíamos hablando, no había nadie salvo uno o dos chicos dando vuelta por ahí;
recuerdo que nos empezamos a besar y yo le toqué el bulto, no era la gran cosa,
hasta que de a poquito se fue desprendiendo el pantalón y me iba metiendo la
mano en la parte de atrás de mi pantalón para tocarme el culo. Me dijo que nos
vayamos para el centro de la plaza donde habían unos arbustos y podíamos estar
más “libres”. Nos acercamos y me agaché para chuparle la pija, tenía muy lindo
bóxer y cuerpo pero la pija chiquita. En fin, eso era para conformarme así que
cedí, él gemía suavemente viajando por el placer que le daba, prácticamente ni
me miraba porque miraba hacia arriba y hacia los costados viendo que nadie se
acercara. Yo por otro lado, siempre con los ojos cerrados, gozaba de un pequeño
“permitido” que me hacía cada tanto. A los 5 minutos me dijo que iba a acabar
así que seguí chupándosela hasta que sentí el orgasmo pero salió muy poca leche
que se confundía hasta con mi propia baba. Me levanté y él se vistió, volvimos
a la plaza Pakistán y ahí nos despedimos haciendo cada uno nuestro camino. Por
mi parte, me alejé de él y me volví a quedar parado viendo como todos pasaban a
cada rato. Me fui hasta el otro lado observando que casi no había chicos
lindos, por eso después me paré en un lugar y al rato vi como 3 muchachos se me
pusieron cerca y me miraban, pero ninguno me gustaba. Esperé a que se de lo que
sea, fue así como uno de los muchachos se me fue acercando por el costado y
después por atrás, me miraba tan descaradamente que ya era obvio que me quería
para él, pero yo no. Seguí parado y de repente ese muchacho estaba atrás de mí
en unos arbustos, tocándose el bulto, así que me di vuelta apenas y le dije
“hola”.
-Hola bonito, ¿cómo te llamás?
-Hola, Matías, ¿vos? – Mentí y él me contestó; sin
embargo yo me llevé una gran sorpresa que de cerca era lindo, era un tipo de 38
años musculoso, con brazos marcados al estilo macho, con rasgos de “papi” y eso
me gustó. Tras hablar dos boludeces más, me comió la boca de una, como si yo
fuese una galletita: abría grande su boca y me comía los dos labios, con sus
dos manos me agarraba de la cabeza y me la inclinaba para besarme
desaforadamente. Me encantó, además cuando terminaba de besarme, yo podía
sentir su saliva alrededor de mi boca. Además de aprovechar y tocarlo un poco, a él le molestaba que todos nos estén mirando: lo que se podría
traducir en que él quería cuidar a su presa, o sea yo.
-Podemos ir en frente – Le dije y él aceptó,
entonces cuando llegamos ya era un poco más de noche y habían más pibes que cuando había ido con el otro. Me siguió besando con esas ganas, no sabés si
le había gustado al chabón.
-¿Qué andás haciendo por acá, cuántos años tenés? –
Me pregunto cuando entramos en confianza mientras me miraba en la oscuridad, yo
sólo podía ver la silueta de su cara: linda.
-20 – Le respondí – Ando paseando, ya que estoy
soltero y nadie se presta para estar en pareja…
-Mmm, vos estás solo y sos peligroso – Me repitió, y
varios recuerdos se me vinieron a la cabeza como frase que me la dijo Santiago y Tony
en algún momento de mi vida. Charlamos dos cosas más y nos seguimos besando
mientras nos tocábamos, él agarró y se desabrochó el pantalón para que pueda
tocarlo mejor, y él me quiso hacer lo mismo. Como vio que yo no dejaba caer mi
pantalón al suelo, me dijo:
-Sacate, dale, acá no nos ve nadie – Sin embargo,
cuando miré bien vi a dos chicos acercándose que terminaron frenando en el
árbol que estaba frente a nosotros. Me dejé llevar por la situación más allá de
que la gente me pudiera ver, aunque estábamos aislados de la calle. Nos seguíamos besando hasta que
él se sacó la remera, y me pidió que me saque yo también, prácticamente íbamos
a terminar desnudos pero con tal de contemplar su hermoso cuerpo yo era capaz
de cojérmelo ahí. Sin embargo lo que sí hice fue casi arrodillarme y chuparle
la pija, aunque como toda pija de musculoso, es un poco chica aunque me
sorprendía porque era muy cabezona. Nunca me tocó chupar una así, no me quiero
imaginar lo que sentiría el pasivo cuando él le metiera solo la cabeza. Estuve
un buen rato ahí abajo, él me agarraba de la cabeza y me acariciaba como si yo
fuese su hijo, recuerdo que las piernas ya no me daban más de estar así, casi
arrodillado, por eso me empezaron a temblar, y además el viento (aunque era
cálido) me hizo dar frío. Tras agarrarlo
de las piernas o tocar su hermoso cuerpo mientras me la metía más y más en la
boca y lagrimear, le pedí que me acabara. Me acuerdo su mirada desde arriba,
entonces agarró su pija y se pajeó:
-¿Querés la leche, puto? – Me dijo mientras mordía
sus labios con cara de rudo – Tomá, ahí viene – Abrí la boca y, a pesar de que
su leche también se confundía con mi saliva, se la terminé de chupar, y me paré. Este
muchacho me volvió a abrazar, pero esta vez me daba besos en la cabeza y no me
quería dejar ir:
-¿Qué pasa que estás temblando, tenés frío? – Me
preguntó
-No, es que se me acalambró la pierna – Le contesté
sonriente, entonces me contó que yo le gustaba mucho y que le gustaría llevarme
a su departamento pero que ahora vino con su amigo y que tenía que volverse con
él. De hecho, yo le dije que tenía que irme porque hasta muy tarde era
imposible quedarme. Me preguntó hacia dónde me iba y le respondí que hasta Pza.
Italia, fue ahí cuando dijo que le avisara cuando me iba así me llevaba en su
coche hasta ahí. Eso significaba que me iba a dejar un rato que siga con la mía
y después nos veríamos un rato más. Nos vestimos y seguimos abrazados, era como
que no tenía ganas de dejar ir, pero al fin y al cabo me dijo que después le
avisara antes de irme. Me despidió con otro beso de lengua y de todo.
Mirando el panorama, tenía a 4 chicos mirando desde más o menos cerca, pero
cuando me vieron solo es como que se alejaron porque solo les interesaba la acción.
Me senté en unas raíces del árbol y me quedé ahí, me quedaban sólo 10 minutos
para volverme sino me quedaría sin todo tipo de transporte; fue entonces como
los chicos comenzaron a desfilar por en frente de mí. Pasó uno con short de
gimnasia, medio pasivo pero me gustó, me miró y lo miré pero siguió de largo,
pasaron algunos otros chicos en la oscuridad, y fue así cómo ese chico de short
volvió y me miró. Como yo estaba sentado, se me acercó y me preguntó qué andaba
buscando. Le contesté amablemente para que vea que había onda, por eso mismo,
al tener su bulto en mi cara, lo toqué… tenía la típica pija de pibe, por eso
se la manoteé y noté que se le puso dura pero al toque se le bajaba. Manoteó mi
pija y yo pensé que si me la quería chupar, bueno, el tema que yo no estaba tan
excitado como para que eso pase. Sacó su pija y me pidió que se la chupara un
rato, así que otra vez y por tercera vez abrí mi boca y contemplé su trozo pero
lamentablemente, sentía un olor a traspiración impresionante porque parecía que
estaba entrenando y se vino así nomás. Mucho no me gustó, igualmente se le
ponía flácida su pija porque seguramente era un versátil más tirando a pasivo. Se la guardó de repente y me dijo que iría a dar una vuelta, que más tarde
volvería.
Listo, yo ya tuve lo mío, lo que me pasó superó mis expectativas así
que me levanté y salí de ese lugar; crucé a la plaza Pakistán y tras caminar
unos pasos, lo encuentro al muchacho que me dijo que me iba a llevar, así que
le avisé. Al principio no me reconoció, hasta que me dijo que le avisaría a su
amigo. Me quedé parado dos segundos“Fue”. y dije. Por eso me di la media vuelta y salí de ahí, me
puse los auriculares, seleccioné Madonna y fue caminando escuchando música. Sin embargo, cuando pasaba por la vereda del hipódromo, miro hacia atrás y venía un
chico en rollers por la calle y, detrás de él, otro pero por la bicisenda. Se pusieron
delante de mí, el de la bici me miró cuando pasó a mi lado pero yo logré
pasarlo a los segundos porque caminé rápido y él iba lento. Eran linditos, al
instante mi mente se pervirtió pero no, seguramente eran pakis que andaban
entrenando. Entonces avancé y volví a mirar hacia atrás y estaban los dos
juntos, sólo para ver qué hacían, me detuve e hice que me ataba los cordones.
Me levanté y seguí aunque cuando vuelvo a mirar se habían quedado parados
muy atrás, más precisos en el semáforo para cruzar hacia el GEBA.
-Ah sí, eran pakis – Me auto-contesté y quedé
mirando pero cuando ellos cruzaron, el de la bici me levantó la mano en el
medio de la calle como saludándome, el de rollers hizo lo mismo. Yo me re
sorprendí y mi primera reacción fue saludarlos de la misma forma, alcé mi mano
en el aire y la sacudí como gritando “Vengan, no me dejen ir”. Como yo estaba
anonadado, me temblaron las piernas y seguí caminando derecho, ellos no se
detuvieron y siguieron su rumbo. Me lamenté tanto dejar pasar esa situación que, por mi orgullo y sobre todo por mi desconfianza, dejé pasar. Chicos de
Palermo, encima gimnastas ¡pero qué lindo! Ojalá los hubiera tenido conmigo a
los dos…
F.A.M.