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jueves, enero 17, 2019

#214 - Todas Estas Peleas

A todo esto yo ya había planeado la orgía con Dylan, Miqueas y el otro, cuando me venía hablando con Tobías. Tengo que aceptar que tenía muchas ganas de verlo, no sé, sentía que tener algo serio con él, me entusiasmaba. Sin embargo, el día que despedí a mis nuevos dos amigos, Tobías no vino porque el padre se iba de vacaciones y, por lo tanto, tenía que quedarse a cuidar la casa. Sinceramente, me sonó a excusas porque desde antes ya venía dándome vueltas y yo me di cuenta. Primero, empezó a poner excusas que no tenía efectivo para un Uber, que llovía para venirse en colectivo; entonces le propuse pagarle el Uber y empezó con que salía caro o que lo fuese a buscar en un remis. En realidad, yo no tenía ganas de salir, mejor dicho quería que el viniera para hablar primero. Habíamos hecho una videollamada anteriormente para poder vernos a pesar de no estar juntos. Recién pudimos volver a congeniar para vernos a los dos días siguientes.


Llegó también en un remis porque no conseguía Uber y me contó que se había vuelto a mudar solo, en un departamento en lo de su abuela. Si bien, ya me lo había comentado por Whatsapp, ahora me detalló cosas y me surgió la desconfianza nuevamente. Cuando se acomodó y nos tiramos en la cama para besarnos, nos pusimos a charlar acerca de lo mismo: qué queríamos ser, a qué estábamos dispuestos, cuáles eran nuestros planes a futuro, y si queríamos concretar. Creo que jamás fui tan sincero con alguien como con Tobías. No estaba tan seguro si ponerme de novio, pero sentí que tenía que dejarme llevar y darle una oportunidad a estar con alguien después de tanto tiempo estando solo. Me preocupaba el hecho de cómo hacer con los bienes materiales de a dos en el futuro, no estaba seguro. En mi última relación, no llegamos a eso pero íbamos por ese camino aunque mi ex no quería compartir nada conmigo cuando yo lo daba todo sin importar nada a cambio. Ahora, lo pienso dos veces. Ya no soy un chico cuasi adolescente (por más que lo aparente) como para jugar a eso de “no importa el futuro, lo que vale es el presente”. Es más, le estaba demostrando pasión a Tobías para que viera que él me importaba. Creo que con nadie intenté tantas veces. También tocamos el tema de “pareja abierta” y/o terceros y le expliqué mi punto de vista y la diferencia entre esos términos. Al parecer, aceptaba mi trato de los “terceros”.

Mientras esperábamos el delivery, nos besábamos y nos acariciábamos. Después en la cena, hablé de algo muy íntimo que no lo había hablado con nadie jamás acerca de una protectora espiritual que tengo y que me lo dijo la última mujer que me había tirado las cartas. Hasta se me entrecortaba la voz de lo fuerte que es para mí contar algo así. También le pregunté cuáles eran sus proyectos a futuro estando de novio. Realmente, eran los mismos que los míos: convivir, formar una familia, tener un auto, entre otros. Cuando después nos acostamos, empezamos a chaparnos apasionadamente, juro que nunca abrí mi corazón para con alguien de esta manera. Tobías me preguntaba a cada rato si lo quería y yo le contestaba que sí, quería que se sintiera seguro de que yo lo quería con él. Hasta le pregunté si quería estar conmigo, diciéndole implícitamente si quería ser mi novio. Me contestó que sí.

A la ho
ra del sexo, veníamos genial con chape, paja y chupada hasta que me pidió que me sacara la remera y le dije que estaba bien con la remera, pero se puso en modo psicópata y me la saqué dándole la espalda como para que me apoyara, pero él se negó contestándole que me diera vuelta. Me miró de arriba a abajo y mientras yo lo chapaba me preguntó “qué era eso” que yo tenía cerca del cuello. No sé si no entendió lo que le dije, aunque le conté que “eso” pasó cuando no nos estábamos hablando. Él me respondió que obviamente él tuvo lo suyo también, una pool party un sábado a la que me dijo que no sabía si ir y que, para darme celos me comentó que era una orgía. Al final, él había asistido, pero me relató que era mentira que era una orgía porque fue con su amiga a “Madero”. Sin embargo, en plena cama me contó que sí había ido a una orgía. Por eso, le dije que entonces no me tenía nada que reprochar. Eso quedó ahí y no sé si me lo dijo en serio o en chiste.

Continuamos chapando mientras nos pajeábamos y dije una frase que me calentó a mil mientras tenía su pija en mi mano:
-Esto es mío y yo decido con quién compartirlo - Y él me contestó que sí. Después, Tobías empezó a cogerme (sin forro también) en diversas poses mientras yo re gozaba. Eso sentí que fue hacer el amor. Las caras de él reflejaban mucho placer y amor hacia mí, le vi esa masculinidad dominante que nunca había visto de él. Me acabó adentro y me la siguió poniendo hasta que yo acabé, y hasta quería seguir. A partir de ahí, la cosa se transformó en otra y me sentí muy desilusionado. Después de limpiarnos y habernos acostado, seguimos chapando, y esta vez me vio un moretón en la pierna y le dije:
-Esto es un moretón, eh. No vas a pensar cualquiera porque veo que me lo estás mirando.
-¿Y entonces estos qué son? - Me dijo él mientras yo le hice un chiste y le contesté que no sabía. Y se enojó porque parece que ahí cayó en que era un chupón lo que yo tenía en el cuello. También, discitumos algo así porque yo le contesté que "no aguantaba esperar un poco y volver a coger", no siempre. Y él contestó algo que no me gustó para nada:
-Yo aguanto varios polvos seguidos. Y como pasivo, también aguantó más de uno - Obvio que no me cayó bien porque desde el primer día que él juega con eso de la ambigüedad de la sexualidad cosa que yo no. De hecho, hace unos meses que no puedo hacer de activo, ni siquiera se me para al hacer de pasivo. LA noche temrinó en disputas, sentí que él se puso en arrogante, que se dio vuelta y no me quería abrazar, que jsuto él quería que lo abrace yo y no había forma de cortarla. Después agarré mi celular porque me fastidiaba estar así antes de dormir, y no era la primera vez que pasaba eso con él. Tras ofenderse él, después aflojó un poco y nos dormimos.

Al día siguiente, él se tenía que ir porque nos levantamos casi tarde. Al bañarnos juntos, él seguía un poco arrogante. Pero lo peteé en la ducha y me tomé su leche, yo acabé pajeándome. Él me miraba distinto también, como si no hubiese amor en sus ojos. Quizás también se estuviera hablando con otro, por eso su actitud de dar vueltas para vernos o su actitud de arrogante. Lo acompañé a la estación y se tomó el tren mientras yo tenía que ir a comrpar indumentaria deportiva para entrenar con Rebecca. Hasta ahí todo bien, de hecho, me envió un Whatsapp diciéndome que me quería. Todo temrinó cuando me habló un conocido que es pasivo como yo, que más que chupárnosla nunca hicimos nada y terminamos hablando de gustos musicales u otra cosa. Entonces, le contesté que estaba en algo otra vez con "el chico del que le había hablado". Y le envié captura a tobías de lo que yo le decía para que viera que realmente quería algo serio con él. Sin embargo, reaccionó contrario a lo que yo pensaba y se re enojó diciéndome que soy un cualquiera, que yo y mis "tejes", que 'mirá lo que te contestó', etc. Me empezó a bloquear de todos lados hasta que lo llamé para preguntarle qué le pasaba. Sinceramente, no estaba entendiendo. La primera llamada no me contestó, y en la segunda me dijo que era cualquiera lo que yo estaba haciendo y que ahora 'no quería hablar'. Se la seguí por SMS, solo hasta que yo me cansé y lo bloqueé de SMS y llamadas, inclusive de su segundo número; él de Instagram otra vez. Me había enojado yo y, esta vez, no se la iba a perdonar porque estaba poniendo todo mi empeño, aunque él estaba a la defensiva y no había nada para hacer. Sumergirme en un bucle que no me beneficiaba en nada no era mi idea. Como él se había olvidado su cargador, pasó a buscarlo improvisadamente un día que bajé a dárselo con mi mejor cara de orto y sin decirle ni 'hola'. Esa fue la última vez que lo vi.

Ya pasó una semana y algo, volví a salir a Amérika, tomé leche (aunque el túnel no es lo mismo que antes), me vi con el Ken y con uno con el que practico sadomasoquismo (pero como ya me dejó de gustar, dudo de hablarle), también me visitaron Miqueas y Dylan, hace un rato se fueron. Ahora, en estos momentos tengo una sensación de angustia, de soledad. Ojo, me siento bien, pero es una sensación que me invade al darme cuenta que sigo solo después de tantos años y que puedo estar fallando en algo. Me encanta estar solo, como dije y, es más, sigo buscando ese "compañero" o "amigo ideal" y sigo fallando. Más pasan y sigo igual de estancado que cuando tenía 15 años.

Aunque se me viene la mente mi última relación (y estoy cansado de siempre nombrarla) que, por más que sé que no fue perfecta sino que estuvo muy lejos de serlo, se me hace que fue lo mejor que tuve y caigo en la conclusión que lo extaño a Ian. Sin embargo, es como que extraño a ese que él era antes, no al de ahora que no lo conozco. Es algo así como que extraño a su identidad de civil, la verdadera, no a esa identidad de "Sailor" mala en la que se transformó cuando nos separamos y que, desde ahí, chocamos mucho. También, como dije anteriormente, lo extraño a Ian como si él hubiese muerto. Tengo ese sentimiento al recordarlo y me da tristeza a tal punto de querer llorar. Ni con Tobías ni con Aaron pude establecer algo serio. ¿Será que todavía no superé nada del pasado? ¿Seguiré con la necesidad de terapia? ¿Todavía no estoy preparado para una relación entonces? ¿La tendré alguna vez más?


F.A.M.