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martes, abril 29, 2014

#84 - Asombroso

No sé por qué diablos cuando estoy en casa aburrido y sin hacer nada (ya que yo estaba en vacaciones aunque rindiendo algún que otro final de la facultad), me pongo a pensar en muchas cosas y, debido a la época del año (a un año de haber cortado con Joel, y a 7 meses de no saber más nada acerca de él), empecé a preguntarme qué era de su vida. En los cruces que tuvimos durante todo este tiempo traté de evitarlo, pero en el fondo había algo que me indicaba que extrañaba la relación que tuve con él porque nunca volví a vivir algo así desde que cortamos. O sea, no me refiero a cojer, como el 75% de los putos que solo acostumbra a eso y, encima, se ocultan porque no desarrollan su capacidad de amar al otro. Aclaro para toda esa gente que yo mantuve mi relación de 7 meses con Joel a escondidas y sólo lo sabían mis "amigos" cercanos y nadie más. Y nos iba bien, no andamos con eso de "No, yo ni loco me pongo en pareja con un hombre". Me sorprende que justamente los un poco más mayores a mí y los que se creen machitos de físico que, porque "no se les nota", son los que huyen a esto. Tema aparte. Yo extrañaba "compartir la vida", y mi problema de toda mi vida es que siempre estuve solo. En esos momentos, cuando conocí a Joel, necesitaba a alguien con quien compartir alguna cena, charlas en algún lugar de la Ciudad de Bs. As, que me pasaran a buscar en la facultad y demás. 


A las personas que le mencioné sobre mi idea de volver con mi ex me contestaron que ni se me ocurra pensarlo: Anabella, en parte Chris y Facundo también. O sea, no iba a volver con mi ex... era sólo ser amigos pero no tenía cómo, ya que borré su número celular y no pensaba agregarlo a facebook para que se ponga loco con todo lo que yo comento y digo sobre mi vida en general. Otra de las cosas que sucedieron antes de navidad fue que Nicolás, el chico que conocí en Puerca (que me había invitado a ver una obra de teatro), me buscaba por whatsapp y por facebook aunque, lamentablemente, yo perdí interés en él o mejor dicho, me di cuenta que no era lo que yo me imaginé cuando lo vi por primera vez. Si hablábamos por whatsapp, le contestaba de forma que captara que sólo seríamos "conocidos" y nada más. Y adelanto, que el fin de semana anterior a navidad, lo encontré cara a cara (en realidad lo veía casi todos los días en Plop/Puerca) y que se me acercó y me quiso besar, pero yo sutilmente le corrí la cara y le dije "no" con el dedo argumentándome a mí mismo que "figurita repetida no completa el álbum".

Durante la semana, días en los que se le es imposible juntarse a cualquier persona, me dije a mí mismo que yo no aguantaría 5 días pensando cosas locas hasta deprimirme, o comer y comer hasta engordar. Por eso, se me ocurrió que yo podría salir a pasear... hay veces que me cuelgo leyendo literatura gay de blogs o de páginas en donde se relata historias y demás. Fue entonces como encontré historias sobre el hipódromo de Palermo, al cual yo ya había ido con Facundo y confirmamos que el mito que ahí se juntan los gays era cierto, pero cuando una vez pasamos en auto un lunes a la madrugada con los chicos, no había nadie. Mis concepciones acerca del “sexo” como actividad placentera son raras: estuve 11 meses en sesión con la psicóloga y descubrí en parte el por qué pero todavía sigo sin entenderme. A muchas personas les niego a muerte que para mí el sexo es algo que no me interesa en sí, el hecho de la penetración no me atrae, no es algo que yo quisiera porque, aparte, el metabolismo de mi cuerpo es un tanto especial. Las personas más cercanas a mí a veces se me ríen en la cara y me tratan de “chanta” cuando se los digo. Pero no es así, a mi no me interesa la pija como instrumento sin cara que me da placer. Todo lo contrario, lo que me interesa es estar con un hombre que me quiera, que podamos ser confidentes, compañeros y otras características de chico ideal que no voy a volver a repetir. Sin embargo, hay veces que me canso de no poder encontrar, aunque sea, a alguien lindo como para poder estar un rato. 

Pensé que podría ir a pasear una tarde a los bosques o alrededores del Pte. Pacífico para luego aguardar a la noche y después meterme a cojer un rato en la plaza atrás del hipódromo. Era la única forma de poder tener algo con alguien lindo aunque sea un rato... Sí, lo sé, con tan poco me conformo a veces que me da pena pero tampoco puedo estar esperando al amor de mi vida o estar siempre comiéndome a feos. Es mejor encontrarme a un lindo por un rato nomas. Había algunas cosas que me jugaba en contra: primero que yo vivo lejos, y por más que un colectivo me deje en Pza Italia, tarda casi 2 horas en llegar (el famoso colectivo 188 que tiene un historia particular); segundo: que hasta tan tarde no me podía quedar porque sino, no tendría cómo volverme a casa; y tercero que no tenía con quién ir entonces debía hacer tiempo solo y tener cuidado de cualquier riesgo de robo. Una semana antes de navidad, el martes para ser más precisos, me decidí 100% y alrededor de las 15hs salí de mi casa rumbo a Palermo. Cada vez que tengo que ir a Palermo y no estoy funcionando a contratiempo, hago una combinación rara de subtes y termino en Pte. Pacífico para después caminar. 

Lo primero que hice fue sentarme en uno de los asientos al lado de las vías a alto nivel mientras escuchaba música y pensaba que era muy temprano para poder hacer algo al aire libre, casi las 15hs. En mi cabeza recordaba aquella vez que fuimos con Mauro y Gastón a Human en Crobar o a cuando salimos a Rheo con los chicos y varias salidas que tuve con distintas personas, algunas ex compañeras de la secundaria, o mismo con mi ex mejor amiga: Débora. Palermo fue un lugar que conocí de grande, a los 15 años por primera vez cuando empecé a recorrer la ciudad por mi cuenta, a veces compraba cosas por internet y las iba a retirar personalmente. A los 16 años, pasó lo de mi abuelo - historia que cuento en los primeros capítulos - y con varios familiares fuimos a pasar el día de la primavera en los bosques. Y ahora que soy más grande, conozco y frecuento otra zona de Palermo; y esto en más de una ocasión, me hizo darme cuanta que los lugares cambian mucho de noche y de día, parecieran distintos: no es lo mismo, las cosas cambian. Recuerdo un día, en abril o mayo, que anduve por la zona de AMK y me costaba asociarla o darla como conocida porque los factores que habían en la zona no eran los mismos que yo veía de noche y con "otra mirada"

Cuando veía que la gente pasaba y pasaba y que yo solamente estaba sentado sin hacer nada, me levanté y caminé para el lado del hipódromo a ver si a esa hora había alguien porque había leído que quizás de día también haya muchachos con ganas de cojer. Pero era un día muy soleado y muy temprano como para andar haciendo algo al aire libre, de paso podía investigar más sobre la zona si caminaba “más allá” del puente a alto nivel que hay en una parte yendo hacia la zona de Belgrano. Al pasar por el GEBA, motivos recuerdos se me vinieron a la cabeza, de aquel recital de Katy Perry donde conocí a los que fueron grandes amigos míos pero que ahora son sólo conocidos: entre ellos Patricio; y además, donde también conocí a mi ex segundo platónico: Gastón C. Fui escuchando Teenage Dream en mi celular con los auriculares puestos mientras atravesaba el estadio y descubría algunas modificaciones que le hicieron a la plazoleta de la entrada. 

Llegué a la famosa plaza del puente colgante y no había nadie, sólo muchos autos que pasaban a toda velocidad y personas haciendo gimnasia contadas con los dedos de la mano. Caminé más allá, es más de lo mismo, por eso me volví porque me estaba yendo muy lejos, entonces pensé que podía hacer para esperar hasta que oscurezca. Lo que me gusta hacer en estos momentos es “mandarme la parte”, por eso me fui al Mcdonalds “nuevo” de Libertador, cerca de la Est. 3 de febrero y pedí un helado, algo sencillo que pudiera pagar con mi tarjeta y permanecer en el lugar un rato. Vale aclarar que ese día hacía mucho calor, adentro no había casi nadie y encima estaba el aire acondicionado encendido que congelaba el lugar. Me senté por ahí, justo entro un muchacho lindo que miraba, se pidió algo y se sentó, y me seguía mirando; y si hay algo que sé es que en Palermo te podés esperar lo que sea de un chico, ya que es la zona donde más gays se concentran por ser un barrio “top” de la capital federal. Pero nada, creo que se levantó y se fue, yo por detrás de él hice lo mismo, me levanté y caminé por un sendero que lleva justo a la puerta de Crobar, me senté por ahí, un lugar turbio pero que me gustaba porque no pasaba nadie. Seguía haciendo tiempo por eso me fui para el lado del GEBA nuevamente y me senté ahí, quería escuchar Katy a todo volumen pero siempre aparecía gente. Recuerdo haberme sentado casi sobre el pasto y aparecieron unos chicos que jugaban con un balón a algún deporte, como yo les daba la espalda, sería muy evidente si me daba vuelta a cada rato aunque no debería por qué pero bueno, me saqué algunas fotos que salieron lindas. Di unas vueltas y terminé en el rosedal, me fui para el lado de Av. Cabildo nuevamente y a todo esto se hicieron las 20.15hs; sin embargo, esperé a que se hicieran las 21 para acercarme.



Pasé por el puente flotante y bajé sintiendo que nadie estaría porque todavía era “temprano” pero me llevé una grata sorpresa: había un tumulto de hombres en la oscuridad casi contra el cerco de las vías que nadie los veía desde la calle a no ser que se detengan a mirar con atención. Eso estaba bueno en el lugar porque la gente puede pasar en bici o trotando no se da cuenta de lo que sucede ahí. Me hice el tonto hasta que entré en la oscuridad, eso sería como un portal a otro lugar por lo que dije anteriormente. Caminé y, mientras iba mirando a los chicos que había, también miré apenitas lo que hacían los otros porque a veces llama la atención que un grupo de gente esté reunida mirando “algo”. El activo debería encarar; por ende, cuando yo viera a alguien que me gustara, debería quedarme en algún lugar cercano para que captara la onda. Aunque a veces uno se queda quieto en un lugar a ver si el que fichaste, pasa y se te acerca pero se te termina acercando los que “nadie les da bola”. Así que estuve caminando de acá para allá, admito, con un poco de histeria. Me quedé parado y veo un muchacho lindo, flaquito que me clavó la mirada, entonces esperé a que se me acercara, obviamente yo mirando para cualquier lado con tal de no ser tan obvio. Se me acercó porque la onda estaba y me preguntó datos básicos como cómo me llamo, dónde vivo, edad y qué buscaba. La cosa que me terminó diciendo que vayamos a la plaza de en frente que se encuentra cruzando la avenida así estábamos más tranquilos, lo dudé pero no tenía pinta de que me pueda hacer daño, más que el sexual.  

Cruzamos mientras seguíamos hablando, no había nadie salvo uno o dos chicos dando vuelta por ahí; recuerdo que nos empezamos a besar y yo le toqué el bulto, no era la gran cosa, hasta que de a poquito se fue desprendiendo el pantalón y me iba metiendo la mano en la parte de atrás de mi pantalón para tocarme el culo. Me dijo que nos vayamos para el centro de la plaza donde habían unos arbustos y podíamos estar más “libres”. Nos acercamos y me agaché para chuparle la pija, tenía muy lindo bóxer y cuerpo pero la pija chiquita. En fin, eso era para conformarme así que cedí, él gemía suavemente viajando por el placer que le daba, prácticamente ni me miraba porque miraba hacia arriba y hacia los costados viendo que nadie se acercara. Yo por otro lado, siempre con los ojos cerrados, gozaba de un pequeño “permitido” que me hacía cada tanto. A los 5 minutos me dijo que iba a acabar así que seguí chupándosela hasta que sentí el orgasmo pero salió muy poca leche que se confundía hasta con mi propia baba. Me levanté y él se vistió, volvimos a la plaza Pakistán y ahí nos despedimos haciendo cada uno nuestro camino. Por mi parte, me alejé de él y me volví a quedar parado viendo como todos pasaban a cada rato. Me fui hasta el otro lado observando que casi no había chicos lindos, por eso después me paré en un lugar y al rato vi como 3 muchachos se me pusieron cerca y me miraban, pero ninguno me gustaba. Esperé a que se de lo que sea, fue así como uno de los muchachos se me fue acercando por el costado y después por atrás, me miraba tan descaradamente que ya era obvio que me quería para él, pero yo no. Seguí parado y de repente ese muchacho estaba atrás de mí en unos arbustos, tocándose el bulto, así que me di vuelta apenas y le dije “hola”.
-Hola bonito, ¿cómo te llamás?
-Hola, Matías, ¿vos? – Mentí y él me contestó; sin embargo yo me llevé una gran sorpresa que de cerca era lindo, era un tipo de 38 años musculoso, con brazos marcados al estilo macho, con rasgos de “papi” y eso me gustó. Tras hablar dos boludeces más, me comió la boca de una, como si yo fuese una galletita: abría grande su boca y me comía los dos labios, con sus dos manos me agarraba de la cabeza y me la inclinaba para besarme desaforadamente. Me encantó, además cuando terminaba de besarme, yo podía sentir su saliva alrededor de mi boca. Además de aprovechar y tocarlo un poco, a él le molestaba que todos nos estén mirando: lo que se podría traducir en que él quería cuidar a su presa, o sea yo.
-Podemos ir en frente – Le dije y él aceptó, entonces cuando llegamos ya era un poco más de noche y habían más pibes que cuando había ido con el otro. Me siguió besando con esas ganas, no sabés si le había gustado al chabón.
-¿Qué andás haciendo por acá, cuántos años tenés? – Me pregunto cuando entramos en confianza mientras me miraba en la oscuridad, yo sólo podía ver la silueta de su cara: linda.
-20 – Le respondí – Ando paseando, ya que estoy soltero y nadie se presta para estar en pareja…
-Mmm, vos estás solo y sos peligroso – Me repitió, y varios recuerdos se me vinieron a la cabeza como frase que me la dijo Santiago y Tony en algún momento de mi vida. Charlamos dos cosas más y nos seguimos besando mientras nos tocábamos, él agarró y se desabrochó el pantalón para que pueda tocarlo mejor, y él me quiso hacer lo mismo. Como vio que yo no dejaba caer mi pantalón al suelo, me dijo:

-Sacate, dale, acá no nos ve nadie – Sin embargo, cuando miré bien vi a dos chicos acercándose que terminaron frenando en el árbol que estaba frente a nosotros. Me dejé llevar por la situación más allá de que la gente me pudiera ver, aunque estábamos aislados  de la calle. Nos seguíamos besando hasta que él se sacó la remera, y me pidió que me saque yo también, prácticamente íbamos a terminar desnudos pero con tal de contemplar su hermoso cuerpo yo era capaz de cojérmelo ahí. Sin embargo lo que sí hice fue casi arrodillarme y chuparle la pija, aunque como toda pija de musculoso, es un poco chica aunque me sorprendía porque era muy cabezona. Nunca me tocó chupar una así, no me quiero imaginar lo que sentiría el pasivo cuando él le metiera solo la cabeza. Estuve un buen rato ahí abajo, él me agarraba de la cabeza y me acariciaba como si yo fuese su hijo, recuerdo que las piernas ya no me daban más de estar así, casi arrodillado, por eso me empezaron a temblar, y además el viento (aunque era cálido) me hizo dar frío.  Tras agarrarlo de las piernas o tocar su hermoso cuerpo mientras me la metía más y más en la boca y lagrimear, le pedí que me acabara. Me acuerdo su mirada desde arriba, entonces agarró su pija y se pajeó:

-¿Querés la leche, puto? – Me dijo mientras mordía sus labios con cara de rudo – Tomá, ahí viene – Abrí la boca y, a pesar de que su leche también se confundía con mi saliva, se la terminé de chupar, y me paré. Este muchacho me volvió a abrazar, pero esta vez me daba besos en la cabeza y no me quería dejar ir:

-¿Qué pasa que estás temblando, tenés frío? – Me preguntó

-No, es que se me acalambró la pierna – Le contesté sonriente, entonces me contó que yo le gustaba mucho y que le gustaría llevarme a su departamento pero que ahora vino con su amigo y que tenía que volverse con él. De hecho, yo le dije que tenía que irme porque hasta muy tarde era imposible quedarme. Me preguntó hacia dónde me iba y le respondí que hasta Pza. Italia, fue ahí cuando dijo que le avisara cuando me iba así me llevaba en su coche hasta ahí. Eso significaba que me iba a dejar un rato que siga con la mía y después nos veríamos un rato más. Nos vestimos y seguimos abrazados, era como que no tenía ganas de dejar ir, pero al fin y al cabo me dijo que después le avisara antes de irme. Me despidió con otro beso de lengua y de todo. 

Mirando el panorama, tenía a 4 chicos mirando desde más o menos cerca, pero cuando me vieron solo es como que se alejaron porque solo les interesaba la acción. Me senté en unas raíces del árbol y me quedé ahí, me quedaban sólo 10 minutos para volverme sino me quedaría sin todo tipo de transporte; fue entonces como los chicos comenzaron a desfilar por en frente de mí. Pasó uno con short de gimnasia, medio pasivo pero me gustó, me miró y lo miré pero siguió de largo, pasaron algunos otros chicos en la oscuridad, y fue así cómo ese chico de short volvió y me miró. Como yo estaba sentado, se me acercó y me preguntó qué andaba buscando. Le contesté amablemente para que vea que había onda, por eso mismo, al tener su bulto en mi cara, lo toqué… tenía la típica pija de pibe, por eso se la manoteé y noté que se le puso dura pero al toque se le bajaba. Manoteó mi pija y yo pensé que si me la quería chupar, bueno, el tema que yo no estaba tan excitado como para que eso pase. Sacó su pija y me pidió que se la chupara un rato, así que otra vez y por tercera vez abrí mi boca y contemplé su trozo pero lamentablemente, sentía un olor a traspiración impresionante porque parecía que estaba entrenando y se vino así nomás. Mucho no me gustó, igualmente se le ponía flácida su pija porque seguramente era un versátil más tirando a pasivo. Se la guardó de repente y me dijo que iría a dar una vuelta, que más tarde volvería.

Listo, yo ya tuve lo mío, lo que me pasó superó mis expectativas así que me levanté y salí de ese lugar; crucé a la plaza Pakistán y tras caminar unos pasos, lo encuentro al muchacho que me dijo que me iba a llevar, así que le avisé. Al principio no me reconoció, hasta que me dijo que le avisaría a su amigo. Me quedé parado dos segundos“Fue”. y dije. Por eso me di la media vuelta y salí de ahí, me puse los auriculares, seleccioné Madonna y fue caminando escuchando música. Sin embargo, cuando pasaba por la vereda del hipódromo, miro hacia atrás y venía un chico en rollers por la calle y, detrás de él, otro pero por la bicisenda. Se pusieron delante de mí, el de la bici me miró cuando pasó a mi lado pero yo logré pasarlo a los segundos porque caminé rápido y él iba lento. Eran linditos, al instante mi mente se pervirtió pero no, seguramente eran pakis que andaban entrenando. Entonces avancé y volví a mirar hacia atrás y estaban los dos juntos, sólo para ver qué hacían, me detuve e hice que me ataba los cordones. Me levanté y seguí aunque cuando vuelvo a mirar se habían quedado parados muy atrás, más precisos en el semáforo para cruzar hacia el GEBA.
-Ah sí, eran pakis – Me auto-contesté y quedé mirando pero cuando ellos cruzaron, el de la bici me levantó la mano en el medio de la calle como saludándome, el de rollers hizo lo mismo. Yo me re sorprendí y mi primera reacción fue saludarlos de la misma forma, alcé mi mano en el aire y la sacudí como gritando “Vengan, no me dejen ir”. Como yo estaba anonadado, me temblaron las piernas y seguí caminando derecho, ellos no se detuvieron y siguieron su rumbo. Me lamenté tanto dejar pasar esa situación que, por mi orgullo y sobre todo por mi desconfianza, dejé pasar. Chicos de Palermo, encima gimnastas ¡pero qué lindo! Ojalá los hubiera tenido conmigo a los dos…



F.A.M.