skip to main |
skip to sidebar
#213 - Rock-a-bye Baby [Parte III]
En mi caso, me desperté porque lo veía a Dylan sin sueño a mi lado y con su celular en la mano (desconfiaba un poco), y Miqueas que dormía totalmente desparramado en la cama y casi no me dejaba lugar. Cuando los tres nos levantamos, nos preguntamos qué hacer y, primero, desayunamos. Miqueas tenía algunas actitudes que me hacían ver reflejado a Naim en él. Cuando tomó yogur y le quedaban los labios o como se suele decir, 'los bigotes', me hacía acordar cuando éramos chicos y Naim tenía esos comportamientos como de nenito torpe. No sé, como de nenito canchero, pero que no se daba cuenta. Decidimos maquillarnos e ir a pasar la tarde al aire libre, precisamente a la plaza esa grande que a mí me enamora ir y estar, cerca de la casa donde los conocí a ellos.
Hasta ahí estuvo todo bien, pero cuando salimos de mi departamento, Miqueas se puso raro, serio, callado y no sé por qué. Le molestaba cómo él estaba vestido; sin embargo, yo empecé a hablar con Dylan de chicos y de los culos. Temo que eso le haya molestado a Miqueas porque, al llegar a la plaza, me trataba despectivo y me hacía aparte como que él y Dylan eran ellos los dos unidos. ¿Se habrá puesto celoso? Eso me molestó y hasta me hizo sentir incómodo, y pensé en que los tenía que seguir bancando un día más. En dos ocasiones repetí que ya estaba aburrido en la plaza y si daba para volvernos o ir a otro lado, la primera me contestó Miqueas que no, que ellos estaban bien. La segunda, Dylan me dijo que en un rato nos volveríamos. Miqueas me pidió si le podía pasar WI-FI con mi celular porque tenía que contestar unos mensajes y le pasé, pero fue la peor acción que pude hacer ya que Dylan se conectó también y se la pasaron en Grindr hablando con todos y hasta en Whatsapp. Es más, hasta noté que se hablaban entre ellos por Grindr y me pareció de muy mal gusto. No me agradó que hablen a mis espaldas por más que se pasaran screenshoots de perfiles para ver cuáles les parecían lindos y con cuáles arreglaban para ligar. Como no la cortaban más y me sentía aburridisímo, miré la batería y me quedaba 1%, entonces le dije que tenía que apagar el Wi-Fi porque sino, se me moría el celu. Y ahí pasamos el resto de la tarde boludeando, aunque ellos no parecían aburridos. Mientras tanto, yo empecé a hablar con Tobías.
Cuando Dylan propuso volvernos, Miqueas tampoco quería, pero ya no había más nada para hacer y sentí que nos habíamos cansado. Volviendo a casa, entablamos una charla de las veces que nos habíamos enamorado y qué difícil que era llegar a sentir ese sentimiento. Dylan, el que a mí más me interesaba, contó que siempre sintió atracción por personas a las cuales nunca llegó a nada como un compañero de escuela y a mí me hizo acordar a mi compañero que nos conocíamos desde jardín y que en cuarto año de secundaria empezó a mirarme con otros ojos, pero que no nos podíamos acercar por cuestiones de vergüenza supongo y de grupos sectarios dentro del aula. Tampoco obvié en contar los relatos de Martín y de Ian, los dos amores de mi vida y aunque me pese, me marcaron y no hay nada para hacer para revertir eso. Llegamos a casa y comimos algo sencillito, ellos me dieron mucha cosa porque me contaron que estaban acostumbrados a no comer y eso fue un llamado de atención porque era complicado no comer por andar jugando a los chicos rebeldes o viciosos de droga y sexo, ando por la vida sin que me importe nada.
Si hablamos de cosas que sucedieron para la
misma del 2018, tenemos que hablar de Byron porque, cuando vio que Dylan
y Miqueas subieron fotos de perfil de Grindr en mi casa (Miqueas tenía
su IG en el perfil de Grindr), armó un escándalo. Se puso denso que a
toda costa quería saber si yo estaba con ellos, si habíamos garchado,
que no sé qué. Y empezamos a discutir porque se había puesto cargoso y hasta les habló
a ellos por Grindr y les preguntó si seguían en mi casa. O sea, ¿cómo se
atreve? Yo les había mencionado a ellos acerca de Byron, que tuviesen cuidado, y de Tobías también porque podía verlos con la foto en mi casa. En realidad, podría haberles prohibido que se sacaran fotos en mi casa porque, recordemos, el último que se sacó una foto en mi casa, hubo problemas con Elías ya que él se estaba hablando con ese chico. Aunque por el otro lado, yo no tengo que darle explicaciones a nadie porque estoy soltero y se acabó el tema. Le dije a Miqueas y a Dylan que lo bloquearan a Byron porque se iba a poner denso, y así fue. Me culpó a mí que ellos lo bloquearan, entonces le conté la verdad: que ellos no querían que nadie les pregunte dónde están y con quiénes. Aparte, me mintió diciendo que ellos le enviaron un tap a él. Y fue al contrario, siendo que Miqueas se lo devolvió. Aparte de mentiroso, Byron se ofendió y terminamos como hace un año, peleados, aunque esta vez la discusión no fue tan fuerte.
El sol caía y nosotros hablamos de lo que íbamos a hacer a la noche. Dylan y Miqueas estaban preocupados porque los puchos se les habían terminado y necesitaban a alguien que se los comprara, obviamente yo ya no iba a bancarles todos los vicios porque no era quién. Pero como ellos estaban acostumbrados, necesitaban de alguien y eso se pagaba con algún favor sexual. La noche anterior, Dylan había estado hablando con un pibe de acá de Lomas que a toda costa quería venir porque vio que éramos tres. Ese mismo pibe le volvió a hablar y él nos preguntó si era factible traerlo para tener sexo. El pibe parecía lindo, aunque yo estaba seguro que quería estar más con Dylan (por eso se hablaban ellos, además de que Dylan es lindito), entonces me iba a sentir mal si venía a mi casa y yo no iba a obtener beneficio alguno. Sin embargo, para que viniera a tener sexo con nosotros, debía traer algo de alcohol y cigarrillo para ellos. El chico contestó que no tenía plata y que alcohol no iba a tomar porque trabajaba al día siguiente; así que ni a mí ni a Miqueas nos convenció esa contestación ya que quería fiesta y gratis. Nosotros sin beneficio alguno. Dylan terminó arreglando con otro (que nunca apareció) que sí iba a traer algo de tomar y cigarrillos. Mientras tanto, Dylan se terminó tirando en la cama mientras Miqueas se metía a bañar. Así se hizo la hora.
El que Dylan había conseguido, nunca apareció ni contestó más en Grindr. Yo le dije que ese era falso, pero a ellos pareció no afectarles. Por lo tanto, recurrimos al otro, pero le pedimos que trajera cigarrillos al menos. Yo también estaba afectado porque, a pesar de mi larga trayectoria, nunca había hecho un cuarteto. Lo máximo que hice fue una orgía oral en el sauna hace mucho tiempo. A todo esto, Dylan no podía despertarse, Miqueas se la pasó como una hora en el baño y se lastimó las nalgas tras afeitarse. Como anterior a todo esto, habíamos ido a comprar un vodka, lo empezamos a tomar hasta que el chico llegó alrededor de la 1.30am. Parecía buena onda, de hecho, terminamos charlando de cualquier boludes mientras estábamos entados en mi cama con las ventanas abiertas. Ese fue el preludio para después terminar chapando Miqueas y el chico, y Dylan conmigo. Miqueas rápidamente le bajó los pantalones y se la empezó a mamar, yo hice lo mismo con Dylan. Después intercambiamos y yo fui a chapar y chuparle la pija al chico este en cuestión. El tiempo iba pasando, pasamos de chapes intensos y de chupadas de pijas (a Dylan se la chupamos los tres) a pasar casi a la penetración. El primero que me penetró fue el chico este mientras me decía cosas como que yo tenía el re orto (que todos me lo dicen últimamente y no siento que sea un cliché) que le encantaba y que iba a pasar a garcharme más seguido si yo quería. Hizo referencia mientras estábamos garchando a por qué yo estaba solo si era lindo y tenía todo. Entonces le respondí que no servía para eso, que no era mi momento. Cuando intercambiamos, Dylan me la puso con la pija gomosa, y el chico fue a ponérsela a Miqueas.
Miqueas estaba raro, dijo que le dolía, que no quería ser de pasivo y hasta la embarró un toque, por eso se fue al baño y se tardó bastante. Parecía que el poco vodka que tomamos le cayó para el orto, pero además, estaba con sueño y "cansado de hacer tríos porque venían cogiendo desde año nuevo sin parar". Palabras textuales de Miqueas. El cuarteto se redujo a tres y ahí empezamos a chupárnosla, a que me garcharan un rato cada uno. Sin embargo, cuando intentaron hacer la doble penetración conmigo, al rato había salido embarrada y también fui a hacerme un videtazo express. Miqueas estaba tirado en la tina, a punto de dormirse. Yo después volví a la acción y lo encontré a Dylan poniéndose al chico lo que supuse que ellos no perderían tiempo y, de paso, el chico se sacaría las ganas de que Dylan se lo garche.
Volvimos a intentar la doble conmigo, de diversas maneras, pero terminamos haciendo escalerita. Dylan se la ponía al chico y el chico a mí. Cuando yo ya no aguanté más porque me ardía el culo, paramos y preferimos volver a las chupadas y tratar de acabar. Sin embargo, Miqueas salió del baño hecho un zombie y se tiró en la cama para dormir mientras nosotros estábamos en pleno garche. Habíamos seguido como pudimos, pero al momento de acabar, Miqueas se puso en tarado y empezó a hablar cosas sin sentido y a jodernos, por eso se nos hizo imposible acabar. Miqueas se puso a chuparle la pija a Dylan, más tarde cambió con el chico quien fue el único que acabó. Dylan y yo no pudimos. Volvimos a la normalidad porque ya estaba amaneciendo. El chico se vistió y lo acompañé a la salida, en eso me dijo:
-¿Hace cuanto los estás alojando? ¿Desde cuándo están? - Y me shockeó lo que me preguntó porque se notó al toque que lo único que quería era sacarse las ganas de garchar con Dylan y que no le parecía correcto cómo se comportaban ambos. Le conté que estaban desde ayer nomas y que al otro día se tenían que ir porque yo andaba intentando algo con un chico, Tobías - Ah, Es bueno saberlo - Me contestó y, supuse, que ya no me iba a hablar para garchar. Al volver a mi departamento, le tiré indirectas a Miqueas que por ponerse a boludear, nosotros no habíamos podido acabar, que yo no me había podido concentrar. Él pidió disculpas. Dylan me ayudó a lavar los platos mientras yo cocinaba porque tenía mucho hambre, Miqueas falleció en la cama y no comió.
Al mediodía, después de dormirnos, me levanté y limpié todo porque Tobías podía venir esa tarde. Los chicos quedaron durmiendo, pero en mi cabeza giraba lo que el chico me había dicho, eso de alojarlos. Mis amigos también me habían hecho escenas de por qué traía gente desconocida a mi casa, sin embargo, ellos no entienden mi forma de vivir y tampoco entienden mi sexto sentido. Toco madera, pero jamás viví situaciones complicadas con alguien que traje a mi casa. Además, Dylan y Miqueas eran unos amores; pero estaban muy mimetizados y sentí que yo no podía estar con ellos y ser un grupo de tres. Tras almorzar, les conté que Tobías podía venir y que ellos tenían que irse. Quedamos en contacto, pero sinceramente, me gusta estar más solo a veces que con personas cuasi convivencia.
F.A.M.