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#33 - Encontramos el Amor [Novios Parte II]

Un domingo
a la tarde arreglé con Joel para vernos en la estación de Lomas de
Zamora, él era de zona sudeste así que le venía bien ese lugar. Al
encontrarnos, nos saludamos y lo invité un helado, la zona de Lomas es
media desierta los domingos a la tarde pero mejor para nosotros,
caminamos hasta la Plaza principal y nos sentamos pero al ver mucha
gente y que nada podíamos hacer, nos fuimos hasta una de las calles
cerca de las vías. Nos sentamos en una esquina oscura y seguimos
besándonos como aquel día, besos y más besos aunque ninguno de los dos
íbamos a quedarnos con eso solo, por ende yo quería encontrar un lugar
donde hacer cosas sucias y deduje que las cuadras cerca de las vías a
esa hora nadie iba a estar. Por eso recorrimos hasta que nos sentamos
afuera de una casa casi al lado de las vías, una cuadra corta y
estuvimos un buen rato hasta que llegaron los dueños en auto y por
cuenta propia nos retiramos. Seguimos caminando yendo hacia Banfield
hasta que encontramos un pasaje paralelo a la vía y caminamos y
encontramos una vereda con una montaña de ramas de árboles y hojas
(habían podado y dejaron todo ahí). Parecía un buen lugar para tocarnos
un buen rato, así que procedimos a lo nuestro y esta vez le dije que yo
me iba a acostar en el piso y el me ponga su pija en mi boca.

Él
lo hizo al pie de la letra y así estuvimos un rato hasta que desde lo
lejos vimos gente venir; nos hicimos los tontos y dejamos pasar
tranquilamente por la calle a dos chicos, uno en bicicleta y el otro
caminando. Continuamos con lo nuestro hasta que uno de esos chicos
volvió y nos vió en algo raro, continuó unos pasos y se detuvo en la
esquina... y ahora volvía hacia donde estábamos nosotros. "Pensó que
había un robo" Le dije yo a Joel pero pasó de largo otra vez. "Fijate si
está ahí" Me ordenó él y cuando miré hacia atrás de la montaña de
ramas, ese muchacho estaba ahí. "Hola, ¿está todo bien?" Nos preguntó y
con Joel nos levantamos incómodos. "Si quieren chicos ustedes sigan, yo
me uno, le chupo la pija a los 2" Propuso ese desconocido mientras yo me
reía y Joel asustado decía 'no' a su sugerencia. "Recién fui a
acompañar a un chico con el cual tuve relaciones hace un rato, me voy y
vuelvo para que lo piensen" En ese momento Joel y yo salimos a correr
para evitar esa situación vergonsoza para nosotros y de cara rota para
el muchacho ese. Volvimos unas cuadras antes cruzando la vía y empezamos
a besarnos, nos sentamos, nos abrazamos y hablamos más profundamente.
Palabras, mimos, alzarlo en mis brazos, apoyarlo contra la pared y demás
situaciones vivíamos ambos y durante la charla se me escapó un 'Te
Amo'... "Te Amo Joel" Lo dije y tal parece el me contestó de la misma
forma, por eso se acababa de convertir en mi novio, mi primer novio.
Estábamos tan exaltadísimos pero era tarde y cada uno debía volver a
casa, por eso lo acompañé hasta la parada del colectivo y justo en
frente había un telo. Dudamos tanto en entrar o no, que le prometí
llevarlo a mi casa una noche para estar más tranquilos, la primera vez
que iba a llevar a alguien.
¿Qué estoy pensando? Me pregunta a mí mismo
después, mis sentimientos estaban confundidos pero no me arrepentía de
haber dicho semejante frase 'Te Amo' a alguien que conocía menos de una
semana. A los
pocos días nos volvimos a ver en Puerto Madero, él estudia cerca,
entonces pusimos ese lugar para otro encuentro (yo tengo casi 1:15 hora
desde mi casa). Ya estábamos más sueltos, y como ahora era mi novio, le
dije que se sentara encima de mí mirándome a la cara para poder
besarnos. Pero en parte eso me aburría, esta vez quería que me acabara
en la boca, de alguna u otro forma quería saborear su leche de pendejo.
Así que en un momento nos escapamos de la mirada de los guardias y nos
metimos en un pequeño jardín que había cerca de una obra en
construcción, pelamos nuestras pijas y la empezamos a refregar, me
estaba re calentando hasta que vemos a lo lejos una mujer y un hombre
acusándonos con el guardia de seguridad. Por reflejo, salimos a correr
hacia un lugar desconocido y terminamos en la Plaza, era el lugar
perfecto, plaza grande, oscura, con varios rincones donde podía chuparle
la pija tranquilo, con poco movimiento de gente. Lo llevé al lado de
unas escaleras y lo apoyé contra la pared, le bajé los pantalones y
empecé a succionarle la pija. Estuve muchísimo tiempo así pero no
acababa, hacía lo posible pero capaz el lugar no era adecuado, no
importaba, terminamos hablando de nuestras vidas para ir conociéndonos
mejor aunque ya éramos pareja. Cuando
volvía a casa solo, me di cuenta que la gente del colectivo me miraba
raro, sin embargo cuando llegue a Once y bajé de ese colectivo, me di
cuenta que mi campera negra, estaba manchada con blanco a la altura del
cuello. Eran gotas de saliva que Joel usaba para lubricarse la pija.
Tenía novio y era algo que lo había pensado muy bien, hasta el día de hoy es una cosa de
la que no me arrepiento; sin embargo el hecho de haberme puesto en
pareja mientras asumía que rompí con el amor de mi vida (post-depresión)
y el no conocerlo a Joel, hizo que a los 3 meses el amor no fuese el
mismo que cuando lo conocí... Si iba a ser mi novio, teníamos que tener
una relación con lazos unidos y seria, por eso pensé mucho en traerlo a
mi casa y que se quede algunas noches. Tampoco daba pagar un telo cada
vez que queramos cojer porque era obvio que ambos íbamos a caer en
bancarrota. Problemas en traerlo a mi casa, yo no tenía, de hecho tengo
una habitación para mi solo con todas las comodidades: podíamos cerrar
la puerta con llave, el baño está en frente de mi habitación y no hacía
falta pasar por el comedor, la cocina o el dormitorio de mis papás. Tanto mi mamá como mi papá no saben que soy gay
ni tampoco me interesa que lo sepan, yo siempre fui un chico libre y
hasta el día de hoy lo sigo siendo, y más ahora que soy grande. No
siento la necesidad de decírselos todavía.
La
primera vez que lo traje, nos habíamos encontrado en Puerto Madero y
después de pasear un rato, emprendimos viaje hacia mi casa; obviamente
era de noche. Con este chico, Joel, implementé casi inconscientemente
muchas cosas que fui adquiriendo de los otros chicos con los que había
estado, sabía que tenía que estar bañadito y limpito cuando nos veíamos,
con un lindo boxer, ambientar mi habitación con chocolates y alguna
bebida para la noche, charlar y después empezar con la previa y que sea
duradera, etc. Así siempre fueron nuestros encuentros, hasta el último
día, prácticamente se venía una noche a mi casa y a la mañana se volvía a
trabajar. Para mí fue algo light estar en pareja, en el sentido que
pude ocuparme mejor de mi trabajo y de mis estudios, ya que no estaba
pensando en salir para encontrar algún chico lindo, con Joel ya me
conformaba.

Una de las
primeras salidas a bailar, él me llevó con sus amigos, un grupo de gays
y lesbianas de nuestra misma edad, ese día nos encontramos en Parque
Patricios porque una de sus amigas vivía por ahí cerca, después nos
fuimos para la zona de Plaza Italia. Me sentí un poco raro porque hasta
ese momento nunca había estado con muchos gays y lesbianas, no podía
soltarme y ellos eran más naturales. Igual la pasamos bien bailando.

Las
veces que no podíamos cojer a la noche, lo hacíamos cuando llegábamos a
mi casa, cansados o no igual me cojía. Llegábamos muy calientes y era
imposible dormir en la misma cama y que no nos toquemos. A mí me
excitaba el hecho de que a él se la parara cuando estábamos en la cama, y
yo putito, directamente me la metía en la boca y le hacía un pete
hasta que se me cansara la boca. A la hora de la penetración me daba
duro y me encantaba, a veces se me ponía la piel de gallina y me gustaba
que él sientiera cuando eso me pasaba, era señal de que la estaba
pasando bien y que yo gozaba. Siempre me la metía hasta el fondo,
siempre le pedía más, me volvía loco la idea de que entrara hasta las
bolas, siempre fui muy extremista. Cuando iba a acabar siempre se la
pedía en la boca, y una de las cosas que más me gusta hacer, hasta el
día de hoy, es tragar la leche, obviamente él no tenía problema, así que
me la daba en la boca. Como éramos pareja, se suponía que yo también
tenía que acabar, y la forma que a mi me gustaba era, una vez que me
tragué la lechita, sentarme en su pija así me la metía y me pajeaba
hasta que acababa sobre su cuerpo. Eso es una sensación muy placentera:
acabar mientras tenés la pija adentro.
Frente
a mi historia que él no la conocía completa, insistió en que nos
hagamos juntos el análisis de VIH para corroborar que yo esté sano,
obviamente, tras contarle lo que el loco de Juan me dijo a principio de
año. A ver, yo estaba seguro de mí mismo, yo sabía que lo del contagio
era mentira pero Joel me lo pidió y como éramos novio, cedí. Un día nos
encontramos en Corrientes y Callao y fuimos a un lugar LGBT específico
donde podías realizarte distintos tipos de análisis y darte las
inyecciones necesarias gratuitamente. El resultado tardó 2 semanas sin
embargo yo lo viví con cierta preocupación pero por suerte dio
negativo.
F.A.M.